Un año para despedirse

Capítulo 3: Estuvo en todo

Pasaron años. Años de amistad real. De esa que no se rompe con un malentendido ni se desinfla con el tiempo.

Durante esos siete años, él vivió sus romances. Yo también. Nos contábamos de nuestras cagadas sentimentales con esa confianza incomoda de los que se quieren más de lo que admiten. Cuando me embarace, tenía solo 19 años. Estaba llena de miedo y dudas. Tenía el corazón en las manos, pero igual se quedó como pocos amigos lo habían hecho. Y nunca me juzgó. Nunca hizo un comentario cruel. Nunca se alejó cuando todo se volvió demasiado.

Yo estaba hecha pedazos intentando reconstruirme como mujer, madre, como ser humano. Él estaba ahí, sosteniendo los pedazos, sin presionar.

Con el tiempo, nuestros caminos siguieron cruzándose. Más íntimos, más inevitables. Hasta que un día, sin tanto anuncio ni fuegos artificiales, me dijo que quería intentarlo conmigo.

" No quiero ser tu amigo para siempre," me dijo " Quiero ser el que esté contigo también cuando no haya nadie más."

Y yo, que lo quería de más sin saberlo, le dije que sí.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.