Te respondí varias horas después preguntándote como estabas, me respondí que estabas bien y me alegro insistente con saber mi nombre y yo te dije algo que me caracterizaba.
—¿Eres Maithe?, ¿verdad?.
—Verdad.
Después de esos seguimos hablando y tú me preguntaste más cosas y yo también, le pasé lo primero que me enviaste a Paola y lo demás no.
Ya era nuestra conversación.