Había una vez en una ciudad completamente modernizada, llena de emoción y vida, un niño que creo un mundo de maravillas sin precedentes, con solo su imaginación.
Increíble y llena de vida, seres fantásticos y monstruos amigables eran los ciudadanos de un mundo dividido en ciudades que ese pequeño diseño, una ciudad de palitos de fósforo otra como de piezas del A B C un gran océano y peces hermosos, un gran valle precioso lleno de flores y un arcoiris de colores, cada habitante disfrutaba su vida perfecta en el lugar más perfecto, ese niñito creaba y disfrutaba de este mundo pero todo en la vida se acaba.
La alegría de la infancia desaparece según vaya creciendo el humano, y por eso es que aquel niño perdió esa chispa que daba vida a la ciudad, problema tras problema solo hizo que aquel hermoso lugar decayera enormemente sin embargo en busca de arreglar sus problemas intento entrar otra vez en esa ciudad. Pero era muy tarde todo estaba destrozado, se fue. Y al tiempo se olvidó de su existencia.
La ciudad imaginada iba a desaparecer pero algo tomó control de ella y nada nunca volvió a ser igual en aquel hermoso lugar.