-damas y caballeros hoy tenemos en nuestro estudio a uno de los mejore escritores del año, el dueño de miles de corazones. Con ustedes Seiji yamamoto- aplausos era lo que se oía en todo el lugar.
-hola a todos- dije con una sonrisa mientras levantaba mi mano en forma de saludo frente a la cámara
-es un honor que este aquí en nuestro estudio señor yamamoto-
-al contrario, el honor es mío-
-señor yamamoto hace poco saco su más reciente novela que sin duda ha marcado el corazón de muchos lectores- dijo el hombre con una gran sonrisa -le gustaría contarnos un poco más sobre esta gran novela- no tenía otra alternativa.
-por supuesto, hoy estaré dispuesto a contestar todas las dudas que tengan sobre el libro- dije fingiendo una sonrisa
-bueno ya oyeron señoritas, esté hombre está dispuesto a responder-dijo el hombre con un tono de burla
Estar aquí sentado me daba fatiga, odiaba tener que estar frente a las cámaras y que tuviera que responder a todas las preguntas que tenían. Era estresante porque yo escribía porque lo amaba, pero no escribía para ser el blanco de las pantallas.
-oh, pero si ya tenemos la primera pregunta de la noche- el hombre volteo su cara para verme y sin dudar extendió una gran sonrisa.
- ¿Qué te inspiro a escribir el libro? – era una pregunta muy frecuente que me hacían, por eso ya tenía una gran respuesta.
-para escribir este libro me inspire en un viejo cuento que leí cuando tenía alrededor de 13 años y aun lo recuerdo como si fuera ayer cuando lo termine- dije con una sonrisa y en cuestión de segundo todas comenzaron a aplaudir.
- ¿alguna vez se ha enamorado de alguien? – esta pregunta es muy frecuente por no decir que todo el tiempo quieren saber de mi vida privada.
-creo que aún no encuentro a la mujer indicada- todas comenzaron a gritar.
Luego de algunas preguntas más, por fin se había terminado, me levante apresuradamente del mueble y sin dudar Sali del estudio para ir directo a mi camerino, de nuevo estaba teniendo un ataque de pánico. Coloque mis manos sobre la mesa mientras trataba de respirar, siempre me pasaba esto, aun no me acostumbraba a las cámaras y al estar tan rodeado de personas.
- ¿Seiji estas ahí? – era la voz de Erik, debe de haberse enterado sobre mi salida de emergencia del estudio
- ¿quieres hablarlo? – me sentía inútil, llevo 7 años en el mundo de la literatura y aun no supero mi pánico a las cámaras.
Me senté en el suelo poniendo mis manos en mi cara inhalando y exhalando todo el aire que tenía acumulado en mis pulmones. Después de unos largos 40 minutos pude controlarme y pude ponerme de pie con una cara diferente y un ambiente de relajo.
-me asustaste pensé que te habías muerto porque no respondías- dijo Erick mientras se acercaba – eres un idiota- dijo dándome un golpe en el hombro.
-joder porque siempre haces eso, acaso quieres que me dé un infarto- que masa da – dije mientras sobaba mi hombro.
-siempre dices eso y nunca me dejas ayudarte- dijo Erick haciendo mala cara -bueno eso ya no importa, lo importante es que a la gente le encanto la entrevista al igual que a tus fanáticas, con esto podemos asegurar unas 20,000 copias más del libro.
Escuchar eso me perturbaba, eso significaba más tiempo en cámaras y eso me desagradaba completamente, solo quería regresar a mi casa y encerrarme en mi cuarto. Las cámaras toda la vida me han perseguido y traumado, no tengo buenos recuerdos con las pantallas y las redes.
-cuando puedo irme- dije con mala cara y harto de esto.
-pronto solo debemos ir a que firmes unos libros y ya podremos irnos-
-bien-
Sin mentir estuve casi 3 horas firmando y escuchando coas que no tenían que ver con el libro y eso solo me daba dolor de cráneo, respire hondo y apoye mi brazo en el escritorio mientras me sobaba la cabeza.
OTRO LADO DE LA CIUDAD
- ¿qué tal la ceremonia hanni? – pregunto Lin al otro lado del mostrador -estuvo bien, al menos mi discurso sonó más natural-dije riéndome.
Lin era mi compañera de trabajo en la cafetería, trabajaba a medio tiempo sirviendo cafés y rebanadas de pasteles y sin mencionar que también debía escuchar los lamentos de los clientes y ver a todo tipo de personas llegar a este lugar.
Lin es estudiante de ingeniería civil, nuestras carreras no se topaban, pero sin duda Lin es una persona especial y divertida.
-y cuéntame, no viste a algún chico lindo de primer año- conocía ese tono y a donde quería ir. Con una sonrisa le dije -mmm sabes, había un chico- uhh cuéntame más- Lin acerco su cara un poco más a mí con sumo interés de saber sobre ese tal chico.
-era un oboísta y super lindo que incluso tenía un sombrero de paja y un moñin rojo que casi lo ahorca- dije aguantándome la risa
-ja.ja.ja sabes que tus chistes no me hacen gracia hanni- pues a mi si
-vamos, enserio nunca has pensado en la idea de tener novio, literalmente en todos estos años de universidad nunca tuviste un novio o un casi algo. A veces no te entiendo hanni.
-no tienes que entenderme, simplemente no me interesa y para tu información no necesito un novio para ser alguien en la vida- dije de mala gana porque siempre me hacen esa pregunta
-además no he encontrado al hombre indicado-
-pues a este paso llegaras virgen a la tumba- dijo Lin con un tono de risa, que para nada me hacía gracia
-bueno es mi problema, ya mejor sigamos con el trabajo, al señor Steve no le gustara vernos holgazanear
-ni lo digas, iré atender a la mesa 11 te encargo la express- dijo Lin guiñándome el ojo
Mientras organizaba la máquina de café, la campana de la cafetería hizo el sonido que daba la señal de un nuevo cliente.