Un anhelo del corazón

CAPÍTULO 53

 QUIERO QUE SEAS FELIZ

«Fuiste el «te quiero» más sincero que he pronunciado.

El sentimiento más profundo que he experimentado.

Ahora eres la despedida que más me ha angustiado.

El adiós inminente, el único que me ha destrozado».

—Qué bueno volver a verte, Mikrí mou.

La noche los envuelve y el corazón de Xandro late y resplandece con tanta intensidad que eclipsa cualquier sombra. Noelia está a su lado, pero solo físicamente, su esencia está muy lejos de ahí. Él sabe que sus métodos fueron cuestionables, que las alianzas que tuvo que forjar para llevarse a la mujer que ama podrían haberlo condenado de por vida, pero en este momento, nada de eso importa. Lo único que importa es que ella está ahí, a su lado, que puede verla, que luchará por tenerla de vuelta.

Al notar el engaño, los ojos de Noelia se llenan de brasas ardientes, la ira se apodera por completo de ella. Se lanza contra el seguro de la puerta e intenta abrirla, repetidamente.

—Está asegurada. No podrás abrirla —dice Xandro con una calma que la enfurece mucho más.

Ella se arroja contra el vidrio que los separa del conductor y lo golpea con toda la fuerza que emana de su cuerpo.

—¡Deténgase! —ordena furiosa sin dejar de golpear—. ¡Deténgase! ¡Deténgase!

—No te va a escuchar —Xandro suspira y le habla como si ella fuera una niña berrinchuda—. Ese vidrio es insonorizado. Ese es justamente su propósito.

Noelia lanza un gruñido de frustración, aprieta los puños y acomete contra Xandro.

—¡Detén el maldito auto! —grita mientras intenta golpearlo en el pecho.

Xandro la sujeta por las muñecas, controlándola con facilidad.

—Calma, no voy a hacerte nada malo.

—¿No? —lo enfrenta con la mirada encendida por el fuego de la impotencia—. ¿Y qué supone que es esto? ¿Un paseo? 

—Sí —contesta con una sonrisa cínica—. De cierto modo, sí. Luego, iremos a un lugar tranquilo donde podamos conversar.

—No iré contigo a ninguna parte.

Xandro siente toda la carga del desprecio que él mismo causó al hacerse pasar por su hermano gemelo y luego, haberla encarcelado en toda aquella situación. Pero no le importa, según él, el amor que siente por ella es real, profundo, inquebrantable. Está decidido a luchar por ella, incluso si eso implica ir en contra de ella misma, de su propio hermano y con todas las consecuencias que eso conlleve.

Ha arriesgado todo para tenerla cerca, para volver a sentir su aroma, para escuchar su voz, aunque sea llena de rencor. Solo quiere recuperarla, sentir su amor de nuevo. Y está dispuesto a hacer lo que sea necesario para lograrlo.

—Vendrás, quieras o no —pasa su mano por su mejilla y Noelia se la aparta de un manotazo—. Solo quiero que hablemos, mikrí mou. Hace días que he querido hacerlo, pero siempre estás vigilada, rodeada de guardaespaldas —expulsa las palabras con fastidio—. No puedo acercarme a ti. Ni siquiera tengo permitida la entrada a mi propia casa.

—Si Lucas tomó esas medidas tendrá sus razones —lo defiende levantando la barbilla desafiante.

—¿Sus razones? —pregunta ofendido—. No es más que un cretino que cree que puede hacer con todo y con todos lo que quiere.

—No eres mejor que él, por lo visto —reprocha con desdén—. Sigues actuando como un loco. Mírate, una vez más suplantando a tu hermano. ¿Es que no piensas antes de actuar?

—Te amo, Noelia, y haré lo que sea para tenerte a mi lado.

—No me interesa tu “supuesto” amor, ni nada que venga de ti. Para el auto —exige—. Déjame bajar.

—No, hasta que lleguemos a nuestro destino y hablemos.

—No tengo nada que hablar contigo. ¡Maldita sea! ¿Cuándo vas a entenderlo?

—¡Nunca! ¿Me oyes? ¡Nunca! No me voy a resignar a perderte. Lucharé hasta que consiga convencerte de que es a mi lado a dónde siempre has debido estar.

—Estuve contigo por dos años y tú mismo me llevaste hasta donde Lucas.

—Y lo lamento cada puto día de mi vida —respira irritado—. Pensé que después de ese accidente, mi hermano moriría en cualquier momento —confiesa sin siquiera meditarlo—. Solo quería que nos quedáramos con ese maldito dinero. Nunca quise perderte. Todo lo contrario, quería un mejor futuro para los dos.

Noelia expulsa una risa amarga.

—Eres un cínico y un desquiciado —gruñe con los dientes apretados—. Hablas de tu hermano como si fuera un desconocido. Y a mí, me engañaste, me mentiste, me tenías oculta, llena de excusas y falsedades. Hasta la casa de mis padres perdí por ti.

—La voy a recuperar —promete con resolución—. He estado reuniendo una cantidad importante de dinero, ahora, nosotros podemos…



#3 en Thriller
#2 en Misterio
#16 en Novela romántica
#8 en Chick lit

En el texto hay: romance, drama, amor

Editado: 08.05.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.