Un Corazón De Oro

Capítulo 23

La celebración fue en el jardín del hotel, era amplio y estaba junto la zona en donde se llevó a cabo la ceremonia. Al igual que esta, contaba con toques rurales, lleno de rosas blancas y marfil combinadas con jacintos y flor de cerezo. Las mesas eran decoradas por un mantel café oscuro con un centro de mesa formado por una base de madera con helecho y rosas en color blanco y marfil, acompañadas por unas velas en la parte superior.

El pastel era tradicional, pero imitaba al de la carismática película, con cinco pisos en betún blanco y unas trenzas de jacintos y cerezos decorándolo.

La mesa de los novios contaba con la misma decoración, a sus espaldas se montaba un arco de rosas con velas colgando como farolas para iluminar.

En la pista de baile mis pies seguían el ritmo de la música, mientras Michael me sostenía. 

— No sé si ya te lo había dicho cariño, pero te vez preciosa con este vestido.

Dijo besando la piel descubierta sobre mi hombro. 

Le sonreí con las mejillas encendidas. Nunca me acostumbraría a tener a alguien como Michael a mi lado. Alguien que amaba cada parte de mí, con virtudes y defectos.

Rebeca se veía maravillada con cada ocurrencia que Andrew le susurraba al oído. Aun debía averiguar cómo mi amiga había tenido tan guardado su romance con el mejor amigo de mi novio.

Daniela tenía la mirada iluminada rebozando de alegría y Javier la observaba como si fuese el mayor tesoro de este mundo.

Esa noche fue mágica y especial, las estrellas se desplegaban sobre el cielo nocturno con una nitidez hermosa, la luz que resplandecía en llamaradas de fuego a través de las farolas era suficientes para iluminar el inmenso jardín del hotel.

Daniela y Javier partirían esa misma noche en dirección a las playas mexicanas de Cancún para tener su dulce y romántica luna de miel.

Al llegar a la parte del brindis junto a Rebeca decidimos sacar nuestros dotes artísticos y cantarle a nuestra mejor amiga la icónica canción de Rihanna, Umbrerella. 

Daniela lloraba a mares justo al terminar corrió con su esponjoso vestido blanco a envolvernos en un fuerte abrazo de hermandad. 

Después del pequeño acto, sus padres junto a los de Javier dieron un par de consejos para sobrevivir a los primeros, dulces y caóticos iniciales años de matrimonio.

—Hijo no todo es felicidad, en su vida diaria tendrán inconvenientes y diferencias, pero créeme cuando te digo que la comunicación es el camino adecuado para solucionar esos problemas, los jóvenes se enojan por esas diferencias y dejan de hablar entre sí, hasta que alguno se dé por vencido, pero es ahí cuando deben ser perseverantes y encontrar juntos la solución.

— Hija como ya lo dijo el Sr. Rodríguez nunca se aparten, el matrimonio es un viaje hermoso, pero de vez en cuando aparecen turbulencias, ustedes como capitanes de ese barco deben saber atravesar ese mar salvaje para continuar con su destino que es esta historia de amor que apenas comienza, esto es solo una aventura más que les dejara nuevas experiencias y aprendizajes.

— Son el mayor regalo que nos ha dado la vida, hoy sus vidas están unidas con una promesa de por vida, les deseamos felicidad y prosperidad. Un brindis por Daniela y Javier ¡que vivan los novios!

Al terminar esa oración todos vitoreamos a unísono ¡vivan los novios! La felicidad y el amor se podían percibir en la atmósfera cálida de la noche. 

Cuando el evento termino, fui a casa con Michael. Aun había clavos sueltos en nuestra vida, pero faltaba poco para arreglarlos.

Por la mañana Michael estaba junto a mí, rodeando mi cintura con sus manos, esparcí besos por su hombro y tórax, en un dulce intento por despertarlo. Me presiono con más firmeza hacia su cálido cuerpo. Nuevos planes matutinos pasaron por mi mente, pero quería preparar un romántico desayuno. 

La tarde llego rápido, teníamos una cita para comer con Andrew, además debíamos poner en marcha el plan de acción legal en contra de Liam Wilson.

El restaurante era de comida italiana situado en el centro de la ciudad, era elegante pero no exageradamente costoso. 

Michael sujetaba mi cintura con su brazo, guiándome a la mesa en donde se encontraba Andrew.

— Hola Michael ¿cómo estas Mariane?

Saludo Andrew con un asentimiento en nuestra dirección.

— Hola Andrew, con Michael de maravilla, por otro lado, con mi padre, bueno las cosas no terminaron muy bien.

Dije aun con una sonrisa en mi rostro, hace tiempo había aceptado el rechazo de mi padre, y esa verdad ya no me rompe el corazón, porque con Michael tenía más amor del que jamas pensé recibir en la vida.

— Entiendo, les parece si ordenamos y en la espera me informas sobre la demanda al Sr. Wilson.

Andrew me recordaba un poco a David, su cabellera ceniza se asimilaba al rubio de David, y sus ojos en vez de ser verdes eran azules. Un azul enigmático, con esa aura fría que tenían los abogados. Sin duda entendía porque mi amiga Rebeca había quedado flechada por ese bombón.

La mesera atendió nuestra mesa con una sonrisa amplia denotando amabilidad.

—Mi hermana Amber, me dio una copia del documento de herencia original. Aquí se especifica a que edad y como se debe traspasar el control de la compañía al primogénito de la familia.

Andrew tomo el papel entre sus manos, frunciendo el entrecejo con su mirada de concentración, analizando cada palabra del mismo.

Los platos llegaron rápido, frente a mi tenía una deliciosa pasta con mariscos, Michael pasta Alfredo y Andrew ordeno carne en salsa agridulce. 

Antes de llevar un bocado, Andrew hablo.

— Vaya este testamento es demasiado explicito, ¿Mariane ya tienes la mayoría de edad que se estipula en él?

— Si, hace aproximadamente un año que la empresa debe estar a mi cargo.

—Bueno en el documento no especifica ninguna acción legal en caso de omisión, pero es ir en contra de las normas fundadoras. Por lo que una acción legal es adecuada. Podemos comenzar con el trámite en el momento que desees y proceder con el beneficio que esperas obtener de dicha acción.




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