Más tarde, Lucas sugiere que intenten algo "más sencillo" y saca una receta familiar para galletas navideñas. Emma se burla de él mientras intenta descifrar las instrucciones.
Emma:
Déjame adivinar. ¿Tu madre escribió esto en un lenguaje secreto para que nadie más pudiera hacerlas?
Lucas, cubierto de harina después de intentar medirla sin cuidado, responde:
Lucas:
Quizás. Pero creo que podemos improvisar.
Mientras trabajan juntos, la cocina se convierte rápidamente en un caos. Emma, tratando de mezclar la masa, termina salpicando harina por todas partes, incluyendo el rostro de Lucas.
Lucas:
Oh, ahora sí.
En un instante, Lucas toma un poco de harina y la lanza sobre Emma, provocando una pequeña guerra en la cocina. Ambos ríen como niños, olvidando por completo el desastre que están creando.
Eventualmente, logran meter las galletas en el horno. Mientras esperan, Lucas se apoya en el borde de la encimera, observando a Emma.
Lucas:
Eres diferente cuando sonríes. Como si la Navidad no fuera tan mala después de todo.
Emma, atrapada por la intensidad de su mirada, desvía la vista.
Emma:
Supongo que... a veces, las personas pueden sorprenderte.
Lucas se inclina ligeramente hacia ella, pero antes de que pueda decir algo, el temporizador del horno suena, haciendo que ambos salten.