17.

Din arrojó la chaqueta sobre la silla y se estiró para alcanzar el jugo. Esperaba que Allan y sus chicos recibieran una buena paliza hoy, pero un chico pelirrojo lo arruinó todo.

—¡Hola, Din! —se escuchó desde atrás.

El chico se dio la vuelta y vio a su primo, Tom Fisher.

—Hola, Tom —respondió él—. ¿Qué te trae por aquí?

—Una anciana local presentó una denuncia a la policía sobre una pelea en Vimes. ¿No adivinas de quién podría estar hablando?

—¿Le dijiste que se fuera a casa a ver sus telenovelas?

—Din, esto no es una broma.

—Está bien —Din se levantó del sofá—. ¿Y tiene pruebas esta anciana? Me refiero, aparte de un certificado psiquiátrico. ¿Que alguien peleó con alguien en algún lugar? No tenemos responsabilidad penal por eso.

—Sí, pero solo si no se usaron armas.

—Y nadie las usó. No es la primera vez. Además, nos fuimos de allí a tiempo.

—¿Entiendes que no podré resolver estos problemas siempre?

—Por supuesto, Tom.

—¿Es por eso que estás tan enfadado? ¿Porque les impidieron ajustar cuentas con Lannister?

—Sí.

—Debo señalar que la anciana tiene razón después de todo. No deberían organizar peleas en medio de un patio residencial. Para eso existen zonas más apartadas de la ciudad.

—No es culpa de la anciana. Casi le dimos una paliza a Allan, pero un chico intervino en la pelea. Dijo que vino a proteger a su chica. Por cierto, ese patio apenas puede considerarse residencial. Solo viven allí unas pocas personas, y ni siquiera de forma permanente.

—Vaya, ¿tienen un nuevo miembro en la banda?

—No lo sé, me pareció que ninguno de los chicos de Allan lo conocía.

—Investigué a esa chica. Su madre es médica. Y su padre, o más bien su padrastro, es empresario. Vende algún tipo de supercosméticos y viaja constantemente a diferentes presentaciones. También tiene una hija de su primer matrimonio.

—¿Y quién es el padre biológico de la chica?

—No se sabe. En la sección con información sobre el padre, no hay nada.

—¿Qué? ¿Eso es posible?

—Mira, cuando ella nació, aún no existían archivos electrónicos ni registros digitales. Era bastante difícil mantener un control de todo esto. Me costó mucho esfuerzo buscar en los archivos. ¡Imagínate, la ficha de esta chica estaba en un cajón que comienza con la letra "D"!

—Hmm... ¿Quizás el apellido de su padre empieza con esa letra?

—Din, ¿qué importancia tiene quién es su padre? ¿Quieres que investigue a todos los hombres de Leslaya con apellido que empiece por "D"?

—No, es solo una suposición. Ella tenía geraidezin consigo y ni siquiera dudó en ofrecérselo a Ern. Por eso decidí averiguar más sobre ella.

—¡Vaya! Aunque es perfectamente posible que lo tomara de la base de Lannister. En cualquier caso, Din, ¿comprendes que esta chica puede causarte problemas?

—Me parece que sus padres ni siquiera saben en qué compañía se mueve. Los padres, por lo que parece, son personas respetables. Dudo que ella se queje ante ellos.

—Din, estoy seguro de que ella no es tan valiente como Lannister o cualquiera de su banda. Si se asusta lo suficiente, sin duda correrá a sus padres.

—En ese caso, me ocuparé del asunto.

—¿Para qué la necesitan? ¿Realmente crees que está saliendo con alguno de ellos?

—Si no fuera así, no la protegerían. Mira, esta chica es su punto débil. Y no voy a desperdiciar esta oportunidad para presionarlos. Especialmente si es la novia de Arman. Todavía tengo cuentas pendientes con él por mi brazo roto.

—Como quieras, Din.

—Solo la asustaremos un poco. Le advertiremos que ya no hay marcha atrás si se ha involucrado con nuestros enemigos. Estoy seguro de que ni siquiera considerará quejarse con nadie.

***

—Mayla, en serio, ¿por qué decidiste de repente terminar los últimos seis meses en otro colegio universitario? —preguntó Ern—. No soy mamá. Y no me trago esos cuentos sobre prepararte para la vida adulta.

—Solo quiero cambiar de ambiente —respondió la hermana—. ¿Qué más da dónde termine el colegio universitario?

—¿Qué hay de Vernon? ¿O fue él quien decidió terminar sus estudios en Niorim?

—No, Vernon va a estudiar en Arnios. Así lo decidieron sus padres. Ern, no me molestes, ¿vale?

—Entiendo que estés triste. Pero Niorim es peligroso.

—Por eso vine aquí, para estar cerca de ti. ¿Estás insinuando algo sobre vuestros enemigos? Pues no les tengo miedo. Y confío plenamente en ti. Eres muy fuerte. Todavía recuerdo lo lejos que salió volando Kent —la chica sonrió.

—Gracias, Mayla —respondió Ern con una sonrisa amable—. Pero aun así, no creo que puedas pasear libremente por la ciudad cuando quieras. Tarde o temprano se enterarán de todo. Bueno, debo irme con los chicos. Estoy seguro de que Allan intentará quitarnos nuestro pedido. No hay tiempo que perder.

Con estas palabras, Ern salió de casa y se dirigió al estacionamiento. Se subió al automóvil y condujo hasta uno de los apartamentos donde Din se reunía con su banda.

—¿Qué hay? —preguntó al entrar en la habitación—. ¿Averiguaron qué planea Allan?

—Va a reunirse con Donovan esta noche en el club. Parece que a Donnie le interesa su mercancía y ha aceptado negociaciones serias —respondió Lester—. Din intentará presionar a los socios de Donnie; quizás compartan algo interesante con nosotros.

—Pfff, deberíamos insinuarle a Donovan que está jugando a dos bandas... —intervino Edward.

—No podemos —replicó Ern—. Entiendo que Donnie no sabe que conocemos sus planes, ¿verdad?

—No —respondió Lester.

—Vamos al club esta noche —propuso Din al entrar en la habitación—. Ern y yo iremos. Y ustedes, chicos, pueden encargarse de la banda de Allan y su base.

—La policía estuvo allí hace poco —objetó Brian—. ¿Estás seguro de que es seguro?

—Depende de cómo lo hagamos —sonrió el líder.

—La chica no ha dormido en su casa desde hace unos dos días —añadió Dakota—. He estado vigilando, pero no ha aparecido. Así que no digan que no la conocen.