Cuando llegué a la oficina los empleados me miraban de arriba a bajo y muchos susurraban cuando creían que no podía escucharlos, pero trataba de ignorarlos restándole importancia al asunto. Cuando llegué a la esquina del pasillo escuche a dos mujeres hablando y al principio pensaba seguir con mi camino hasta que su conversación captó mi atención y me quede quieta para escuchar sin interrumpirlas.
-¿No te da asco lo que hizo Helen Forks?
-¿A qué te refieres con eso?
-Digo, seguro que se comprometió con el Sr. Holand por su dinero, es lo único que hacen los adinerados. Arreglan sus matrimonios con personas igual de ricas que ellos para mantener su estatus y para aumentar el valor de sus acciones.
-Ahora que lo dices debe ser cierto. ¿No fue hace unos años que estuvo comprometida con un hombre muy guapo y luego canceló su compromiso a ultimo momento?
-Si, de hecho ya habían elegido la fecha para casarse y de la nada ella rompió con él.
-De seguro él no era tan rico como el Sr. Holand.
-De hecho ni siquiera provenía de una familia adinerada, se rumorea que trabajaba en un proyecto con un socio y este se separó de él cuando alcanzaron sus metas, fue en ese mismo periodo que la Srta. Forks rompió su compromiso con él.
-Que desalmado de su parte hacerle eso, pobrecito. Él era tan bueno y atento con ella.
No pude evitar resoplar con ironía ante la descripción y la falsa idea que tenían sobre la persona que se supone era Arthur, pero no podía culparlas ni enojarme con ellas porque yo también lo veía así cuando estábamos juntos. Hasta que descubrí la verdad y esa fachada se fue al garete, si, yo había roto mi compromiso con él, pero él había matado la relación incluso antes de comprometernos y yo fui tan ciega que no supe verlo hasta unas semanas antes del casamiento.
-¿Crees que hará lo mismo con el Sr. Holand?
-De seguro lo dejara si a él le pasa algo desafortunado y pierde su riqueza. Es detrás de lo que va ella, es una pequeña caza fortunas astuta.
-Que bien nos engaña con su cara de inocente.
-Si, uno pensaría que le alcanzaría con su propia fortuna, pero no, tiene que ir a por más. Podría siquiera dejarnos un poco para nosotras, las pobres desafortunadas que nacimos pobres y así seguiremos a no ser que logremos atrapar un marido rico.
-Si, tienes razón.
Sentí un movimiento detrás de mí, pero no le di importancia porque estaba realmente concentrada en lo que estas dos arpías hablaban.
-¿Vas a seguir permitiendo que hablen idioteces a tus espaldas, pimpollo?
Pegue un salto del susto al tiempo que me volteaba para encontrar a Derek recostado contra la pared con los brazos, su camisa desabrochada desde el cuello hasta el nacimiento del pecho y su corbata había desaparecido permitiendo ver un pedazo de piel perfectamente bronceada.
-¿Qué es lo que haces aquí?
Susurre tratando de que las mujeres no se percataran de nuestra presencia, pero él tenía otra idea. Suspiro y se alejo de la pared para acercarse a mí y paso su brazo por mi cintura mientras susurraba en mi oído.
-Ahora, quiero que camines con la cabeza en alto y quites la culpa de tus ojos, no haz hecho nada mal por lo que no te sientas así. No me gusta ver eso en tus ojos.
Entonces comenzó a caminar llevándome con él hacia donde estaban las dos mujeres hablando, las cuales se sorprendieron notoriamente al escuchar la sensual voz de Derek con un tinte de molestia mezclado.
-Por como yo lo veo, en esta habitación solo hay dos caza fortunas y ninguna de ellas es mi prometida.
-Sr. Holand, me disculpo por lo que sea que haya escuchado.
-¿A caso me veo como que necesite una disculpa? Quien recibió la mayor ofensa aquí fue mi prometida, por lo que es con ella con quien deben disculparse no conmigo.
-Si Sr. Nos disculpamos con usted Srta. no fue nuestra intención ofenderla.
-¿Están seguras de eso? Porque por como yo lo veo, esa era su intención desde el principio hablando y opinando sobre aquello que no les incumbe y que no tienen ni la más pálida idea de como es en realidad. Corríjanme si me equivoco.
-Lo sentimos de verdad Srta.
-Si, yo también lo siento, porque una disculpa de nada sirve cuando no se es sincera y no todo el daño ocasionado por las palabras se borra. Pasen por contabilidad para recibir su liquidación.
-¿Nos esta despidiendo Srta.?
-No, ustedes están renunciando voluntariamente.
-¿Qué? No recuerdo haber renunciado. ¿Es a caso esto una estrategia para no pagarnos lo que se nos debe por despido?
-¡Martha caya!
-No Celia, es verdad, esta zorra esta evitando pagarnos lo que nos corresponde.
Yo suspire mientras me reía de lo insolente que era esta mujer que nada le importaba con tal de tomar algo de dinero. A mi lado Derek se tensó cuando ella me insultó y note que él iba a avanzar para defenderme, pero yo lo sujete por detrás de la espalda y cuando me miro a los ojos le asentí tratando de transmitirle que todo estaba bien, que yo me encargaría del asunto por lo que él cedió.
-Martha ¿Cierto?
-Si ¿Por qué?
-Te estoy ofreciendo la salida fácil, una que tu inteligente amiga decidió tomar, pero en cambio tú quien empezó la conversación con falsos rumores eres quien se resiste a tomarla y en su lugar elijes la difícil, ¿cierto?
-Si así es como tu deseas verlo, entonces si.
-Pues siento lastima por ti. Celia.
-¿Si Srta.?
-Puedes pasar por contabilidad y reclamar tu indemnización más un plus por acceder de tan buena forma a tu desvinculación con el hotel Char-Mel, luego habla con Amelia en Administración y dile que te asigne otro puesto de trabajo en el Hotel Faro.
-¡Gracias Srta.! Prometo no volver a meter la pata.
-Lo sé.
-¡Celia eres una maldita traidora!
De nada sirvieron las palabras que Martha le escupió ya que ella ya estaba tomando el ascensor.
-En cuanto a ti Martha, ya que insistes en que te despida para obtener tu pago, esta bien.
-¿A qué se refiere?
-Estás despedida, pero eso si, en la carta de despido pondré que el motivo es por estar hablando y esparciendo falsos rumores sobre tu empleadora en lugar de estar trabajando como deberías de hacer.
-¿¡De qué diablos esta hablando!?
-Aún no dije que termine así que escucha atentamente por favor para que luego no se distorsione la realidad. Con un motivo así por despido te será muy difícil conseguir trabajo en otro hotel, no solo eso si no que te iniciare un juicio por daños y prejuicios hacia mi persona, uno el cual claramente perderás ya que existen pruebas de tu afilada boca esparciendo falsedades y ensuciando mi nombre. Si has visto juicios de ese tipo, sabrás que las multas son altas, por lo que lo poco que logres obtener de tu despido lo gastaras en abogado y en intentar pagarme la indemnización una vez finalice el juicio.
-¡Eres una puta zorra que solo va tras el dinero!
-No, solo te estoy mostrando la realidad y tu solo estas alimentando más aún las causas de tu despido y a su vez otorgándome más evidencias para ganarte en el juicio.
-¿Evidencias? ¿A qué te refieres con eso? Celia no dirá ni una sola palabra si sabe lo que le conviene y aquí solo estamos tu nueva victima a quien desangraras, tu y yo.
-En eso te equivocas, me decepcionas mucho la verdad después de trabajar dos años aquí y aún no te percataste de las cámaras que están en los pasillos filmando todo. Además acabas de agregarle amenazas hacia una antigua colega de trabajo, creo que tienes más que perdido tu juicio. Es por esto que les ofrecí a ti y a Celia renunciar voluntariamente y luego las reinstalaría en otro hotel, no necesito estar pagando a mis empleados para que estén hablando mal de mí en el trabajo. Y no solo eso, si no que no te importo que Celia quedara sin trabajo aún sabiendo que tiene tres hijos que dependen exclusivamente de ella para poder comer.
-Yo... no sabía.
-A eso me refiero, el hecho de que sea su jefa no significa que ignore la situación personal de cada uno. Ahora márchate de una vez y piensa en tus acciones para tu próximo trabajo.
Ella se fue sin emitir otra palabra y en cierto modo estaba agradecida de que así fuera ya que no quería ser la bruja ni la villana de la historia.
-Eso estuvo increíble pimpollo, incluso yo me acojone. ¿En serio vas a denunciarla?
-Debería en realidad, pero no, esas personas ya tienen suficientes problemas para en sima sumarme yo. En fin, ¿qué haces aquí? Creí que te habías ido a trabajar.
-Y lo hice, pero a medio camino ya te estaba extrañando así que decidí seguirte aquí.
Yo revolee los ojos fingiendo molestia, pero al ver su sonrisa coqueta se terminó por escapar una pequeña risa.
-¿Ves? Sabía que lograría hacerte reír. Por cierto ¿qué fue lo que paso realmente entre tu y tu prometido? ¿Por qué terminaste con él?
-Simple, me engaño con una persona demasiado importante para mi unos años antes y no lo supe hasta poco antes de la boda, es decir tenía mis sospechas, pero cuando lo confirme me destrozo y me aleje de todos para protegerme.
-¿Es alguien cercana a ti?
-Más de lo que me gustaría en realidad. ¿Y lo más doloroso? Es que producto de ese engaño nació una niña y fue criada por otro sin que este sepa la verdad, es decir él cree que es su hija y lo es, pero no de sangre.
-Joder. ¿Y algunas ves le contaste a alguien el verdadero motivo del rompimiento?
-No, eres el primero en saberlo, ni siquiera mi mejor amiga lo sabe. Ósea, sabe que me engaño, pero nada más.
Él se detuvo junto a un gran jarrón con flores fucsia y corto una para olerla y luego entregármela.
-Entonces agradezco la confianza para que me lo hayas dicho.
-Espero y sea mutua, en un futuro.
-Yo igual.
-Por cierto, hoy hay cena familiar en casa de mis padres, te hice un esquema con lo básico sobre mi por si a caso. ¿Qué hay de ti?
-Lo que ves es lo que hay, nada más.
-Pero, no podré trabajar con eso ¿qué hago si me preguntan algo?
-Pimpollo, podría realizarte una lista con mis virtudes y defectos, pero prefiero que seas tu misma quien los descubra y me digas que te parece. No quiero ser yo quien se auto describa para ti, quiero que tu me descubras a tu manera. Es más romántico así.
Beso mi mano mientras guiñaba su ojo y se despidió con una sonrisa ladeada y sus ojos verdes bosques no me perdieron de vista hasta que desapareció por el ascensor. En ese momento mi celular sonó.