Jenell Becher
— No sé olviden de traerme la tarea echa para la semana que viene, es el último día que tiene para traer el trabajo—dijo la profesora— y por favor estudien para el examen— dijo a notando la fecha del examen, bien tengo tres semanas para estudiar y memorizar— Estás la semana que viene— todos salieron casi corriendo fuera del salón, termine de guardar mis cosas.
— Adiós profe— me colgué la mochila en mi hombro.
— adiós, Jenel, que tengas un lindo día— dijo con una sonrisa.
— Gracia, igual Usted profesora— salí del salón y caminé a paso lento a la salida.
sabia perfectamente que el ya me estaba esperando a que saliera.
—hola—me acerque a él para darle un beso en la mejilla , pero él fue más rápido y beso mis labios en un beso lento.
— Hola, hermosa, me estoy haciendo adicto a tus labio—dijo apoyando su frente con la mía.
— Vamos, no me gusta ser el centro de atención de todo el mundo—le dije alejandome de él y me subí al auto.
Darren rodeó el auto y se subí arrancando el auto.
— Bueno, dime cuál era ese favor qué quieres que te haga— dijo sin dejar de mirar el camino.
— eh si Eso, prefiero hablar en un lugar tranquilo, para mi es un tema delicado y no quiero que nadie escuche— le dije y el asintió.
Ninguno de los dos dijo más nada, mientras él manejaba yo miraba por la ventana como las persona, caminaban Mirando tiendas, algunos solos, otros con su pareja, otros con su pareja e hijos, sonriendo felices como si fuera que no tuviera ninguna clase de problemas.
el auto se para en un semáforo y una pareja de ancianitos llama toda mi atención, ambos están sentados en una banca tomados de la mano disfrutando el día tan Hermoso y soleado que dios nos presto, el la mira con cariño y ese amor puro y ella lo mire de igual manera, el auto arranca de nuevo y lo último que veo es cuando se dan un tierno beso.
Un amor así de real y puro quiero tener, un amor que todo lo vence, un amor que todo lo cura.
pero como encontrar a esa persona que esté dispuesta a dártelo, es tan difícil de encontrarlo.
— Ya llegamos— dijo estacionando el auto y cuando bajo me doy cuanta que estamos en su casa.
— Era mejor ir a una plaza, no crees— le dije y el saco las llaves de la casa abriendo la puerta dejándome pasar a mi primero.
— si, pero creo a ver escuchado que dijiste que no querías que nadie nos escuchara hablar, que mejor lugar que mi casa para hablar tranquilos, no crees— no dije nada por un rato ya que tenía razón.
— me darías un vaso con agua, por favor — siento que se me seca la garganta, mierda estoy demasiado nerviosa por lo que voy hacer.
No estoy 100% segura de pedírselo, pero es mi única opción, ya llegué hasta aquí, y no pienso retroceder.
— Aquí tienes— me dio el vaso me sentó y lo tome todo de una sola ves— vaya, si que tenías sed— dijo sentándose en frente de mi.
Lo miré analizando cada uno de sus movimientos y sus gestos, suspire y sin más solté la bomba.
— Quítame la virginidad — no lo mire, cerré mis ojos de inmediato, no tengo valor para mirarlo, en estos momentos me arrepiento de acercarlo dicho.
Escucho como suelta una enorme carcajada, quito mis manos de mis ojos y los abro, mi mirada se cruza con la de el. Muero de vergüenza.
— Que maldita broma es esta— no dejaba de reírse— no me jodas, tu virgen a los 19 años, que buen chiste— si supieran que no tengo 19 años, que todavía soy menor de edad.
— Deja de reírte, te hablo de en serio— de repente se deja de reí y se pose serio.
— De verdad me lo dices— asiento, de seguro ya estoy echa un tomate— joder no lo puedo creer — se levanto pasando una de sus manos por su pelo en forma de nervios.
— lo aras — el me mira como buscando una señal de lo que estoy diciendo sea mentira.
— estas 100% segura de esto, por que por mi no hay problema— me dijo a lo que yo asentí de inmediato— vale cuando quieres que lo hagamos— dijo volviéndose a sentar.
— te pare el viernes, quiero dejar de ser virgen antes de mi cumpleaños-- el asintió.
—vale, entonces el viernes será— me levante y lo abrace.
🔶DARREN MELLER 🔶
hace mas o menos una hora hace que se fue Jenell a su casa, y ahora estoy solo, la verdad voy a ganar ya que ella me lo puso fácil.
nunca me me imagine que con 19 años todavía fuera virgen, estaba tomando un vaso de vino cuando tocaron la puerta, tome el ultimo trago y fui abrir la puerta.
— Buenas, buenas, hermano— Pablo entro a la casa con una sonrisa típica de él.
— Que tal, a que le debo el honor a tu visita— le dije y nos sentamos en el sofá.
—Pues que crees, vengo a hablar de negocios— a sentí— como vas con lo de la apuesta, no te olvides que la tienes que llevar a tu cama antes de su cumpleaños— dijo y sonreí.
— pues déjame decirte que ya perdiste— le dije y al abrió los ojos como plato.