Días después de la reunión con Andrew. Habíamos logrado emitir la demanda hacia mi progenitor.
Obviamente ardió en cólera al recibir la correspondencia, o esas fueron las palabras de mi hermana Amber.
Nos habíamos convertido en aliadas, aun manteníamos distancia pero estábamos trabajando en la restauración de nuestra relación.
El día del juicio llego, el padre de Michael y mi madre Mónica se encontraban presentes entre el público, junto a Amber, David estaba junto a mi espectacular novio, Michael en las oficinas de la familia Roux. Así como era un día importante para mí, también lo era para él, tenía la entrevista de su vida, ejecutivo general de todas las industrias Roux, reemplazando el anterior puesto de David. Seguro lo conseguía, porque Michael era el hombre más trabajador y responsable que conocía.
Al mirar dos años atrás, recordaba como solía sentirme sola, ahora no solo contaba con mis abuelos y amigas, tenía cinco personas más que integraban parte de mi pequeña familia. Mónica, Thomas, Amber, David y Michael.
Anna me deseo suerte la semana anterior al juicio, pero ella era leal a mi padre, me sorprendía que continuara a su lado, de verdad lo amaba.
Faltaban tan solo diez minutos para que iniciara la sesión y mi padre no aparecía,
Cinco minutos, su lugar continuaba ausente. Mi teléfono sonó. Era el, Liam Wilson.
Decidí salir de la sala, pero no fue necesario responder la llamada, ahí estaba el, mi padre.
Con su traje italiano hecho a la medida, sus impecables mocasines, pero con un rostro demacrado, lo Que reflejaba que él no la había pasado bien estos últimos meses.
— ¿Porque no entras?
No debía flaquear mi lado, aun si el lucia devastado y frágil.
— La verdad, planeaba huir y no presentarme. Pero Anna me amenazo con divorciarse de mí, si continuaba con mi actitud déspota hacia mis hijas. Pero, ya me canse de pelear, pelear por algo que ya no me pertenece. Estoy viejo, mis hijas me odian y mi mujer está decidida a dejarme si no cambio mi actitud. No quiero perder las cosas buenas que el futuro puede brindarnos, hija, quiero ser un mejor padre con ambas, deseo ser parte de sus vidas. Por eso, te entrego la empresa, es tuya, perdona a este tonto anciano que por su avaricia y machismo, arruino gran parte de tu vida, espero un día, me permitas reparar esos años de ausencia y desprecio, sé que no tengo derecho a exigir nada, pero de verdad, lo lamento.
Mi padre no me dio oportunidad a responder nada de lo que había expresado. Estaba sin palabras, él se encontraba llorando, su disculpa era sincera. Y ese hombre que nunca me demostró cariño, al fin se había expuesto.
Quería acercarme y abrazarlo, pero a mi niña interior aun le dolía. El dolor se reemplazó con alarma, vi como mi padre se desplomaba frente a mí, cayendo de rodillas, mientras con sus manos oprimía su pecho. ¿Qué le sucedía? Dios mío. Estaba teniendo un ataque al corazón. No, él era fuerte, no podía irse ahora, no cuando por fin había retirado la venda de sus ojos.
Me arrodille junto a él, recostando su cuerpo en el mármol.
— Papá, respira, se fuerte, voy a pedir ayuda, todo estará bien, tú vas a estar bien.
Corrí hacia la sala de audiencia, lagrimas gruesas y saladas cubrían mi rostro.
— Necesito un doctor, Liam está sufriendo un infarto.
El rostro de Anna se desfiguro en impresión, Amber se desmayó sobre los brazos de mi madre Mónica, y esta última tenía signos de preocupación en su rostro.
— Llamare a una ambulancia.
Murmuro Thomas.
Me acerque a Andrew y le tendí los papeles, las industrias Wilson eran mías.
Me miro asombrado. Claro nadie esperaba que Liam tuviese su momento de lucidez justo antes del juicio.
— Me encargare de esto, ve con tu padre, sé que te preocupa.
Aun temblando camine hacia mi padre, Anna lo tenía en sus brazos llorando desgarradoramente. Lo peor pasó por mi mente, él se había ido. Sin dejarme perdonarlo.
Los paramédicos entraron con su camilla. Cargaron su cuerpo en cuna, para proceder a revisarlo. Mi aliento se detuvo cuando uno de ellos dijo.
— No tiene pulso.
Su compañero se acercó con un aparato sobre ruedas, el desfibrilador, pensé.
Él debía vivir, no podía dejarme cuando recién había admitido sus errores y expresado el deseo de redimirse. Yo quería conocer a ese gran padre que él podía llegar a ser algún día.
—uno, dos, tres, cuatro, cinco.
El cuerpo de mi padre se sacudía con cada corriente que recibía. El auxiliar a cargo de la maquina estaba encima de la camilla con mi padre. Mientras el otro, tenía un respirador manual, con el que le proporcionaba oxígeno a su cuerpo inerte.
— Está de regreso, continua con el respirador manual, su pulso es mínimo en cualquier momento lo podemos volver a perder.
Seguía aterrada, pero un poco de alivio se coló en mis pulmones, el continuaba respirando.
Amber seguía inconsciente. Thomas y Mónica la llevarían al hospital en su automóvil. Les dedique una mirada de agradecimiento.
Anna subió convertida en un manojo de nervios en la ambulancia. Mi padre estaba en estado crítico.
Solo deseaba acompañar a Liam, pero aun había cosas que hablar con los abogados.
Limpie mi rostro mientras tomaba asiento afuera de la sala, necesitaba controlar mis emociones. Mis manos temblaban, mis ojos eran un desastre, rojos e hinchados.
— Cariño ¡El puesto es mío! Estas frente al nuevo director ejecutivo de industrias Roux.
L a voz de Michael me lleno de calidez. Al menos ambos habíamos obtenido lo que deseábamos.
Intente dedicarle una sonrisa pero era más una mueca que otra cosa. Michael me miro con preocupación, y su sonrisa de comercial disminuyo.
—¿Que sucede nena?
— Michael, me alegro mucho por ti, en verdad, mi padre se disculpó a último momento y me entrego los papeles firmados.