Capítulo VIII: 19 de noviembre

El sol se filtraba a través de las hojas, creando un ambiente cálido y relajado. Alex, con su cabello revuelto y una sonrisa traviesa, peinaba a Dianna mientras conversaban sobre los planes para el gran día. Chloe, Alex y Dianna se encontraban en el parque de la escuela, en medio de su receso, el principio del día había estado tenso y complicado, pero las últimas clases iban a ser las más livianas.

Las tres se encontraban poniéndose de acuerdo para el cumpleaños de Chloe, la celebración.

— ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Y a quién vas a ver? —preguntó Alex, curiosa. Chloe la miró con la ceja levantada.

— Al mediodía, Morgan y yo iremos a comer algo. Luego, pasaré la tarde con mi tía que llegó de visita, y por la noche, estaré con todos ustedes. —Aclaró Chloe por milésima vez.

Por fin, luego de tanta espera (según ella), su cumpleaños número 18 había llegado, pero había un pequeño problema, del cual se estuvo quejando toda la semana anterior, era lunes.

— Entiendo que es un día especial, pero, de verdad, el lunes es la peor fecha para un cumpleaños —suspiró Alex, con una expresión sarcástica. Chloe se llevó una mano a la frente y sacudió la cabeza, sin poder contener una risa.

— ¡Ay, gracias Alex! ¡Qué motivadora! —Chloe bromeó, con un tono sarcástico.

— ¡De nada! —respondió Alex, riendo—. Pero en serio, podrías haber pedido al universo un día más apropiado para nacer.

— Pero si no nací un lunes. es peor, nací un martes. —Aclaró ella, haciendo una mueca de disgusto.

— ¿O sea que no solo eres la más chica del grupo, sino también naciste en el peor día de la semana? —Dianna soltó una carcajada.

— No te burles, culpa a Cleopatra.

— ¿Cleopatra? —Alex frunció el ceño, sin comprender a qué se refería.

— Mi madre, tonta.

— Sí, ya sé, pero ¿Qué tiene que ver Cleopatra? —Alex siguió con su ceño fruncido, aún sin comprender del todo.

— ¿Eres idiota o te bebiste algo de dudosa procedencia?

— Ah, ¡Ya capté! —Alex soltó una carcajada, con los ojos brillantes de diversión. Dianna la acompañó con una risa suave, mientras Chloe solo se limitaba a sacudir la cabeza en gesto de incredulidad.

— Eres un caso aparte, Alex. —Dijo Dianna con una risa divertida, negando con la cabeza ante la ocurrencia de su amiga.

— Volviendo al tema Morgan, ¿No te iba a llevar a un lugar especial por tu cumpleaños? —Dianna, siempre directa, preguntó.

— Creo que sí, pero aún no me ha dicho nada al respecto.

— ¿Y si te lleva de viaje? —preguntó Alex, pero Chloe negó con la cabeza.

— No lo creo. Además, estamos en época de exámenes; no puedo viajar en este momento.

— Aunque sería genial un viaje a la playa —suspiró Alex, soñando despierta con el mar y el sol.

— Hablé con Blake. —Anunció Noah, apareciendo de la nada y tirándose a un lado de ellas.

— ¿Qué ha dicho? ¿Lograste sacarle información sobre lo que está pasando?

— Sí, pero prometí no decir nada. —Respondió Noah, sabiendo que todas lo observaban con expectación.

— ¿Entonces? —insistió Alex.

— Blake pospondrá un no sé qué porque surgió un "asunto privado", es decir, vendrá al cumpleaños de Chloe.

— ¿Qué asunto? —Comentó Dianna, con una ceja alzada.

— No me lo dijo. —Noah se rascó la nariz. Alex, decidió acusarlo.

— ¡Está mintiendo! —Se abalanzó sobre su mellizo, inmovilizándolo con destreza, como si fuera un combate de vida o muerte—. Dinos la verdad o te cortaremos la cabeza.

— ¡Ey, ey, espera, calma! —protestó Noah, riendo mientras intentaba defenderse de los ataques de su hermana.

— Si de verdad eres leal a nosotras, nos dirás la verdad antes de que terminemos desmembrando tu cuerpo. —Dianna levantó una mirada seria y amenazante.

— Deja de ver la película de Alicia.

— No era eso lo que pregunté.

— Blake mencionó que se trataba de un evento de la empresa super ultra importante, pero que prefiere perdérselo. Además, su padre también vendrá al cumpleaños.

— ¿Aaron vendrá entonces? —preguntan con una expresión de terror y Noah asiente.

— Aaron nunca falta. —Le respondió Noah, mientras decía su nombre con un poco de desprecio. Ninguno se llevaba bien con él, no suele ser una persona amistosa con ellos.

— ¿Algún padre más vendrá a mi cumpleaños y yo no estoy enterada?

— El mío, ya sabes cómo son ellos, aprovechan cualquier pequeño momento para juntarse con todo el grupo de adultos. —Responde Dianna, encogiéndose de hombros.

— Leo nunca rechaza una cena y menos si estamos todos. —Aclaró Noah, nombrando a su padre.

— Mérida menos, ama las reuniones "familiares". —Completó Alex, pasando un brazo sobre los hombros de su mellizo.

— Hola chicos, ¿de qué me he perdido? —preguntó Hades, con una sonrisa en sus labios. Él llegó pocos minutos después, sentándose en la ronda y dejando su mochila en un costado.

— ¿Tus madres vendrán a la cena?

— Sí, así es. —Hades se inclinó para abrir su mochila, sacando algunas golosinas y ofreciéndoles a sus amigos.

— ¿Traerán a Evanna?

— Sí. Evanna también vendrá. —Al escuchar el nombre de su hermana, Hades dejó de comer y levantó la mirada hacía Chloe. Respondió con tranquilidad, pero sus ojos expresaban molestia.

— Quería asegurarme.

— Parece que quieres más a mi hermanita que a mí, Chloe.

— A ti también te quiero mucho, Hércules. —Se recostó sobre él, abrazándolo.

— Hades. —Él la corrigió, rodando los ojos.

— Es lo mismo.

— No es lo mismo, Hades es el dios del inframundo. No rebajes lo especial de mi nombre por Hércules. —Frunció el ceño.

La hora del almuerzo llegó a su fin. Uno por uno, fueron entrando a las aulas por última vez en la semana. El día transcurrió lento y aburrido, como era de esperarse de una semana con exámenes. En ese entonces, nadie solía prestarle gran atención a las clases y la gran mayoría de estudiantes se la pasaba distraído con los preparativos del fin de semana.