Capitulo 42

8 meses después

El sonido del mar me da paz. Los juicios terminaron y los condenados fueron muchos, incluyendo a Patricia Mendoza resultó ser la cómplice de su padre, sin contar que el mismo Enríquez era la cabeza al frente de toda esa basura, Lorena terminó en un centro psiquiátrico, resultó no estar bien, vaya sorpresa.
Los amigos de Julián también fueron aprendidos en París, muy poco humildes de su parte.
Por mi parte salvé a mi padre, mi socio y claro, a mi exesposo de la cárcel no iba a ser sentencia de muerte, pero mi gente no podía pisar ese lugar.
Mi ética quedó comprometida y tomé la decisión de tomarme un respiro mientras Wilmer y Erik resuelven todo, mientras yo me tomo las riendas, mi vida todavía me resulta extraño, no soluciona los problemas de los demás, pero mi psicólogo dice que primero los míos.
El divorcio también salió, hace poco, puso muchas trabas, pero la final lo acepto, quiso darme lo que me correspondía, pero mi interés fue nulo.
El sol se está poniendo en la playa tortuga, dirán que es el típico cliché que uno vuelve a revivir el pasado, pero en mi caso quiero empezar de cero.
— mándame un buen hombre o mucho dinero— cierro mis ojos disfrutando los últimos rayos de sol
— no soy el mejor— mi piel se eriza y mis manos empiezan a temblar - pero te amo.

Giro encontrando a Julián Palacios frente a mí, su barba más larga, su pelo más descuidado lo hacen ver tan relajado, pero ni eso le quita lo hermoso y perfecto que es este hombre
— hola Samantha - da un paso y debería retroceder, es nuestra ley, pero no puedo - te ves hermosa, pero eso ya lo sabes
—¿Qué haces aquí?— mi voz sale débil, casi irreconocible, esta vez no creo tener el control
— no respondes mis llamadas, ni mis mensajes, me devuelves cada detalle y me evitas - su olor llena mis fosas nasales— tengo que venir si quiero verte, el saber que estás tan lejos me está matando - toma mi mano con delicadeza y la lleva asta su pecho - dijiste que el tiempo pondría todo en su lugar, pero todavía no te veo a mi lado
— no creo que funcione de esa forma.
— yo pensé que sí - su sonrisa es triste, pero ahí una chispa en sus ojos - ¿Terminaste de correr florecita o tendré que seguir persiguiéndote mucho más tiempo?
— no sé, terminaste de ser un desgraciado - asiente tomando mi cara entre sus manos, mi mano en su pecho es lo único que me sostienen en este momento
— termine de fingir que estoy bien con este trato, te quiero junto a mí por el resto de mi vida.
— que no es mucha, claro, en tu caso - se carcajea en rico.
— puedo demostrarte que todavía estoy a la altura de mi hermosa mujer
— tengo que irme
— Sam, no te alejes más —parece frustrado, une nuestras frentes - no soy el hombre que persigue a una mujer, tampoco abriría mi corazón y alguien— cierro mis ojos - estoy aquí porque independientemente de todo me enamore.

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Suspiro, lo atraigo a mí, perdí todo, pero no lo quiero perder a él, paso mis brazos por su cuello y me levanta haciendo qué enrolle mis piernas alrededor de sus caderas - si - gime sobre mis labios - te extrañe amor
— cállate y bésame - ronronea volviendo a besarme, esta es mi adicción, mi debilidad, nuestras lenguas se encuentran y gemidos al mismo tiempo— vamos al cuarto
— no vamos a desperdiciar este hermoso atardecer - niega - te haré el amor aquí mismo, esta playa que tanto te gusta será testigo de lo mucho que te amo
— sí - gimo tomando su camisa y haciendo que los botones vuelan.
— me encanta esta Sam - deja un rastro de besos desde mi clavícula hasta el inicio de mis pequeños pantalones.
— no pares - besa mi piel para luego alejarse - ¿Qué haces? - lloriqueo con frustración
—¿Quieres casarte conmigo?— me incorporo y veo el anillo en la pequeña caja - le haré el amor a mi mujer, de lo contrario tendremos que esperar
— Julián - gruño arrodillarme justo frente a él— esto es muy pronto
— ¿Pronto? llevó meses con este anillo en mis bolsillos, llevó meses de agonía por no tenerte, te necesito Sam y en este momento quiero hacerte el amor - sonrió besándolo - ¿qué dices?
— tendrás que trabajar en eso - me muerdo el labio - ¿Es de mi talla?— asiente - pero porque no me lo pones— lo apuro, saca el anillo de la cajita y me lo pone - está hermoso
— no más que tú - besa mi mano, su sonrisa crece - déjame comerte ahora
— quiero una gran fiesta - asiente perdido en mi cuerpo - no es mejor algo sencillo solo nosotros
— lo que quieras— golpeó su brazo - amor, estoy explotando ahora solo quiero tomar lo que me pertenece y me negaste por tanto tiempo.
Me baja el pantalón junto con mi traje de baño y yo meto mi mano dentro de los suyos, gimo al sentirlo - luego te golpearé por seguirme, ahora hazme el amor.
— sus deseos son órdenes para mí - de una estocada entra completamente en mí, clavo mis uñas en sus hombros reprimiendo el grito, estamos en la playa, una muy pública, mi cerebro me recuerda.