Un Año de Amores

Capítulo XLIII: 20 de Agosto

Cinco meses...

Ya habían pasado cinco meses desde que Blake había sido internado, cinco meses desde que todo se había roto. Chloe llevó la mano a la correa de su bolso, apretándola con los dedos. Siempre que venía a verlo, una parte de ella dudaba. No porque no quisiera estar allí, sino porque no sabía si Blake realmente quería verla.

La recepcionista la reconoció enseguida y asintió sin pedir demasiadas explicaciones, Chloe agradeció eso.

Blake estaba recostado sobre su cama con la mirada fija en el techo, parecía aburrido.

— Vamos cambiando esa fachada... —Habló ella, con un tono alegre, el mismo que siempre usaba para subirle el ánimo a Blake. Él parpadeó, volviendo lentamente a la realidad, y bajó la mirada. Una sonrisa pequeña, casi imperceptible, se dibujó en su cara.

— Pensé que te estabas olvidando de mí... —Dijo él, fingiendo un tono herido, aunque estaba bromeando.

— Qué extraño de ti, haciendo drama. —Ella puso los ojos en blanco y pronunció con su tono sarcástico, luego volvió a mirarlo—. Si hubiera sabido que me extrañabas tanto venía antes.

Blake levantó la ceja derecha, arqueándola, y esbozó una media sonrisa.

— Te sorprendería lo aburrido que estoy, así que sí, te extrañé. —La miró durante un momento largo, como si la estuviera estudiando con cuidado, antes de suspirar y quitarse las manos de los bolsillos. Se incorporó, sentándose en la cama para tener una mejor vista.

— ¿Estás esperando alguna especie de chisme?

Blake fingió un gesto de sorpresa, llevándose una mano al pecho.

— ¡Por supuesto que no! —dijo, con una sonrisa exageradamente dramática, antes de dejarse caer nuevamente contra la cama. Su gesto cambió a un gesto aburrido—. Me conformo con algo más interesante que observar el techo.

— Volví a ver a Morgan. —Chloe habló rápido, sin querer que se le entienda. La sonrisa de Blake se desvaneció unos segundos, antes de que su gesto volviera a una expresión fría y casi desinteresada.

— ¿Ah, sí? —Preguntó, con un tono monótono, en un esfuerzo por parecer indiferente.

— Sí... —Ella se encogió de hombros, desviando la mirada. Blake permaneció en silencio durante unos momentos, intentando disimular su desilusión. Se frotó la nuca y volvió a mirar hacia arriba.

— La carrera de Hades.

El rostro de Blake se tensó ante mencionar esa palabra. No estaba sorprendido, pero ciertamente, esa noticia no le hacía sentir bien. Sin quererlo, se incorporó y apoyó uno de los codos en la rodilla derecha.

— Pensé que no irías. —La expresión de Blake se tornó completamente seria—. No te hablé de eso para que tú fueras a meterte en el medio. —Frunció el ceño.

— Lo sé, créeme que luego me arrepentí, no es un lindo ambiente... —Ella se sentó cerca de él—. Hubo una fiesta luego de la carrera, supongo que la hacen siempre. Morgan estaba allí, supliendo tu lugar como acompañante de Hades. Apareció su hermana, habló de más, todo se fue al carajo. —Chloe estaba hablando mucho y sin pausa.

Blake se quedó muy quieto, como si cada palabra que salía de Chloe fuera un golpe. Finalmente, dejó escapar un suspiro largo y bajo.

— No deberías haberte involucrado. —Su voz sonó cansada, casi molesta—. ¿Acaso no te basta con todo lo que yo te cuento de aquel lugar, del tipo de personas que se encuentran allí, de todos los problemas que ocurren? ¿Siempre harás oídos sordos a todas mis advertencias? —Chloe tragó saliva, mirando hacia otro lado por unos segundos, algo en ella se negaba a mantenerse al margen—. Maldita sea, Chloe. Es gente de mierda. —Bufó enojado.

— Lo sé, pero también sentí curiosidad, quería conocer la otra faceta de Hades... —Blake no respondió enseguida. Simplemente dejó que sus dedos jugaran con el borde de la sábana del hospital, sin apartar la vista de ella.

— No quiero que vuelvas a involucrarte en ese mundo, todos tienen una doble cara que nadie conoce, hasta la persona más inocente. Sé que nosotros conocemos a Hades desde muy pequeños, pero ese Hades no es el mismo que se mete en ese ambiente con esa gente.

— Era una sola vez...

— Si querías ir le tendrías que haber avisado a alguien más, no conformarte sólo con la presencia de Hades. A él cuando está allí no le importa nadie más, le gusta la atención que capta, le gustan las mujeres que hay, le gusta el peligro y la adrenalina.

— ¿Hades también consume...? —Blake la miró, pero negó con la cabeza.

— No, Hades no es así. Le gusta la cafeína, hace que se sienta despierto y lo altera, pero no es tan adictivo como una droga cualquiera o una pastilla. No quiere meterse en eso.

— Bueno... eso es algo, al menos.

— No te hagas la ilusión de que solo porque él no consume significa que ese ambiente es seguro. —Hizo una pausa, tragando en seco antes de continuar—. Hay personas allí que sí lo hacen, y no son precisamente... amigables. Si vas de nuevo y te metes donde no debes, no tendrás a Hades para protegerte.

— Entiendo —Chloe apretó los labios. Sabía que Blake tenía razón, pero algo dentro de ella se negaba a aceptarlo por completo.

— Ojalá fuera así. —Miró al suelo un momento. Blake suspiró, pasándose una mano por el rostro—. ¿Sabes qué es lo que más me molesta. Chloe? Que yo no puedo estar allí. que no pude acompañarte, desde aquí no puedo protegerte ni evitar que te metas en problemas.

— Sé que estás preocupado, pero no te sientas tan mal. Yo puedo cuidarme sola.

— ¿Dijiste que estaba Morgan haciendo de suplente? —Blake cayó en cuenta tarde, frunciendo el ceño. Chloe asintió, murmurando un bajo "si"—. ¿Él estuvo contigo?

— Morgan me llevó hasta mi casa, Hades estaba muy metido en lo suyo como para percatarse que yo seguía allí. Sólo pasó eso, conversamos un poco y ya.

— Morgan no tendría que estar allí, por culpa de ese ambiente y ese tipo de gente él terminó en rehabilitación. Ese lugar lo lleva por el mal camino y lo sabe.

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