Dicen que todo sucede por algo, pues de saber que de aparecer el en mi vida sucedería todo esto ni siquiera hubiese abierto la puerta.
Veo los autos salir disparados en el aire y las personas correr y gritar a nuestro alrededor, el arma que sostengo en la mano pesa más cada segundo que pasa y mi mente no puede dejar de analizar lo que a continuación viene, autos color negro nos rodean y de ellos bajan decenas de hombres uniformados y con armas capaz de hacer pedazos a quien se le atraviese en frente “para nuestra desgracia los de enfrente somos nosotros”.
Veo a mis amigos correr asustados a donde nos encontramos podría decir que corren lo más rápido posible pero la tensión del momento hace que todo lo que vea a mi alrededor pase en cámara lenta.
—Eric —escucho a mis amigos gritar, y si mi nombre es Eric mi madre pensó que ese sería un bonito nombre para una bebe.
Como dije anteriormente estamos rodeados no hay escapatoria y maldigo una vez más por haber acabado en esta situación y es que solo veo dos opciones o nos entregamos o nos matan porque salida de esta no hay.
Nina y Jeff llegan posicionándose a mi lado y los reviro a ver dándoles a entender con la mirada que estamos jodidos.
Los hombres que nos rodean cada vez se acercan más con las armas en alto y no nos queda más opción que levantar las manos en señal de rendición.
Mes y medio huyendo para esto, mes y medio escondiéndolo y tratando de protegerlo para esto, para que al final nos agarraran a todos y sin que pudiéramos hacer algo.
Reviro a verlo, tiene cada una de las manos apretadas en un puño mientras que su expresión es seria y podría decir que hasta peligrosa, él no quería esto él no quería volver a ese lugar en donde lo tenían encerrado haciéndole no sé qué.
Uno de los hombres que nos apuntan camina acercándose más para hablar.
—están rodeados no tienen escapatoria.
Como si no lo supiéramos ya, el hombre da la señal a los otros de acercarse más para agarrarnos pero entonces sucede…
El cielo se empieza a teñir de un azul oscuro casi negro, las nubes negras empiezan a cubrir el cielo mientras que los pájaros vuelan desesperados huyendo del sitio como si supieran que la más trágica de las tormentas llegara y es justo en ese momento que un trueno retumba justo encima de nosotros.
La luz se va en todo nuestro alrededor lo único que nos ilumina son los rayos que salen de las nubes para estrellarse salvajemente en el suelo y como si como una voz interna me pidiera hacerlo reviro a verlo encontrándome una imagen la cual ni en mis más locos sueños pudiera haber imaginado.
El muchacho ese que por mes y medio hemos estado protegiendo justo en este momento se encuentra iluminado por una luz azul la cual sale de sus manos, sus ojos se han vuelto de un azul eléctrico y todo su ser irradia superioridad y destrucción.
Los rayos siguen cayendo a nuestro alrededor y los hombres que están enfrente de nosotros no hacen más que temblar con las armas en alto dispuestos a disparar en cualquier momento, pero para su desgracia eso nunca pasa ya que cuando el chico a mi lado se agacha y poner sus manos en el suelo uno a uno va cayendo cuando una corriente eléctrica avanza por el suelo llegando justo a sus pies electrocutándolos.
Mi mente aún no termina de procesar lo que acaba de pasar cuando lo veo pararse y hacer un movimiento con sus manos haciendo caer cientos de violentos rayos destruyendo lo que quedaba a nuestro alrededor.
El olor de la piel quemada de nuestros enemigos no se hace esperar revolviéndome el estómago o tal vez es la tensión de todo lo sucedido que me tiene tan mal.
De un momento a otro la oscuridad que nos envolvía se va junto con las nubes y rayos, el cielo vuelve a pintarse de su característicos color azul y a mi lado lo veo caer al suelo tratando de respirar mientras trata de ponerse en pie de nuevo, corro a su lado para ayudarlo mientras que mi cabeza no deja de preguntarse de donde carajos salió este chico.