Que pensar de él? Ya no pensar en los hechos, el accidente, la muerte de Sebastián, ahora resulta que envió a alguien para que me investigara, no solo a mí, sino también a la familia de Sebastián.
Qué pensar? Qué hacer? Qué sentir? Lo único que sabía era una cosa, en verdad pude sentir el dolor en su voz, pero por mi parte, solo quería hacer una cosa, renunciar a buscar esa vida amorosa con la que la mayoría sueña, me canse en el segundo round de encontrar la felicidad, tan joven y con tanto equipaje que cargar. Renuncie, me dedique crear un nuevo departamento en la editorial, algo altruista, nada mejor para aliviar el alma que ayudando a otras personas a mejorar su calidad de vida y no solo a las personas, también a las mascotas, cree junto con mi padre un nuevo refugio para animales, junto con un refugio para personas sin hogar, era una maravilla, personas solas y deprimidas se dedicaban a jugar con mascotas maltratadas o abandonadas y se hacían felices unos a otros. Todo aquello era una maravilla, los días me parecían tan cálidos y llenos de alegría, hasta que llegaba la noche, llegaba mi departamento alimentaba a Roho, me quitaba los zapatos, me metía horas en la bañera mientras sonaba el radio con alguna melodía deprimente, mi favorita, “Photograph” de Ed Sheeran, veía el televisor mientras cenaba y ya en la comodidad de mi cama lloraba desconsoladamente a escondidas de todo el mundo, comenzaba a odiar tanto las noches, hacia cosas buenas, pero nada ayudaba a superar mi depresión, después de algunos meses sin saber nada de Leonardo, eran tan mortales las heridas, que ya no quedaba mucho de mí. Tenía que idear algo un cambio radical que me ayudara con todo esto, decidí cambiar de departamento, con ayuda de mis amigos comencé la mudanza a un edificio más alto, era una vista preciosa, la ciudad me abrazaba con su iluminación y el cielo tan azul. Amueble todo el departamento, lo decore cuidadosamente, era hermoso, llegue a pensar que podía vivir ahí para siempre, las primeras noches eran una maravilla, después yo misma me atormentaba, hacia exactamente lo mismo que antes, solo que en un lugar más bello, comencé a notar que no quería disfrutar de esos atardeceres yo sola. Me estaba volviendo una verdadera molestia, me estaba cansando de vivir sola conmigo. Ya no sabía que otros cambios hacer en mi vida, todos terminaban en Leonardo.
En una de esas largas noches, mi madre me llamo.
-Hola?
-Hola cariño, como estas?
-Bien madre, que pasa?
-Hace días no te veo por aquí y quiero que mañana vayamos a comer.
-Podemos vernos mañana, pasas por mí como a mediodía y vamos a comer.
-Perfecto, descansa cariño.
-Descansa madre.
Pase la noche en vela, literalmente, se fue la luz en todo el edificio, todos los vecinos se quejaban pero a mí no me importo, encendí unas cuantas velas y la noche era hermosa, casi no pude dormir, me la pasaba pensando en cual sería mi siguiente actividad, era cansado el pensar en que mantenerme ocupada. Desactive el despertador en caso de quedarme dormida y que algo me despertara, no importaba si me levantaba tarde, era sábado, pero no logre descansar.
Me levante, lleve a Roho a caminar, al regresar me bañe, vi televisión mientras bebía una taza de café, hasta que vi la hora y se aproximaba la hora para ver a mi madre, así que me vestí. Después de unos 15 minutos escuche que tocaban el timbre. Sabía que era mi madre así que solo grite.
-ENTRA! ESTA ABIERTO!
Pero nadie respondió, por lo que volví a gritar.
-MADRE ESTA ABIERTO.
Pero nadie entraba, hasta que abrí la puerta, no era mi madre. Era un ramo de flores bellísimas, con una carta. Creía saber de donde provenían esas flores.
Me he privado de toda libertad de buscarte, y lo he cumplido para no atormentarte, pero eso no impide que estos meses lejos de ti hayan sido una agonía, te amo, pero me doy cuenta que no es sano que me quede, así que me iré, en unos días hubiera sido nuestra boda, no creo soportar estar ese día aquí, pero no me queda más opción que olvidar nuestro amor, como creo que tú has decidió hacer, espero que todo tu odio hacia mí y mi familia haya desaparecido y que los malos recuerdos cada vez sean menos hirientes, porque eso seré siempre para ti, un recuerdo.
Gracias por amarme todo este tiempo, no sabes cuánto lo deseaba. Me despido deseándote siempre lo mejor y haciéndote saber que tú fuiste el amor de mi vida, espero que en algún momento yo haya sido el tuyo.
Trata de ser feliz, te lo mereces.
Con amor.
Leonardo B.
Quería llorar, pero no salieron lágrimas de mí, tal vez ya las había gastado todas. En ese momento mi madre abrió la puerta y vio las flores, pronto escondí la carta.
-Espero que estés lista.
-Si ya.
-Y esas flores? Dijo conmovida.
-Creo que se equivocaron, debieron ser para mi vecina.
-Cómo? No tienen tarjeta.
-No, no tenía nada, después encontrare a la dueña. Nos vamos?
-Está bien vámonos.
En el restaurante mi madre me contaba mil cosas pero mi mente estaba ida, se iba? A dónde? Con quién? Por qué cree que olvide su amor?
-Hija no me has puesto atención y te ves pálida, has comido bien?
-Si claro que sí.
-Que dije?
-No lo sé.
-Que está pasándote?
-Nada, que me decías?
-Zoe casi nunca compartimos este tipo de actividades y tú sabes que no es porque yo no haya querido.
-Lo se madre, perdón pero tu manera de ser conmigo me intimida, de adolescente en cuanto te contaba algo comenzabas a juzgarme.
-No te juzgaba, perdona que hayas pensado eso, pero hoy es un buen día para remediarlo. Dime que te pasa?
Después de verla dos segundos, me di cuenta que tenía razón, es mi madre, en quien más confiar sino es en ella?
-Las flores no eran para mi vecina. Las mando Leonardo.