Un Año de Amores

Capítulo VII: 14 de noviembre

El ambiente en la casa de los mellizos era relajado y cálido. Noah acariciaba el pelo de Chloe mientras charlaban sobre trivialidades junto a Alex. El cachorro Zeus, travieso y juguetón, se unió a la escena, provocando risas y cosquillas.

— ¿Has pensado en algo para tu cumpleaños? —preguntó Noah.

— Alex está organizando todo —respondió ella, riendo—. Y Zeus, ¡Deja de hacer cosquillas! —Intentó regañar al cachorro, pero este no se detuvo. Zeus, el inesperado miembro de la familia adoptado por los mellizos, se acomodó junto a ella. La conversación giró hacia la cena.

— ¿Quieres ir a cenar?

— ¿A dónde? —preguntó ella.

— Donde tú quieras —respondió él con una sonrisa—. Podemos ir a donde vamos siempre. Igual aún no puedo creerlo, nuestra hermanita menor va a cumplir su legalidad y ya podremos salir todos juntos sin necesidad de mentir con la edad... —Dijo, burlándose.

— Son pocos meses de diferencia, tampoco te creas...

— El punto es que fuimos los primeros en cumplir la legalidad, hermosa de mi alma. —Le respondió Alex.

Los últimos días habían sido agotadores debido a los exámenes. Sus amigos habían sido un apoyo invaluable, y ella agradecía su compañía. Aunque sus padres sabían que estaba saliendo con alguien, aún no conocían la identidad de su misterioso enamorado y tampoco era algo oficial. La madre parecía aceptarlo, pero el padre seguía indeciso.

La noche cayó en la casa de los mellizos y Chloe se había quedado con Alex en su habitación.

— ¡Alex! —gritó Chloe, buscando a su amiga que había desaparecido por la casa.

— Oye, déjame respirar un minuto, estaba en el baño. ¿Qué quieres? —Ella rió.

— Nada, sólo quería saber dónde estabas. —Chloe le sonrió.

— ¿Hablaste con Morgan sobre lo que te dijo Blake?

— No, todavía no, estoy esperando que él tome la iniciativa.

— Es un tema delicado, Chloe. Cuando Morgan tenga el valor de hablarlo, ve con cuidado y cuida tus palabras, ya pasó antes y casi lo perdemos.

— Lo sé, lo sé. Es difícil, no sé si creerle a Blake.

— También sabes que Morgan tuvo un pasado un poco extraño, Chloe, así que es una posibilidad.

— Pensé que lo había ayudado a salir de eso.

— Las adicciones son temas complicados... —Alex hizo una mueca.

Chloe suspiró, recordando las luchas que Morgan había enfrentado. Su preocupación crecía día a día, sin saber cómo abordar el tema con él. Era un misterio para ellas por qué no había dicho o hecho algo al respecto. Alex se sentó a su lado y le puso una mano en el hombro en señal de apoyo.

— Chloe, sé que lo quieres mucho, pero también necesitas prepararte para cualquier posibilidad. Morgan no es un libro abierto, y sus problemas no van a desaparecer así como así. —Le dijo con seriedad, pero con cariño en su voz. Chloe asintió, sabiendo que Alex tenía razón. A pesar de ello, aún esperaba que Morgan fuera honesto y le contara todo sin reservas.

Era una situación difícil, no sabía cómo abordar el tema con Morgan sin herir sus sentimientos o hacerlo sentir cuestionado en sus progresos. Los pensamientos se arremolinaban en su mente mientras contemplaba la manera más adecuada de abordar la situación. ¿Qué debía hacer? ¿Esperar a que Morgan estuviera listo para hablar o tomar la iniciativa y confrontarlo?

— Te prometo tomar en cuenta tus palabras, Alex. —Respondió Chloe, intentando mantener la calma. Alex le sonrió con comprensión, sabiendo la tensión que estaba bajo Chloe. La primera vez que ella había salido con Morgan, todo era color de rosas, hasta que la situación se volvió tensa y delicada.

— Sé que es difícil, pero sé que eres fuerte. No te dejes comer la cabeza con esto, ¿De acuerdo? Hay cosas muy importantes para tener en cuenta.

— Por eso te quiero tanto, tú y tus consejos. —Bromeó, tratando de aligerar el ambiente. Las dos soltaron pequeñas risas.




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