Un buen juego sin reglas

146.

Cuando Dean se acercó, el chico ya estaba terminando la conversación. Al notar a su nuevo aliado, Alex saltó del capó.

—Oh, hola —dijo—. Nico dijo que vendrías más tarde.

—Hola —saludó Dean—. ¿Hablamos?

—Vale —sonrió Alex con facilidad—. ¿De qué?

—De Kiara —Dean metió las manos en los bolsillos de sus vaqueros y miró atentamente a su interlocutor—. ¿De verdad sigues enamorado de ella?

—Sí —respondió Alex sin vacilar.

—¿Y nadie más ha llamado tu atención como ella?

—Sí.

—¿Y Aubrey?

—Pensé que podríamos salir. Que así podría olvidar a tu hermana. Pero nunca sentí por Aubrey lo mismo que por Kiara.

Dean exhaló con dificultad. Por un momento, el silencio se apoderó de ellos. Alex esperaba.

—Vale —dijo Dean de repente—. No voy a interponerme. Puedes hablar con Kiara. Pero si le haces daño de alguna manera, atente a las consecuencias.

—Nunca le haré daño —respondió Alex con firmeza—. Tengo curiosidad, ¿a qué se debe este cambio?

—No es asunto tuyo, Alex —soltó Dean con cierta irritación—. Ve a buscarla.

—Pero no sé si ella siente algo por mí —dijo Alex de repente—. ¿Cómo te lo imaginas?

—Alex, vete o te voy a dar en la cara —advirtió Dean.

No hubo que insistir dos veces. Alex se dirigió rápidamente al apartamento.

—¿Alguien ha visto a Kiara? —preguntó a los chicos que, como de costumbre, jugaban en la sala.

—Estaba en el segundo piso —soltó Arman sin distraerse.

—Sí, yo también la vi allí —confirmó Kir.

—Gracias —Alex se dirigió a las escaleras y subió al segundo piso.

Echó un vistazo a la habitación de invitados, cuya puerta estaba entreabierta: nadie. Luego a la segunda sala: también vacía. Siguió adelante, dirigiéndose a la siguiente habitación que daba al balcón. Allí encontró a Kiara. La chica estaba de pie junto a un enorme espejo, maquillándose los ojos.

—Hola —saludó Alex, entrando.

—Hola —respondió Kiara con bastante frialdad, sin distraerse—. Los chicos están en la sala.

—Lo sé. No vengo a verlos, sino a ti. Quiero hablar —Alex se acercó más.

—Habla con Aubrey —se le escapó a Kiara, tras lo cual se detuvo bruscamente y se concentró más cuidadosamente en su tarea.

—Vaya —fue todo lo que dijo Alex.

No esperaba eso.

«¿Eso son celos? ¿Entonces quizás Dean sabía algo?»

—¿Por eso me evitas?

—¿Qué te hace pensar que te evito? —Kiara se dio la vuelta y lo miró con enfado.

—Porque es evidente.

—Nunca hemos hablado mucho.

—No es verdad —Alex dio otro paso adelante, mientras que la chica retrocedió—. Solo en Niorimi nos vimos varias veces. Aquella vez en el centro comercial. Y luego tú misma me llamaste.

—Estaba aburrida —Kiara intentaba con todas sus fuerzas dar un tono de indiferencia a su voz, mientras seguía retrocediendo.

—¿Pero por qué me elegiste a mí?

—Quería hacer enojar a Dean.

—¿Para qué?

La espalda de la chica tocó el alféizar de la ventana junto a la puerta que daba al balcón. Ya no había más sitio para retroceder. Alex apareció instantáneamente casi pegado a ella, colocando ambas manos a los lados y bloqueando todas las vías de escape. Kiara bajó los ojos de inmediato, sintiendo cómo se ponía roja como un tomate.

En ese momento, el teléfono de la chica, que estaba sobre el alféizar, se iluminó traidoramente, mostrando el fondo de pantalla. Era la misma foto que habían tomado las amigas de Kiara: su beso con Alex. Y aunque la imagen estaba recortada y un poco retocada, Alex la reconoció de inmediato.

—Recuerdo ese día —dijo de repente, tocando con los dedos la barbilla de la chica—. Y yo también tengo esa foto.

Kiara levantó los ojos sorprendida y lo miró. Al encontrarse con su mirada, se puso aún más roja.

—Te amo, Kiara —continuó Alex—. Desde ese mismo momento, más o menos. ¿Crees que te habría besado sin más?

—Y yo a ti —dijo Kiara apenas audible.

Toda su defensa se desmoronó. Entonces Alex se inclinó aún más cerca y tocó los labios de la chica con los suyos.

***

Dean, inquieto y decidido a vigilar un poco la situación, se sobresaltó cuando alguien le tocó el hombro por detrás.

—Espiar está feo —dijo Nico en voz baja—. Vámonos.

—Ya empiezo a arrepentirme de haber aceptado esto —dijo el chico con inquietud.

—¿Tienes miedo de que Alex se entusiasme tanto con Kiara que se olvide de Raynom? —preguntó la hermana de Allan en voz alta, mientras se alejaban de la habitación y caminaban por el pasillo hacia las escaleras.

—Raynom no dejará que se olviden de él —respondió Dean—. Tengo miedo de haber dejado actuar a Alex en vano.

—Tranquilízate, Dean. Todo saldrá bien. Y Raynom seguro que no les dejará aburrirse.

—Sí, al menos de eso estoy seguro. Bueno, vamos. Pronto nos espera un enfrentamiento serio con él. Espero que Alex se una después de todo.

Con estas palabras, Dean aceleró el paso. Quizás Nico tenía razón. Quizás su alianza duraría más que la anterior. En cualquier caso, no tenía sentido pensar en qué pasaría si no. A ambos equipos les esperaban todavía muchas aventuras.



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En el texto hay: romance, drama, amor

Editado: 16.11.2025

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