CUARENTA Y CUATRO

Los meses han pasado y hoy es la gran noche según la mayoría de los estudiantes.

El baile de graduación.

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Jessica, Matt y Greg se quejaron que solo Conrad y yo fuéramos en pareja.

—Greg puede ir con Jessica. —Conrad sugirió a la hora de almuerzo, unas semanas antes del baile.

Jessica hace una mueca. —No quiero ir con Gregory.

Gregory la voltea a ver ofendida. —Eso es porque quieres besuquearte con Brown.

Matt abre los ojos y comienza a sonrojarse.

Últimamente he notado que Matt se pone un tanto nervioso cuando Jessica se acerca, estoy segura que le gusta. Sé que a Jessica le gusta Matthew, no solo por la forma en que se comporta cuando él está cerca sino porque me lo ha dicho millones de veces.

He tratado de emparejarlos y Conrad también pero Matt no quiere admitir sus sentimientos, siempre ha sido un poco difícil en ese sentido.

Jessica le da un golpe en el hombro. — ¡Cállate! —ella rápidamente se sonroja.

Matt rasca su cuello nervioso. —Em, ¿Y si vamos juntos, en grupo? Podría alquilar una limusina.

Greg rueda sus ojos. —El chico rico presumiendo.

Matt bufa. —No estoy presumiendo, solo era una idea.

Jessica aplaude feliz. — ¡Que sea rosa!

Gregory se queja. — ¿Acaso será solo para ti? Nos veremos ridículos saliendo de una limusina rosa.

Ella pone los ojos en blanco exageradamente. —Maneja tu masculinidad frágil, Greggy.

Greg odia que lo llame “Greggy”

Conrad levanta una mano para que dejen de pelear. —Basta —pide—. Amalia y yo iremos aparte, todo el tiempo se siente como si tuviéramos tres hijos.

Su comentario me hace reír. No mentiré, se siente así algunas veces. Ahora Greg pasa tiempo con nosotros, Jessica no se ha despegado de mí desde que este último año comenzó y luego de arreglar las cosas con Matt, él y yo volvimos a ser amigos dentro y fuera de la escuela.

He ido a comer algunas veces a su casa, cuando su padre me ha invitado. La primera vez fue algo extraño todo, nadie sabía muy bien que decir pero ahora las cosas fluyen con más tranquilidad. Matt también llega algunas veces después de clases a hacer la tarea en mi casa, por supuesto, Conrad está ahí a mi lado. Él suele decir que no es celoso pero miente aunque sea un poco.

Aun así, pienso que es adorable.

Ellos se ven ofendidos. Matt le dice: —Que no se te olvide que ella y yo nos conocemos desde bebés. Tengo un privilegio o algo así.

Jessica agrega: —Además, yo soy su mejor amiga —su cabello está más largo, lleva una coleta de lado y juega con ella—. Claramente las chicas ponemos a la mejor amiga antes que el novio.

Greg chasquea los labios. —Y yo… no sé —me señala—, pero Gray es como la jefa entre ustedes dos y claramente no me dejará de lado como mi supuesto mejor amigo.

Conrad y Greg se han unido y eso me hace muy feliz. Antes ya eran amigos pero justo como Conrad me lo había explicado en algún momento, no eran más que personas que se conocían en la escuela. Ahora ellos son mucho más cercanos, Conrad apoya muchísimo emocionalmente a Greg y Greg lo busca para hablar y pedirle consejos.

Yo sonrío. —No le hagan caso, por supuesto que iremos juntos.

Los tres aplauden y Conrad descansa su frente sobre mi hombro. —Me rindo contigo —besa mi mejilla—, si no fueras hermosa me enojaría por tu tan mala decisión.

Matt le lanza una servilleta en forma de pelota. —Conrad, eres asquerosamente cursi con Amalia.

Jessica toma mi mano ignorando a los demás. — ¡Vamos a comprar vestidos! Yo te maquillaré —celebra orgullosa—. Ay, necesitaremos zapatos y accesorios.

Conrad voltea con los chicos. —Tendremos que ir por trajes.

Matt se encoje de hombros. —Yo ya tengo uno —le dice.

Gregory asiente. —Yo también —claramente se están escapando de las compras para el baile.

Jessica lo señala. —Puedes venir con nosotras de compras, te buscaré el mejor traje que convine con el vestido de Amalia.

Niega rápidamente. —Ni loco, Jessica. Eres una loca de las compras.

Ella ve sus uñas levantando las cejas. —Bueno, mejor. Solo estorbarás.

Jessica y yo fuimos de compras esa misma tarde. Yo solo quería un vestido sencillo pero ella afirmó que sería una noche para recordar y que necesitaba un vestido espectacular.

Su vestido es verde oscuro con detalles dorados y sin tirantes, ceñido al cuerpo. Le queda bastante bien, pero bueno, es difícil que algo le quede mal.

Yo compré un vestido rojo, pegado de la parte de arriba y suelto por la falda que es larga. Me gusta, me hace sentir como princesa. Jessica no dejaba de decir que me veía espectacular y que seríamos las mejores vestidas de la noche.

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Finalmente llegó el día y ahora estamos con Jessica sobre mi cama terminando de arreglar nuestro maquillaje.

Debo admitir que ella tiene mucho talento. Me veo al espejo y podría jurar que una maquillista profesional me hizo esto. Mi maquillaje no es tan oscuro como el de ella pero tengo profundidad en los ojos, contorno y un poco de iluminador. Los labios de un color rosa, parecido al color natural de mis labios. Jessica selló todo con un spray que huele muy rico y abanicó mi cara para que secara.

Mamá llama a la puerta. —Chicas, ya están los muchachos aquí.

Rápidamente nos ponemos los vestidos y bajamos unos minutos después.

Gregory, Conrad y Matthew están sentados en el sofá. Cuando bajamos, ellos se ponen de pie. Los tres parecen sorprendidos por cómo nos vemos pero es Conrad quien no me quita los ojos de encima.

Comienzo a sentirme un poco apenada cuando papá sale de la cocina y Conrad sigue viéndome como si fuera una estrella brillante, no, como si fuera la estrella más grande y brillante de todo el universo.