Blake estaba mejorando, aunque el proceso era lento. Había días en que hablaba más, comía algo y hasta sonreía, y otros en los que simplemente se quedaba mirando por la ventana durante horas, con la mirada perdida en el patio del internado.
Hoy parecía uno de esos días intermedios: no del todo bueno, pero tampoco tan malo.
El reloj marcaba las seis y veinte minutos cuando Chloe cruzó la puerta de su habitación. Llevaba una carpeta en la mano, fingiendo que había ido a dejar papeles, pero Blake sabía perfectamente que no era verdad.
— Hola, chiquita. —La voz de Blake sonó tranquila, casi rutinaria, cuando la vio entrar al lugar. Chloe cerró la puerta detrás de ella con cuidado, echando un vistazo rápido a la habitación antes de sentarse a su lado en la cama.
— ¿Tú lo sabías? —Preguntó ella sin dar muchas vueltas. Blake la miró con una expresión confusa.
— ¿Qué cosa? —Él frunció el ceño, sin entender.
— Lo de Hades y las carreras.
Por un momento, él no respondió. Solo dejó escapar un suspiro y apoyó los antebrazos sobre las rodillas.
— ¿Y qué pasa con eso? —Chloe lo observó con incredulidad, notando la calma con la que él lo decía.
— ¿Todo el mundo lo sabe?
— No, nadie lo sabe. —Su voz bajó un tono—. Y es mejor así.
— ¿Por qué? —Blake se pasó una mano por el rostro, visiblemente cansado.
— Porque Hades casi va preso por correr en una carrera ilegal. Se suponía que tenía prohibido hacerlo, aunque hace unos meses me contó que había vuelto... y mientras menos personas estén involucradas, mejor.
— ¿Qué? —preguntó ella, sorprendida. Blake miró a un lado, como si calculara cuánto debía decir. Finalmente, suspiró y se rascó la nuca.
— Sí... El muy idiota casi termina en la cárcel por eso el año pasado. Y ahora está metido de nuevo en eso, aunque juró que no lo haría más después del susto que nos dimos todos...
— Pero... ¿Por qué? ¿Por qué volvería a hacerlo sabiendo el peligro?
— Porque somos idiotas que buscamos adrenalina para olvidar nuestras mierdas personales... O al menos eso es lo que Hades me dijo cuando intenté hacerle entrar en razón anoche.
Chloe asintió lentamente, intentando procesar.
— Eso explica por qué últimamente está más inquieto que de costumbre. —murmuró, recordando las últimas semanas en las que Hades parecía incluso más distante—. Pero no se puede venir aquí de noche, ¿o sí? Tampoco tienes teléfono... ¿cómo lo hicieron?
— Hades puede ser muy sigiloso cuando quiere. —respondió Blake con un gesto leve, casi irónico.
— ¿Quién más lo sabe?
— Morgan. —Blake respondió, Chloe lo miró con los ojos muy abiertos. Ella abrió y cerró la boca varias veces, pensando que había escuchado mal.
— ¿Morgan? ¿Por qué Morgan?
— ¿Conociste a Isabella?
— ¿Estás cambiando de tema?
— No, no es eso. ¿La conociste o no?
— ¿La conocida de Morgan?
— Es la hermana.
— ¿Cómo que Morgan tiene una hermana? —Chloe trató de recordar si había oído alguna vez sobre ella, pero su mente estaba llena de preguntas.
— Isabella Wayne. —Blake la mira confundido, Chloe se encoge de hombros—. Chloe, me haces dudar si realmente saliste con Morgan.
— Toda esta información es muy nueva para mí, Blake.
— Isabella, la hermana de Morgan, participa en estas carreras. Así conoció a Hades, entonces Hades está vinculado con ella y, claramente, con Morgan.
— ¿Morgan también participa?
— Larga historia, pero no.
— ¿Tiene otro papel en esta historia?
— ¿Podemos dejar de hablar de esto?
— No, quiero saber sobre la vida de las personas que me rodean...
— Yo no quiero estar hablando de tu novio y la familia o acciones de él... —Blake se pasó una mano por el cabello, irritado.
— Ya no es mi novio, terminamos hace unos días.
— Lo siento. —Susurró, y por primera vez, su tono sonaba sincero.
Chloe siguió jugando con un mechón de su pelo, sin mirarlo a los ojos. Era la primera vez que hablaban de la relación de Chloe desde que rompieron, definitivamente, con Morgan.
— Sé que no lo sientes. —Respondió ella—. Eres un pésimo mentiroso —dijo con una sonrisa débil, levantando la vista hacia Blake. Él se encogió de hombros, pero esta vez había algo menos frío en su gesto.
— ¿En serio? Pensé que lo hacía mejor... —respondió con ironía, intentando aligerar el ambiente.
Chloe no pudo evitar soltar una risa corta y resignada antes de apoyar la cabeza contra el respaldo del sofá y cerrar los ojos por unos segundos. El cansancio emocional parecía golpearla de repente como una ola gigante; todo lo del día se acumulaba en su pecho: Morgan, Hades... Pero aquí estaba Blake siendo... Blake: sarcástico pero presente cuando nadie más parecía estarlo últimamente.
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— Dianna terminó conmigo. —Alex finalmente habló. Chloe se quedó en silencio por segundos que parecieron eternos, asimilando lo que acababa de oír.
— ¿Qué pasó? —Contestó, sus ojos enfocados en su amiga.
— Solo lo hizo, no hubo conversación previa, no hubo ninguna pelea, pero desde su cumpleaños ha actuado de esa forma. —Ella suspiró, limpiando una lágrima que se resbalaba por su mejilla—. Yo quise hablar con ella, aclarar todo, pero ella me terminó, ni siquiera pude preguntarle sus motivos. No pensé que era tan mala persona, hasta ahora.
Chloe sintió un nudo en la garganta al ver a Alex así, destrozada. Se acercó y la abrazó fuerte sin decir nada, dejando que su amiga descargara todo el dolor en su hombro.
— Lo siento mucho —murmuró Chloe cuando por fin pudo hablar—. Pero no es justo lo que hizo, mereces una explicación...
— Ya sé...
— Hermanita, melliza maléfica, melliza malherida... —Noah asomó su cabeza por el marco de la puerta, consigo llevaba una bolsa de snacks y golosinas para compartir. Hades apareció detrás de él, su expresión no era tan empática como la de Noah, pero igual estaba allí para brindarle el apoyo emocional que ella necesitaba.
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Editado: 05.12.2025