Un cometa caído del Sol

Un suceso raro

8 días desde la caída

9:49 AM, Sábado 17, agosto del 2192.

Cameron no pudo dormir muy bien después de la pesadilla de Myaló, quizás era porque la intriga lo estaba matando o quedo asustado por los gritos del rucio, de cualquier forma, pensó tanto que dormir fue una tarea imposible.

Con un gruñido agotado, él se incorporó en su cama, soltando un bostezo agotado en el proceso. Con pereza, Cameron agarró un cuaderno viejo que él tenía, tomó un bolígrafo y empezó a escribir, sobre Myaló específicamente, sobre la información descubierta actualmente, su nombre, cuando cayó, el sueño raro, Thymëra, todo. Una voz pequeña en su cabeza le susurraba que el pasado de Myaló había sido más complejo de lo que él creía.

Un golpeteo en la puerta lo sacó de sus pensamientos, antes de que el mayor pueda responder, Myaló entró, con los ojos cansados con el cuerpo caído.

—¿No pudiste dormir? —Preguntó Cameron, a lo que Myaló asintió.— Yo tampoco pude, bienvenido a mi mundo...

El rucio contempló en silencio el dormitorio de Cameron, era acogedor y organizado, la luz del Sol entraba por las persianas con una luz cálida, Cameron estaba sentado en su escritorio, el que estaba al lado de la cama desordenada.

—... Estaba pensando... sobre anoche.

—¿Sobre la pesadilla? —Myaló asintió nuevamente a la pregunta del mayor, cautelosamente se sentó en la cama de Cameron, quién empezó a juguetear con el bolígrafo.

En el pequeño dormitorio reino un silencio denso esta vez, ambos chicos sin saber de que hablar, cuando Myaló abrió la boca para hablar, Cameron se le adelantó.

—¿Qué pasó? —Myaló miró a sus dedos ante la pregunta, jugueteando con ellos antes de levantar su mirada.

—No quería estar solo... —A las suaves palabras, Cameron no pudo evitar sentir que el corazón se le encogía. Dejó el lápiz con un ruido suave y se inclinó en la silla, observando a Myaló en silencio.

Gracias a la luz del Sol, Cameron podia ver con más detalle esos intrigantes ojos, el chico tenía unas pestañas hermosas de color rubio claro, la pupila era un blanco puro que parecía contener la luz, la iris era de un cálido color ámbar con detalles dorados que parecían moverse como nubes y los ojos tenian una forma gentil y suave, algo achinados que resaltan más cuando este sonríe.

—¿Qué haces? —Cuestiono el rucio, Cameron salió de su trance ante esas suaves palabras y sus ojos se dirigieron a su cuaderno.

—Estaba escribiendo... sobre ti. —Él respondió después de unos segundos de silencio— Es para tener anotado todo lo que sabemos sobre ti.

—Oh... ¿Te molesta si me quedo aquí?...

—No, no te preocupes.

Con eso, el dormitorio volvió a reinar el silencio, pero esta vez tenia una paz agradable, tan acogedora que los párpados de Myaló se volvieron pesados. Mientras tanto, Cameron volvió a escribir en el cuaderno, con letra pulcra y organizada, como todo en su vida.

Cuando Cameron terminó con todos los detalles, giró para ver al rucio, quien se había quedado dormido sentado.

—Vaya dormilón... —Bufó, pero no lo despertó. Con delicadeza, Cameron sujetó a Myaló en sus brazos y lo acostó lentamente en la cama, cubriéndolo con las sabanas para que no pase frío.

Cameron se quedo simplemente observando al rucio dormir, esa facilidad para dormir era algo que él siempre había querido, pero su mente era muy activa como para permitirse el lujo de un descanso. Después de un rato, Cameron se incorporó y caminó a la cocina, dispuesto a comenzar con el pie derecho.

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La mañana estaba relativamente tranquila, el sonido de las olas y el aroma playero siempre calmaban los nervios en esos últimos días. Cameron estaba apoyado en la encimera de mármol, con la taza de café negro en sus manos mientras tomaba pequeños sorbos. El pan estaba en la tostadora mientras él esperaba, cada dos minutos más o menos, los ojos de Cameron se dirigían a su habitación, donde Myaló debería estar durmiendo, ajeno a la paz de la madrugada.

El tono de llamada sacó a Cameron de su tranquilidad, parpadeando rápidamente, tomó su celular y alzo las cejas al ver que era de la escuela.

—¿Diga? —Gruñó Cameron, sus hombros se tensaron cuando no escucho nada. Era raro que el director lo llamara en un fin de semana, y cuando este lo hacia, era algo serio, como una emergencia para los docentes o una noticia importante.

—Cameron, perdón por llamar tan temprano, pero esto es serio, —dijo el director en la llamada, Cameron dejo su taza en la encimera al instante.

—¿Qué paso? —Preguntó Cameron, hubo un silencio en la línea durante unos segundos.

—Un guardia encontró droga en la sala de música... —Cuando el director dijo eso, Cameron abrió los ojos de par en par y su mandíbula cayó.

—Espera... ¿qué? ¿droga en el colegio? —Siseo Cameron, con el celular aún en mano, fue a grandes pisadas al dormitorio, sin alertar a Myaló, quién aún estaba durmiendo, Cameron tomó su toalla y fue al baño, Él sentia como si su cabeza fuera a explotar.

—Sí, como tu sala esta al frente, yo y la directiva creemos que tú podrías saber algo o dar información útil. ¿Crees que puedas venir ahora?

—Sí... Me arreglo y voy. —Con eso, Cameron cortó la llamada, tirando el celular sin cuidado al armario del baño y se metió a la ducha, dándose una ducha rapida mientras él trataba de hacer memoria.

De todos sus años como profesor, esta era la primera vez que el colegio tenía un caso de droga, lo más fuerte que había pasado era encontrar un arma blanca en una mochila, pero ese era un caso aislado y fue de los niños de último año. El colegio siempre fue muy estricto y siempre inculcó e hizo charlas a los niños sobre el consumo de sustancias, pero esto ya era mucho y muy extraño. Cameron podía entender de alguna forma el arma blanca, pero droga? eso ya era indefendible.

Cuando Cameron se baño y se vistió, fue a la cocina y preparo el desayuno para Myaló, era comida simple: Pan con manjar y un vaso con leche de vainilla. Con cuidado, dejó el desayuno en la mesita de noche, junto con un papelito que anunciaba que él iba al colegio. Al asegurarse que no le faltaba nada, Cameron fue casi corriendo al auto, aún perplejo y con millones de teorias en la mente.




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