Capítulo X: 27 de noviembre

[Aclaración antes de comenzar a leer: este capítulo contiene temas sensibles, se recomienda discreción. Si eres muy sensible, intenta saltearlo, queda en manos de cada uno.]

Chloe se encontraba desesperada por respuestas. Morgan, con su mirada esquiva. La tensión en la habitación era palpable.

— Por favor, es la última vez que te voy a preguntar sobre esto, Morgan. Dime quién es Danielle y qué pasó con ella. —Chloe apretó los puños, decidida a descubrir la verdad. Morgan suspiró, sus ojos impidiendo el contacto directo.

— Ya lo he dicho, Chloe. Es un tema del pasado, uno que odio tocar.

— ¿Pero qué le ha hecho para que Blake tenga miedo de que me lo hagas a mí? —Morgan se sintió incómodo en su asiento.

— No quiero meterte en este tema. —Su mano acarició la mejilla de Chloe, pero ella la apartó con firmeza. El gesto, antes reconfortante, ahora parecía cargado de culpa.

— Está bien, pero por lo menos dime ¿Tiene algo que ver con tu alejamiento de mí? —preguntó Chloe con determinación.

— Sí, tiene que ver. —Las palabras resonaron en la habitación, dejando una promesa suspendida en el aire. El pasado de Morgan seguía siendo un misterio, pero Chloe estaba decidida a descubrirlo, incluso si eso significaba enfrentar verdades dolorosas.

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— Creo que Morgan me está ocultando algo grave. —Les confesó a sus amigas. Dianna la miró con curiosidad y ella se acercó.

— Necesito más información sobre ella y qué pasó con Morgan. Siento que fue algo malo y nadie me habla sobre ello. —Continuó. La incertidumbre la carcomía.

— ¿Quieres ir a preguntarle a Blake? —Alex sugirió.

— No, él no me dirá nada al respecto. La última vez que lo vi, se fue enojado de mi casa... —respondió con frustración.

— ¿Y si le preguntas a Megan? Esa chica sabe todo lo que pasa en esa escuela. Parece una Wikipedia.

— ¿Tú quieres que Chloe vaya a preguntarle a la ex novia de Blake? ¿Al ángel caído del infierno? —bromeó Abby.

— Sí, ¿Qué tan malo puede ser? —Se atrevió a considerarlo.

— ¿Han conocido alguna vez a Megan? —les preguntó seriamente.

— No. —respondieron al unísono.

— Es como poner una oveja delante de un lobo no domesticado en Minecraft. Es la persona más mala, venenosa, odiosa y tóxica que él conoce. —advirtió.

— ¿Tan así?

Habían decidido seguir el plan de Dianna, caminaron hasta el instituto de Blake, pero se dieron cuenta de que las personas todavía no habían salido. Tendrían que esperar a ver a Megan y acercarse. Esperaban que el plan saliera bien. El pasar de los minutos se hacía eterno. Cuando comenzaron a salir las personas, lograron ver a Blake y a sus amigos, pero no había rastro de la piel de serpiente, o sea, de Megan.

La mirada de Chloe seguía fija en la puerta. No habían ido hasta allí por nada. Recorrió el lugar hasta cruzarse con la mirada curiosa de Blake, él alzó una ceja devolviéndoles la mirada, y comenzó a caminar hacia su dirección.

— ¡Ahí viene Blake! —les dijo a sus amigas—. Aborten la misión, preparen el escape. —Las alertó y comenzó a correr en dirección a un parque cercano.

Por suerte, conocían los parques de los alrededores. Se adentraron en uno que, si no se equivocaba, alberga un parque de diversiones abandonado. Buscaron un lugar para esconderse, pero ya era tarde. Alguien jaló a Chloe del brazo y la giró. Ahora, muy lamentablemente, se encontró cara a cara con Blake confundido y enojado. Sus amigas, en lugar de quedarse con ella, decidieron seguir escapando.

— ¿Se puede saber qué estás haciendo aquí? —Le pregunta.

— Buscábamos a alguien, no la encontramos y nos fuimos. —Le respondió con una sonrisa inocente.

— Megan no ha venido hoy. —Le dice y ella lo mira. Todavía tiene el moretón en el pómulo, eso le recuerda lo que hizo y se mueve para que suelte su brazo— Y si la estás buscando por lo que creo, ella lo sabe, pero nunca hablaría contigo sobre eso. Danielle era su amiga.

— ¿Cómo sabes que hemos venido para eso?

— Eres demasiado obvia, cuando se te mete algo en la cabeza no te detienes hasta conseguirlo.

— Entonces... ¿Vas a contarme?

— Te voy a empezar a contar, así me voy lo antes posible. —Dice— Quiero aclararte algo antes de empezar a hablar sobre esto. Primero, en el momento que transcurrió todo, Morgan y yo todavía éramos mejores amigos, y segundo, primero hablo yo y luego puedes hacer las preguntas que quieras. —Aclara y Chloe asiente repetidas veces—. También quiero que sepas que este tema es demasiado delicado, por lo tanto, no puedes hablar de esto con nadie.

— Entiendo... —Respondió con miedo, Blake respiró hondo y comenzó a hablar.

— Danielle es la ex-novia oficial de Morgan. Estuvieron juntos unos pocos meses, según tengo entendido, pero esos meses fueron terribles para ambos. Al principio, su relación con Morgan era como un jardín de rosas en plena primavera: tierno, sensible y lleno de cuidados. Pero con el paso del tiempo, todo se fue tornando extraño. Alrededor del segundo mes de estar saliendo, Morgan comenzó a distanciarse. Se veía con otras personas y, según dicen, empezó a experimentar con pastillas o sustancias similares. —Hace una seña un tanto enigmática, como si quisiera insinuar algo más profundo—. Eso lo transformó. Se volvió irritable, agresivo. Como si hubiera perdido el rumbo. Todo empeoró a los tres o cuatro meses, él solo la buscaba por sexo y se había olvidado completamente de su relación.

— ¿Él alguna vez le levantó la mano?

— No, él nunca le ha hecho daño a una mujer, pero hizo algo peor, la humilló de la peor forma posible.

— ¿Cómo?

— Ya llegaré a esa parte, ¿Alguna otra pregunta?

— No, puedes seguir...

— Chloe, escúchame atentamente e intenta no interrumpir, esta es la parte fea de lo que pasó. —Blake aclaró su garganta, siguiendo con la historia—. Danielle se encontraba atrapada en una danza de emociones. Morgan, el chico que alguna vez había sido su confidente, ahora era un extraño. El tiempo había tejido una telaraña de secretos entre ellos, y Danielle no sabía cómo desenredarla. Todo estaba muy cambiado, Morgan no era el mismo, estaba consumido por todo lo que tomaba y consumía. Un día, que parecía normal, ella encontró a Morgan esperándola en su casa...