Un anhelo del corazón

CAPÍTULO 45

AMO Y SUMISA

«Era oscura la noche. Ella estaba ante él, arrodillada, desnuda. Sentía aún la vergüenza de donde había llegado. Pero, ella no sabía lo feliz que él estaba de que esa chica delante de él lo hubiese elegido como su Amo.

Su respiración se aceleraba, su corazón hacía tiempo que era un caballo desbocado en su pecho. Ahora, hasta la ropa le apretaba, el cuero de sus pantalones le pesaba.

Ahora… le habían regalado el mayor tesoro que es: la entrega de su sumisa…»

Pensamientos de un Amo.

El sol brilla con intensidad sobre el mar Egeo y el horizonte resplandece con un azul turquesa profundo que se funde con el cielo despejado. A medida que el yate avanza, el viento salado acaricia suavemente la piel de Noelia, y satura todos sus sentidos con el fresco aroma del mar. El agua cristalina se extiende hasta donde alcanza la vista, reflejando destellos plateados bajo el sol.

De pie, en la cubierta del yate, observa el paisaje que se despliega ante ella. El mar, sereno y apacible, contrasta con la emoción que bulle en su interior a medida que se acercan a la isla privada.

Lucas se acerca a ella, la abraza por la espalda, rodeándola con sus brazos por la cintura y le deposita pequeños besos en sus hombros desnudos. Ella se recuesta levemente contra su pecho, disfrutando de la sensación de seguridad y protección que le brinda su presencia.

Está fascinada, deslumbrada, convencida que todo es como un mágico sueño.

—Mira —señala Lucas en la distancia—. Ya estamos llegando.

El majestuoso búngalo se divisa a lo lejos, se alza sobre el agua cristalina y se funde armoniosamente con el entorno. Su techo es de paja, sus paredes y pisos de pino; su muelle se une a una larga y ancha pasarela de pontones sostenida por pilares de hormigón que permiten que la estructura se mantenga sobre la superficie.

El corazón de Noelia no deja de latir enloquecido al saber qué pasará unos días en ese paraíso junto a Lucas.

—Todo esto es maravilloso —susurra mientras camina de su mano a lo largo de la plataforma de madera.

—Lo es —dice con voz suave y durante un instante, la acaricia con la mirada.

Ella suspira de placer mientras contempla todo su rostro. Su pecho rebota lleno de alegría. Todas sus preocupaciones, temores y dudas se quedaron a kilómetros de distancia. Ese momento es para ella y para el hombre que con solo mirarla la lleva al infinito.

Al entrar a la pequeña y elegante edificación, Noelia nota de inmediato que hay dos habitaciones, la principal, con una cama tamaño King y una alterna que permanece con llave. El corazón le da un salto, anticipa de inmediato lo que Lucas guarda en ese lugar.

¿Son nervios lo que siente o es emoción?, se pregunta, mientras Lucas le ofrece una copa de champagne. Ambas cosas, de eso, está segura. Se lleva la copa a los labios, plenamente consciente de la presencia del hombre que tiene delante y del impacto que este tiene sobre ella.

El lugar es hermoso, acondicionado con todo lo necesario. Están solos, únicamente los hombres encargados de su vigilancia y seguridad los cercan, pero, fuera de la casa, a una distancia suficiente para brindarles privacidad.

El sol pronto baja en el horizonte, hacia el mar. Noelia se da cuenta de que están ubicados en un lugar perfecto para ver cómo se oculta. En la parte de afuera, hay un juego de sofás y un balancín generosamente provistos de cojines.

También hay una fina mesita de cristal para colocar las bebidas.

—¿Es la única cabaña en este lugar? —le pregunta mientras él dispone en la mesita la botella dentro de la hielera.

—Existen otras cabañas particulares a lo largo de la playa, pero, por la distribución de los árboles y la vegetación, cada una está aislada de las demás, para cuidar la privacidad —mira alrededor como si detallara todo por primera vez—. Cuando compré este lugar lo hice pensando en eso precisamente.

—¿Vienes mucho aquí?

—De hecho —frunce el ceño y sonríe—. Es la segunda vez que lo hago. Hace un par de días cuando traje lo que íbamos a necesitar y ahora.

Lucas deja su copa en la mesa; la encierra con un brazo por la cintura y la levanta un poco hasta que ella queda a la altura de sus ojos. Noelia lo rodea por el cuello. Despacio, Lucas le acaricia la mejilla con un dedo, desde el pómulo hasta la comisura de los labios y la detalla con anhelo. Contempla su melena larga, espesa y oscura, sus ojos marrones, su boca sensual. Una ola de deseo lo invade por dentro. Su cuerpo reacciona provocándole una poderosa erección.

El vestido, que le cubre su cuerpo femenino y delicado, sobra. Lucas desea quitárselo. Quiere ver sus senos desnudos, deleitarse con lo que se esconde tras la tela y que él ya conoce muy bien.

Noelia siente que se le acelera el pulso, que la respiración se le entrecorta. Existe algo entre ellos, inexplicable… Algo imposible de ignorar, de definir. Primitivo.



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En el texto hay: romance, drama, amor

Editado: 08.05.2024

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