Capítulo IX: 24 de noviembre

Por fin había llegado el sábado, el festejo del cumpleaños de Chloe se haría en su casa, nuevamente, pero mejor organizado y sólo con sus amigos. Ella había decidido acomodar todo en el patio, dejó cojines sobre el suelo, formando una ronda, una pequeña mesa ratona para apoyar las bebidas y la comida, unas luces colgadas de un lado a otro.

Su madre se acercó a ella cuando estaba terminando de colgar la última luz.

— ¿Recuerdas las reglas, cierto? —Le preguntó Cleopatra, Chloe asintió repetidas veces, conociendo sus reglas de memoria.

— No hacer ruido luego de las 3am, beber con consideración, nada de pasarse de alcohol, nada de fumar o drogarse, no romper nada... ¿Algo más?

— Nada de tocar los licores de tu padre o mis vinos, ¿Entendido?

— Sí, mamá. Además, a ninguno le gusta el vino de mis amigos y lo sabes.

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— ¡Hola! —Saludó Morgan con una sonrisa, llegando al patio donde ambas se encontraban charlando, él era el primer invitado en llegar.

— ¡Morgan! —Chloe le devolvió el saludo, dándole un abrazo y se hizo a un lado, notando que su madre lo miraba intrigada.

— Hola. —Cleopatra, su madre, lo saludó de manera cordial y con una leve sonrisa.

— Mamá, él es Morgan... —Presentó primero a Morgan— Morgan, ella es mi madre, Cleopatra. —Se saludan y ella se queda esperando la reacción de su madre.

— Es un placer Morgan, aunque ese nombre me suena... —Dice y clava su mirada en su hija.

— Que yo sepa, nunca te lo he presentado hasta ahora. —Le respondió con los ojos muy abiertos.

— Pero hija, ¿él no era el chico del que vivías hablando cuando tenías, no sé, trece? —dice y Chloe la miró intentando que se callara, chasqueó la lengua volviendo su mirada a Morgan y le hizo una mueca.

Morgan soltó una risa, aún con la ligera sorpresa en su rostro. La mirada de él viajó a Chloe y le ofreció una sonrisa torcida, al darse cuenta que estaba intentando contener a su madre.

— ¿Qué? —pregunta Morgan y Chloe, inmediatamente, lo saca del lado de su madre.

— Olvida lo que ella ha dicho.

— ¿Hablabas de mí con tu madre? —Le pregunta con una sonrisa ladeada.

— Tienes que olvidar eso.

— No, no lo haré.

Morgan siguió bromeando y molestándola con sus preguntas, haciéndola sonrojarse de vergüenza. Al darse cuenta de su situación, intentaba empujarlo mientras él soltaba pequeñas risas y la molestaba cada vez más.

— Deja de reírte, idiota. —Le empujó con el hombro mientras él le devolvía la caricia de manera bromista.

— Estás más roja que un tomate.

— Buenas noches. —El padre de Chloe se aclaró la garganta, interrumpiéndolos y captando la atención de ambos.

Ambos se incorporaron al instante y miraron hacía el padre de Chloe, quien estaba de brazos cruzados observándolos con seriedad. Morgan tragó un poco de saliva mientras sonreía, estaba nervioso. El padre de Chloe no parecía muy impresionado por él, simplemente le ofreció una sonrisa.

— Morgan, él es mi padre, Matteo. —Primero lo presentó a él— Matteo, digo papá, él es Morgan, mi "amigo". —Su padre lo inspecciona de arriba a abajo, le ofreció a Morgan una sonrisa, pero él sólo pudo asentir con la cabeza. Era muy obvio que al padre de Chloe no le caía del todo bien.

— ¿Este es el chico del que hablabas hace...? —preguntó el padre de ella, sabiendo el porqué lo hacía.

— ¡Basta! ¿Por qué tienen que recordar eso justo ahora?

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Chloe junto con sus amigos se acomodaban entre los sillones y almohadones, todos ya con un vaso en una mano y algunas botellas de bebidas alcohólicas, la mayoría habían entrado infraganti a la casa. Algunos charlaban animadamente, mientras que otros permanecían callados mientras miraban sus teléfonos.

Chloe, atrapada entre Morgan y Blake, sentía la tensión palpable. Observó disimuladamente a Blake, quien estaba callado y con la mirada fija en su teléfono. Morgan se movía de un lado a otro, algo ansioso. Hades seguía con sus comentarios sarcásticos para Alex y Dianna, creando risas entre ellas.

— ¿Por qué está él aquí? —Le pregunta Blake a Chloe mientras señalaba a Morgan—. Que yo sepa no es parte de la familia ensamblada que tenemos todos nosotros.

— ¡Blake! —le reprocha ella, mirándolo mal.

— ¿Tienes algún problema con qué yo esté aquí con ustedes? —le pregunta Morgan.

— ¿Podemos hablar un momento en privado? —dice Blake y Morgan asiente.

Blake y Morgan nunca se habían llevado del todo bien desde que Chloe se interpuso entre ambos, ahora ella no confiaba en que ellos estuvieran a solas tanto tiempo. Chloe, decidida a descubrir la verdad, siguió a los dos jóvenes hasta el pasillo dentro de la casa, le resultó extraño que los adultos no estaban por ningún lado.

Chloe caminaba sigilosamente detrás de ellos, tratando de no ser descubierta. Podía escuchar pequeños retazos de su conversación, pero aún no escuchaba correctamente lo que decían.

— No quiero pelear en este momento, Blake. —Dice Morgan—. Estamos en medio del cumpleaños de Chloe y lo último que quiero es tener una discusión contigo.

— ¿Qué? ¿te da miedo acaso? ¿Es eso? —Lo provoca Blake, pero Morgan bufa.

— No me provoques porque esto terminará muy mal, ya no tenemos cinco años, Blake.

— Si pudiera, te mataría aquí mismo. —Chloe escuchó justo lo que dijo Blake y se quedó impactada, no entendía el motivo de la discusión, pero debía ser algo bastante fuerte como para decirle así.

— ¿Estás celoso o qué? —le pregunta Morgan.

— No quiero que te acerques a Chloe.

— Eso ya no es tu incumbencia, Blake. Si son celos absurdos, mejor déjalos de lado y ya está, tuviste tu oportunidad con ella y la desaprovechaste.

— ¿Recuerdas a Danielle? —preguntó Blake y pareció haber tocado un nervio en Morgan.

— No la metas en esto, ella no tiene nada que ver en tus celos absurdos.

— Solo te advierto una cosa Morgan. —Lo señala a modo de amenaza— Llegas a hacerle lo mismo que a Danielle y terminarás muerto, no estoy jugando. —Dice— Prefiero unos años de prisión antes de que ella termine herida como Danielle.