- Hija, te quiero presentar a los Mendoza- un hombre algo mayor y un joven más o menos de mi edad- mi más grande orgullo
- Es un gusto tu padre habla maravillas- de reojo miro a mi esposo.
Mi padre como siempre adulando sin sentir orgullo realmente.
- He escuchado que eres implacable en los tribunales, es un placer Brandon
- Un gusto – siento la presencia de mi esposo y no es necesario girar para saber que es él.
- Que bueno verlos- el señor Mendoza olvida a mi padre y se interesa por la candidatura de mi marido, se refleja en su mirada que no le gusta para nada.
- Seguro ganarás – Julián asiente mientras me mira fijamente – por supuesto debes querer a tu esposa solo para ti sé lo que se siente, fue un verdadero placer, nos vemos pronto.
Se van los cuatro incluidos mis padres, lo que hace que palacios me pegue a su cuerpo bruscamente, no pongo resistencia por toda la gente que nos está mirando si estuviéramos solos ya lo hubiera golpeado
- Te quiero lejos de ese niño de papi.
- Tranquilo – sutilmente me alejo generando más molestia – seremos infelices juntos- sus puños están blancos- me mantendré alejada
- Bien – parece relajarse, pero ahí algo en su agarre que dice que pasa algo más - nos vamos, está todo listo.
- Mami – la abrazo fuerte dejando un beso en su cabeza – cuídate, cuando vuelva iré a verte
- Cuídate cariño no permitas que te quite lo que amas – niego sonriendo – te amo
- Te amo mami- giro hacia mi marido que entiende su brazo – adiós.
- Samantha – ignorado sus intentos para que me detenga, salimos directo al aeropuerto.
La luna de miel.
Desde niña escuchaba las historias de mi madre sobre la increíble luna de miel y soñaba con tenerla igual de hermosa e inolvidable, pero aquí estoy sentada junto a mí maridos rumbo a un destino, sin ninguna idea de como serán estos días.
Julián Palacios
La ceremonia y la fiesta eran puro trámite, si hubiera sido por mí nos fuéramos casados por civil y no públicamente, pero las apariencias importan y demasiado
- Jefe – Marcos se para junto a mí – le llegó la invitación a la recepción de bienvenida mañana en México ¿Qué hago?
Miro a mi esposa despedirse de su madre mientras su padre mira alrededor – cambia el destino
- ¿Seguro?- asiento – arruinarás su luna de miel también – giro totalmente y él retrocede
- Marcos, cambia el destino del resto, me encargo yo.
- ¿Me necesitas? – niego y camino asta mi mujer, que cuchichea con su madre.
Cuando salimos del lugar, ninguno dice nada, tendrá su luna de miel, no soy tan desalmado, solo que tendrá que ser después de esa recepción, no se lo diré hasta que sea el momento, por ahora que descanse, ya que será un viaje algo largo, yo también lo necesito.
El beso.
Sus labios sobre los míos, una guerra constante, tan suaves y tan peligrosos al mismo tiempo, Samantha es la mujer que me hubiera vuelto loco si la hubiera conocido hace años, lo bueno es que ahora no me genera nada
Más que estar duro todo el tiempo y pensarla el 99% del día
Mi conciencia dice algo, mi cabeza dice otra cosa y mi erección algo muy distinto, no puedo acostarme con esta mujer, tengo la impresión de que si lo hago, no podre alejarme de ella, ya he desarrollado un gran problema de impulso con solo verla alrededor de otros hombres.
Editado: 28.10.2024