En algún momento de la noche, Clara, mi amiga aparece y decide que la fiesta necesita un poco más de "romance navideño". Organiza un juego absurdo: cualquier pareja que se encuentre bajo el muérdago debe darse un beso. Clara nos empuja literalmente hacia la planta colgante, provocando una reacción inmediata.
Emma: (con las manos levantadas, como si se rindiera)
Solo para que quede claro, esto no fue idea mía.
Lucas: (cruzándose de brazos)
Podríamos simplemente ignorarlo y seguir con nuestras vidas.
Clara: (desde el fondo)
¡Eso sería romper las reglas! ¡Vamos, chicos, un beso rápido! Es tradición.
Lucas y yo nos miramos por un segundo, incómodos, pero finalmente di un paso hacia él y bromee
Emma:
Prometo no decirle a Santa si tú no lo haces.
Lucas sonrío, un poco menos serio que antes. Se inclino y me dio un beso breve en la mejilla. Clara protesto desde el fondo por el "truco barato", pero Lucas y yo simplemente nos encogimos de hombros.
Emma:
¿Ves? Tradición cumplida. Y sin necesidad de traumatizarnos.
Lucas:
Por una vez, estoy de acuerdo contigo.
Ambos nos separamos, pero no antes de compartir una mirada que sugiere que este encuentro podría haber sido más significativo de lo que estabamos dispuestos a admitir.
Narrador
Emma se va de la fiesta algo desconcertada por lo mucho que disfrutó hablando con Lucas, mientras él, al salir, reflexiona brevemente sobre lo raro que fue encontrar a alguien con quien realmente pudo soportar una conversación en una fiesta navideña.
El capítulo termina con un detalle curioso: Lucas encuentra un pequeño adorno navideño en su bolsillo, que alguien debió meterle durante la fiesta. Se lo guarda, sin saber que ese será el primer indicio de que esta Navidad será diferente.