Te humedeciste los labios, y entre susurros dijiste “Lo siento, no puedo estar a tu lado”.
Un nudo en la garganta se provocó cuando terminé de escuchar aquellas palabras.
Pregunté el porqué, pero como siempre, jamás respondiste. Te perdiste en medio de aquella multitud, mientras mi corazón se rompía en mil pedazos.
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Editado: 26.07.2020