Sus palabras me dejaron muda, no sabía que hacer o decir, no podía comprender como un hombre así podía ser capaz de querer estar conmigo. Además del hecho de que al parecer él había estado planeando algo desde hace tiempo, ya que fingió estar detrás de mi hotel cuando en realidad era tras de mí que él estaba.
-¿Estás bien pimpollo?
-Si, por supuesto que sí, es solo que me sorprendiste.
-Espero que para bien.
-Claro que si.
Él simplemente me sonrió con ternura antes de caminar directamente hacía mí y en un rápido movimiento capturó mi cintura y con la otra mano detrás de mi cuello me empujó hacia él. Sus labios conectaron con los míos en un segundo y un huracán de emociones invadió mi sistema nervioso, ya no tenía control sobre mis manos cuando estás decidieron hacer una exploración de campo sobre los relieves de Derek mientras mis labios se movían hambrientos y sedientos de deseo al igual que los suyos. Su mano en mi cintura comenzó a realizar círculos al tiempo que recorría mi espina dorsal acercándome más a él, nuestros labios se movían en una danza de pasión y lujuria provocando que escapara un gemido de mi interior y en respuesta Derek gruño. El beso se intensificó más aún y de repente él se apartó con el pecho agitado al igual que el mío.
-No es por ser aguafiestas, pero creo que deberíamos parar ahora.
-Creo igual.
-Eso es bueno porque de no hacerlo, no creo poder contenerme después.
Mis mejillas se sentían ardientes y de inmediato supe que debían estar bordo, intenté ocultar las con mis manos, pero Derek me alcanzó y las bajo suavemente mientras sonreía felizmente.
-Vamos.
-¿A dónde?
-Comeremos algo y luego te dejaré en tu casa para que empaques.
-¿A si?
-Si, yo empacare lo mío.
-¿Y porqué tanto apuro?
-Porque les dijimos a tus padres nuestros planes y realmente quiero que vivamos juntos para no tener que estar… conteniéndonos.
Cómo respuesta solo me reí como una niña con su primer amor de colegió y eso solo me hizo avergonzar aún más, pero aún así estaba feliz.