Hati levantó la cabeza orgulloso, con una enorme sonrisa que dejaba ver todos sus dientecillos. Movía las manos emocionado mientras hablaba.
—¡No todo fue malo! —dijo con entusiasmo.
Thor y los demás lo miraron con extrañeza, confusos por el súbito cambio de ánimo del cachorro, pero le dejaron continuar.
—¡Encontré a mi mamá! —soltó de golpe, como si estuviera compartiendo el mejor secreto del mundo.
La declaración fue como una bomba en la habitación. El silencio cayó de inmediato. Ragnar, que estaba apoyado casualmente contra la mesa, casi se cae al enderezarse de golpe. Alrik parpadeó incrédulo, y Arán arqueó una ceja. Todos, absolutamente todos, comenzaron a olfatear instintivamente el aire, tratando de descifrar el misterio.
Alrik fue el primero en reaccionar. Inhaló profundamente y de repente empezó a reírse.
—¡Es verdad, pequeño! Tu olor es diferente. Hay algo nuevo… algo dulce. —Sus ojos astutos se clavaron en Thor mientras se cruzaba de brazos, con una sonrisa que ya parecía haber descifrado todo el enigma—. Bueno, hijo mío, ¿quién es mi nueva nuera?
Thor abrió la boca, pero ningún sonido salió de ella. Por un instante, pareció que su cerebro había colapsado bajo el peso de aquella revelación. Se llevó una mano al puente de la nariz, exhalando lentamente como si intentara ordenar sus pensamientos… sin mucho éxito.
¿Cómo podría explicarlo? Esa humana que Hati había decidido imprimir como su madre, no solo había cambiado el rumbo de su vida, sino también la mía… ¡Ahora ella era su Luna! Su compañera, su mate. Las reglas eran claras. No se podía romper el vínculo una vez formado.
Y pensar en ella no ayudaba. Sus curvas, esa sonrisa radiante, la manera en que lo miraba sin saber lo peligroso que era su cercanía.
Thor apretó los labios mientras su cuerpo le traicionaba con un escalofrío.
Ragnar, siempre el maestro del humor oportuno, se aclaró la garganta ruidosamente y alzó una ceja con una sonrisa burlona.
—Vaya, hermano. ¿Me he perdido de algo? Porque por la cara que pones, me queda claro que la "mamá" de Hati es… muy bonita.
Las risas llenaron la habitación. Incluso Alrik, normalmente más serio, se unió al buen humor del momento, aunque con una sonrisa cargada de curiosidad.
Thor soltó un gruñido bajo, pero el pequeño Hati se apresuró a intervenir.
—¡Mi mamá es la más bonita del mundo! —dijo el cachorro con tanta emoción que casi parecía explotar de alegría—. Me da besos, me mima, me quiere mucho… ¡y siempre huele rico!
Los ojos de Hati brillaban mientras hablaba, y nadie tuvo corazón para frenarlo. Todos los presentes observaban, cómo su entusiasmo llenaba la sala.
Arán, quien hasta ese momento se había mantenido calmado, se inclinó hacia Thor con una sonrisa traviesa.
—Thor, mi Alfa… ¿deberíamos empezar a ponernos guapos para conocerla, o cree que no nos hará falta?
El tono descarado arrancó otra ronda de carcajadas.
—Sí, Thor, no seas egoísta. Presenta ya a nuestra nueva Luna. —Ragnar añadió con fingida indignación—. Si Hati ya la ha elegido, ¿qué estamos esperando?
Thor lanzó una mirada que bien podría haber asustado a un oso, pero Hati, ignorando todo como si estuviera en su propio mundo feliz, brincó en su silla.
—¡Sí, quiero que todos conozcan a mi mamá! —exclamó con la voz llena de felicidad—. ¡Va a encantarles! Es la mejor mamá del mundo, ya verán.
Thor se pasó una mano por el rostro, resoplando mientras los demás reían. Era un espectáculo, y estaba claro que su manada no lo iba a dejar en paz hasta que conocieran a la misteriosa humana que ahora ocupaba el título de Luna… aunque fuera a su pesar.
Thor intentó recuperar la gravedad.
—La conocerán pronto. Pero será bajo mis términos, primero tengo que conocerla yo.
—¡Ajá! —Ragnar arqueó una ceja mientras regresaba a cruzarse de brazos—. Eso suena a que estás deseoso de empezar con “tus obligaciones”, ya sabes… por el bien de la manada y también por Hati, le iría bien la compañía de un hermanito ¿verdad?
Otra explosión de risas llenó la habitación. Incluso Hati, sin entender de todo el comentario, se unió al bullicio.
Alrik se acercó y le dio una palmada en el hombro a Thor.
—Tómalo con calma, hijo. Si ella es la madre que Hati ha elegido, creo que tú tienes que intentar ser feliz con ella. Creo que será un gran añadido a la manada.
Thor gruñó, aunque su rostro se suavizó ligeramente al mirar a Hati. Ese cachorro tenía un don para complicarle la vida… pero no lo cambiaría por nada en el mundo.
—Lo único que sé de ella, es que es humana y Hati por alguna razón que desconozco, se imprimió con ella, como su madre —Y sin más, Thor se levantó, dando por terminada la reunión con un gesto firme, mientras los demás se preparaban para lo que prometía ser un futuro muy interesante.
Esa misma mañana, después de organizarlo todo, partimos hacia la ciudad. Nos quedaríamos unos días en la casa de mis padres mientras resolvía algunos asuntos urgentes. Kira seguía siendo un peligro, y tenía que descubrir si contaba con más cómplices dentro de la manada. No podía permitirme dejar cabos sueltos; Como Alfa, mi deber era proteger a todos, especialmente a mi hijo.