Un Año de Amores

Capítulo XX: 26 de enero

La época de exámenes estaba siendo más complicada de lo que Chloe quería aceptar, y la poca atención que ella solía prestar en clases comenzaba a notarse. Para su suerte, sus amigos eran demasiado buenos y la ayudaban, como Hades, quien tenía la tarea de enseñarle inglés.

—¿Esto es un verbo irregular? —preguntó, señalando una palabra en la hoja— ¿O solo lo escribieron mal? —Hades estaba tirado en su cama, boca arriba, con un lápiz en la mano que giraba entre los dedos. Giró apenas la cabeza para mirarla.

— Es irregular. "To go – went – gone". No está mal escrito, solo es inglés —respondió con ese tono indiferente que usaba cuando no quería parecer amable.

— Lo odio —murmuró ella, borrando algo con fuerza—. ¿Quién inventó este idioma?

— Probablemente alguien que también odiaba los idiomas —dijo él, sonriendo apenas—. ¿Quieres repasar los verbos o vas a seguir quejándote?

Chloe levantó la vista y le sacó la lengua. Luego volvió a su carpeta, dejando caer el lápiz con un suspiro.

— Siento que nunca voy a aprender esto, me confundo con todo. —Hades se incorporó lentamente, estirando el cuello.

— No es que no puedas aprenderlo, Chloe. Solo que te distraes fácil. Llevamos veinte minutos y ya revisaste tu teléfono cinco veces.

— Una de esas veces era para ver la hora. —Se defendió, aunque sonreía. Él rodó los ojos, se bajó de la cama y se sentó a su lado en el piso. Tomó la carpeta, hojeó una página, señaló una frase y luego le tendió el libro.

— "Yesterday I went to the park with my friends and we..." —se detuvo—. ¿Cómo se pronuncia esto? —Hades se inclinó un poco para mirar.

— "Played". Como en "pleid"., no como "plaied". —Ella repitió la palabra con más intención esta vez.

— "We played soccer and ate pizza afterwards."

— Bien, esa fue decente. —Admitió él, asintiendo.

— ¿Decente? Vamos, fue genial. Estoy mejorando —Dijo ella, inclinándose hacia él con una sonrisa orgullosa.

Hades no respondió de inmediato. La miró por un segundo más largo de lo necesario, como si quisiera decir algo más allá de la lección de inglés, pero se contuvo.

— Estás mejorando —dijo al final, en voz más baja—. Pero no lo digas tan fuerte o perderé mi reputación de ser un tutor exigente.

— Demasiado tarde, ya te vi sonreír. —Respondió Chloe, bajando la mirada al libro de nuevo.

Un viento suave entró por la ventana abierta, moviendo las hojas esparcidas sobre el escritorio. Afuera, se oía el murmullo de autos lejanos y algún perro ladrando, el tiempo parecía haberse detenido por un rato.

Hades se aclaró la garganta, volviendo a hojear las hojas de Chloe.

— Bueno, sigamos con otro tema.

— ¿Qué otro tema? ¿No eran sólo verbos? —Ella gruñó, pero él hizo caso omiso a sus quejas.

Who's the real monster in Frankenstein? —Hades preguntó mientras leía la hoja, Chloe frunció automáticamente el ceño.

Are you kidding me? —Preguntó ella.

— ¿Esa es la única frase que aprendiste? —Él la miró con una ceja alzada y ella se encogió de hombros—. Bueno, sigamos con Frankenstein.

— ¿De verdad tomarán eso?

— Está entre los temas...

— Mierda. —Ella se pasó una mano por el rostro—. No lo leí.

— ¿Me estás jodiendo, Chloe? Es el maldito Frankenstein. ¿Al menos sabes bien de qué trata?

— Perdón... —Él suspiró.

— Agradece que tengo paciencia suficiente. —Responde él— Bueno, básicamente Frankenstein trata sobre un joven científico que se llama Victor Frankenstein. Él se obsesiona con la idea de crear vida y, finalmente, logra construir una criatura a partir de partes de cadáveres, pero cuando la criatura cobra vida, Victor se asusta por su apariencia y lo abandona. —Comenzó a contar, intentando hacerlo de forma resumida— La criatura, a pesar de ser inteligente y tener sentimientos, es rechazada por todos por cómo se ve. Con el tiempo, eso lo llena de dolor y odio, y empieza a buscar venganza contra Victor por haberlo creado y dejado solo. —Chloe ponía toda su atención mientras escuchaba la forma en la que Hades lo relataba— A lo largo de la historia, empieza a matar a personas cercanas a Victor, y Victor decide perseguirlo para detenerlo. Terminan en el Ártico, donde Victor muere agotado. La criatura aparece una última vez, se muestra arrepentida y dice que se va a quitar la vida porque ya no tiene ningún motivo para seguir viviendo. Es una historia muy fuerte que habla sobre la ambición, la soledad y la responsabilidad de nuestras acciones.

— No entiendo si Victor Frankenstein me da lástima o me enfurece, —dijo Chloe de repente, frunciendo el ceño—. O sea, ¿Crea algo y después lo abandona? ¿Así, de la nada? —Hades sonrió de lado, sin levantar la vista del texto.

— Enojo, definitivamente. Es como si jugara a ser dios y después se lavara las manos. El tipo es el verdadero monstruo.

— Exacto —dijo ella, señalándolo con su lápiz—. El pobre "monstruo" solo quería entender el mundo. Aprender, pertenecer... ¿Y qué hace Victor? Lo rechaza.

— Literalmente lo deja solo en el bosque, como si no fuera su responsabilidad. —Hades cerró el libro con un leve suspiro—. Shelley sabía lo que hacía. Es una crítica a la obsesión por el conocimiento sin empatía, sin consecuencias. —Chloe lo miró un momento, con las cejas levemente alzadas.

— A veces olvido que eres demasiado inteligente.

— Gracias, supongo. —Respondió él con ironía. Ella se rió en voz baja y bajó la mirada al libro.

—¿Creés que el monstruo hubiera sido distinto si alguien lo hubiera aceptado desde el principio?

— Sí. Y no sólo él —dijo Hades, su voz más baja ahora—. Creo que cualquiera cambia si lo miran con compasión en lugar de miedo.

Chloe se quedó callada un instante. No por la respuesta, sino por la forma en que él la había dicho. Había algo vulnerable en sus palabras, algo que no solía mostrar.

— ¿Eres uno de los mejores amigos que existen, sabes?




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