Un buen juego sin reglas

95.

La chica exhaló con fuerza. Como si recordara algo, se tocó el bolsillo de la chaqueta. El teléfono parecía estar en su sitio. Pero antes de que Meilin pudiera alcanzarlo, Dave lo sacó ágilmente.

—Ni se te ocurra —amenazó, y guardó el dispositivo en el bolsillo de su cortavientos.

—Tengo un déjà vu —dijo ella en voz baja.

Al poco tiempo, el coche se detuvo en uno de los patios. Dave sacó a Meilin del coche y la arrastró hacia el portal. Ella se resistía.

—¿Esto qué es, Derneyer? —preguntó atónita al notar la placa con el nombre de la calle.

—Vaya, conoces bien la ciudad —dijo Dave con tono prolongado.

—Nací aquí, por cierto.

Tenía que idear algún plan. Huir del edificio y subirse a un autobús no era opción. A Derneyer apenas llegaba transporte. Era un barrio relativamente nuevo. Alrededor se elevaban obras de construcción que rodeaban futuros edificios de apartamentos. Pocos edificios estaban listos para ser habitados.

Dave arrastró a Meilin al apartamento. Atravesaron un pasillo estrecho y llegaron a la sala de estar. Meilin miró a su alrededor: una habitación normal, un sofá, un perchero, dos sillones, un televisor en la esquina.

—Vaya, a quién tenemos aquí —resonó una voz familiar. Meilin se quedó inmóvil. Una ola desagradable de frío se extendió por su espalda y sintió un pinchazo en los talones. Uno de los Rayson. Desafortunadamente, había memorizado su voz demasiado bien. —Mira, Blake.

—Sal de la habitación —le dijo Dave con claridad.

Hidd solo levantó una ceja con escepticismo.

—Mejor no te metas, Dave —Blake entró en la habitación—. ¿De qué lado estás exactamente?

Dave se plantó decididamente en medio de la habitación, haciéndoles entender a los hermanos que no pensaba permitirles llegar hasta Meilin. Esta miraba frenéticamente a su alrededor, buscando una vía de escape. Su mirada se detuvo en la ventana, entreabierta para ventilar. Meilin corrió hacia ella con alegría, pero la sonrisa se borró de su rostro casi al instante. Unos ocho pisos, por lo menos.

—Yo me encargo —soltó Hidd con confianza.

Blake hizo un gesto con la mano en señal de acuerdo, luego se apartó y se quedó junto a la pared, observando con indiferencia. Su hermano se dirigió directamente hacia Dave.

—Vale —dijo Dave, quitándose la chaqueta y lanzándola al perchero—. ¿No queréis hacerlo por las buenas? Tendré que enseñaros cómo comportarse correctamente con las chicas.

Dave empujó a Hidd, que claramente se disponía a abrirse paso. Entre los chicos se desató una pelea. Meilin se precipitó hacia el perchero y comenzó a revisar los bolsillos presa del pánico, buscando su teléfono. Sin sacarlo, pulsó el icono de la agenda telefónica.

—Oye, ¿qué haces ahí? —Dave se giró y casi recibió un golpe.

Meilin pulsó la llamada al primer contacto, Alex, y retiró la mano de golpe.

—¿Y si yo aprendo a comunicarme con ella? —Blake se separó de la pared y se dirigió hacia Meilin.

Dave golpeó con fuerza a Hidd y saltó delante de su hermano.

—Dave, ¿para qué me trajiste a vuestra base en Derneyer? —preguntó en voz alta, esperando que Alex supiera dónde estaba la base de Raynom en Derneyer.

Apenas pudo oír el suave «Diga» que llegó desde el bolsillo. Lo importante era que los demás no lo oyeran.

—Ya te lo dije —respondió Dave con irritación, esquivando ágilmente a ambos hermanos y chocando sus frentes—. Raynom necesita una garantía para hoy.

—¿Por qué siquiera hablas con ella? —Blake se recuperó demasiado rápido después del choque—. Te cansarás de apartarnos de esta muñequita, Dave.

***

Alex dirigió la mirada hacia los chicos, que ya terminaban de empacar la mercancía.

—Dave secuestró a Meilin. Están en Derneyer. Los Rayson están allí. Voy para allá —soltó de un tirón.

—Vaya, ¿entonces Alister no mentía cuando dijo que tienen una base allí? —dijo Daniel con asombro.

—Sí, solo que en ese momento esa información no nos resultaba necesaria. ¿Podréis arreglároslas sin mí?

Los chicos asintieron. Alex se dirigió rápidamente hacia la salida.

—Allan, voy contigo —dijo Kir.

—No —el líder se dio la vuelta y lo miró—. Tú mismo entiendes por qué.

***

—¿Kir? —Mayla apretó el teléfono contra su oreja—. Justo iba a llamarte.

—Dave secuestró a Meilin —dijo el chico en voz baja al auricular, mirando a su alrededor—. Díselo a Ern. Te enviaré la dirección por mensaje.

—Vaya, ¡y yo ya había salido a buscarla! Meilin fue al baño y desapareció. La siguiente clase ya empezó.

—¿Dónde estás ahora?

—En el pasillo. Salí para llamarte.

—Vuelve al aula, por favor. No quiero que te secuestren a ti también.

—De acuerdo.

—Y escríbeme después.

—Sí, sí.

—Y una cosa más: Alex ya fue hacia allá.

***

Dave estaba en medio de la habitación, respirando con dificultad. Tenía los puños cerrados. Blake y Hidd estaban frente a él, esperando.

—Escucha, ya me tiene harto —dijo Blake—. Escríbele a Raynom.

Hidd negó con la cabeza.

—A Raynom no le va a gustar —dijo—. Además, solo ordenó vigilar a Dave.

—No creo que Raynom esté en contra de nuestros planes.

—Sigo aquí, por si acaso —señaló Dave con sarcasmo.

—¿Nos encargamos de él rápido? —Hidd miró a su hermano, que asintió.

Dave puso los ojos en blanco. Esta pareja era increíble.



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En el texto hay: romance, drama, amor

Editado: 03.11.2025

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