Un compromiso por Contrato.

Capitulo 21.

     Mi ceño se frunció al ver que Arthur se sentaba en la silla como si yo lo hubiera invitado a hacerlo, el muy cínico se acomodó y tomo el menú para ordenar su plato y de paso ordenó pasta con Caruso para mí sin que se lo pidiera. Él sonreía abiertamente mientras me miraba a los ojos y yo los aparte deliberadamente, había olvidado lo hermosos que eran y el encanto que estos evocaban hacia los demás, pero por supuesto yo ya había encontrado una mirada que era más dulce, tierna y encantadoramente letal; los ojos verdes bosque de Derek Holand.  

-¿Qué haces aquí Arthur? 

-¿Por qué tanta hostilidad hacia mí Helen? 

-¿Es acaso una broma? 

    Él miró a los lados en una clara señal de no estar bromeando y no saber realmente porque lo trataba así. 

-La verdad es que no, no es broma y no entiendo porque estás así.  

-¡Es porque dormiste con mi hermana mientras estábamos juntos! 

     Tuve que aclarar mi garganta porque en las mesas de nuestro alrededor varias personas se voltearon a vernos y mis mejillas se encendieron de la vergüenza. Incluso alcance a escuchar a un par de chicas cuando pasaron junto a mí mientras cuchicheaban entre sí. 

-¿Ya oíste? 

-¡Si! Pobrecilla. Si a una mujer tan sexy como ella la engaño con su hermana; ¿Qué nos deparará entonces a nosotras la vida?  

   Estuve a punto de ponerme de pie y decirles que no estaba sorda y que de hecho podía oírlas, pero decidí que no valía la pena.  

-Dime para que me citaste aquí Arthur. 

-Creí que te había gustado la invitación. ¿Por eso fue que aceptaste, no?  

-No. Acepte porque creí que mi prometido había sido el de la sorpresa. 

-¿Prometido? ¿Te has comprometido? 

-Si. ¿Algún problema? 

-Es solo que no creí que fueras a comprometerte de nuevo.  

-Es increíble. ¿Creíste que no volvería a reconstruir mi vida luego de que tú la hiciste añicos? ¡Pues estás en un error! Al fin encontré a un hombre que me valora, me cuida, me respeta y ama, pero por sobretodo es un hombre al que yo amo también. Así que te pido que ya dejes de enviarme flores, rosas y notas. 

-Espera. ¿De qué estás hablando? Yo no te envié rosas. Lo único que te envié fue ese ramo de Camelias blancas y la invitación está mañana, pero solo fue eso.  

    En ese momento la puerta del restaurante se abrió abruptamente y un Derek muy enfadado ingreso con ojos erráticos mirando en todas direcciones buscándome. Cuando nuestras miradas conectaron vi el alivio en su rostro y sus hombros se relajaron; al menos hasta que Arthur decidió voltear a ver a quien le dedicaba mi atención. En ese momento los hombros y espalda de Arthur se tensaron. Derek por su parte cuadro su mandíbula mientras sus ojos destilaban odio y enfado al tiempo que su imponente figura se abría paso entre las mesas, cuando nos alcanzó sentí lastima por mi ex ya que se veía pequeño y perdido bajo el peso de la mirada desafiante de Derek.  

-¿Qué-carajos-haces-con-mi-prometida?  

-Yo… verás Holand… 

-Esperen. ¿Ustedes ya se conocen? 

    Derek me miró y sonrió aunque no era una sonrisa feliz o alegré, si no más bien se desprecio y enfado. 

-Por supuesto; Arthur Silver era mi socio y amigo  hasta que decidió traicionarme por dinero fácil. ¿Y ustedes cómo se conocen Helen? 

-Pues… él es mi ex prometido. 

    Los ojos de Derek se agrandaron y el enojo aumento; en ese mismo instante supe que él quería matar a Arthur. 
 




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