Al salir de las cuevas, Lucas la guía a un mirador cercano. La ciudad de Valkenburg se extiende bajo ellos, iluminada por luces navideñas y una luna brillante. La nieve cae suavemente, creando un silencio mágico.
Lucas se quita su bufanda y, sin decir una palabra, la envuelve alrededor del cuello de Emma.
Emma:
¿Qué estás haciendo?
Lucas:
No quiero que te congeles. Además, me debes por los oliebollen que tuve que comprar para entrar aquí.
Emma ríe, un sonido que a Lucas le parece extraño y hermoso a la vez.
Emma:
Gracias… aunque podrías haber traído una segunda bufanda.
Se quedan en silencio por un momento, mirando las luces en la distancia. Lucas, sin pensarlo demasiado, desliza su brazo alrededor de los hombros de Emma.
Lucas:
¿Sabes? Creo que eres más valiente de lo que crees. No cualquiera estaría dispuesto a fingir una relación y caminar por una cueva con un tipo como yo.
Emma, apoyándose ligeramente contra él, murmura:
Emma:
Y tú no eres tan insoportable como pensé. Aunque todavía estoy pensando si te arrepentirás de esto.
Lucas baja la mirada hacia ella, su rostro tan cerca que puede ver los pequeños copos de nieve en su cabello.
Lucas:
No lo creo.
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Narrador
Por un momento, el tiempo parece detenerse. Emma siente que algo cambia entre ellos, algo más profundo que cualquier acuerdo que hayan hecho. Pero justo cuando parece que Lucas se inclinará para besarla, Emma se aparta ligeramente, fingiendo arreglar la bufanda.
Emma:
Será mejor que me lleves a casa antes de que cambie de opinión sobre este plan.
Lucas sonríe, divertido, pero no insiste.
Lucas:
Como quieras, pareja.
Mientras caminan de regreso, ambos sienten que algo en su relación ha dado un paso adelante. Aunque ninguno lo dice, el calor del otro persiste mucho después de que se sueltan las manos al despedirse.