Un cuerpo para dos

Prólogo:

Me sentía extraña, mis manos me dolían. Las miré y tenía garras. Mis codos se doblaron en un ángulo antinatural, mis rodillas crujieron y caí al suelo. El dolor se extendió por todo mi ser. Sentía cada hueso de mi cuerpo quebrarse, oía su sonido tronador, no lo soportaba más. Creí que me desmayaría pero no pasó, lo hubiese preferido.

Estaba completamente aterrada, no entendía lo que me estaba pasando. Me levanté en cuanto patas, intenté ponerme en dos pero no pude, algo me lo impedía. Miré mis manos,¡pero no estaban!, en su lugar tenía dos enormes patas peludas. Me horrorisé y corrí espantada adentrándome en la profundidad del bosque. Una voz dentro de mí cabeza habló y estaba completamente segura que no era mi consciencia.

—Tranquila, estoy aquí, nunca volveremos a separarnos.

 




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