Un deseo de felicidad

Capitulo 2: Presagio

Tras una cotidiana jornada como estudiantes, la princesa del otoño junto a su mejor amiga, se disponen a regresar a sus respectivos hogares. Aunque suelen llegar al Instituto juntas, siempre se van por separado, esto es principalmente por un hábito que tiene Huan, la cual es visitar ese misterioso Árbol Conexión, un árbol que se dice tiene la capacidad de juntar a las personas con las que serán las más importantes en la vida de uno, Huan cree en esa leyenda, pues el primer día que visitó este gran árbol conoció a Yune.

Ella tiene la capacidad de volar gracias a su espíritu mágico, Melodía, quien puede alterar su estructura para agrandar su tamaño a uno similar al hasta de una bandera, y, en ese estado, puede levitar. Huan solo tiene que sentarse sobre ella y usar su magia para desplazarse. Cabe destacar que los espíritus mágicos son seres conscientes e inteligentes, se presentan por su cuenta ante magos a quienes consideren dignos de servirles, por ello se entiende que magos aprendices no son dignos de tener un espíritu mágico por su novicia andadura del conocimiento mágico. Que Huan, Yune y pocos aprendices más de la localidad tengan espíritu es no sino otra muestra de su genialidad y talento.

Hoy parece llena de energía, señorita Huan. —mencionó Melodía, pese a no tener órganos, su propia magia le permite comunicarse con su dueña, ya sea por telepatía o de viva voz, cuando habla en alto tono, su cuerpo brilla levemente a ritmo del sonido.

—¿Tu crees? No, es solo que todo el día he tenido un buen presentimiento. Como si algo bueno estuviera a punto de pasar.

Finalmente llegaron a la base del Árbol Conexión, ubicado en el corazón de la localidad, la distancia desde allí al colegio son apenas 2 kilómetros, pero Huan se demora un poco debido a que disfruta volar. Huan se bajó de su transporte, y al acto, Melodía volvió a su tamaño habitual de flauta.

El viento y el mismo ambiente del lugar jamás deja de tener esa tranquilidad, serenidad y su sentimiento de paz, más, sin embargo, conserva su capacidad para evocar una sensación de desconocimiento y misterio, digno del lugar que es. Huan contempla el paisaje siempre por al menos 10 minutos, es un hermoso lugar, algo que ella define como un pequeño gran tesoro.

—Voy a comenzar. —declaró la oriental tan tranquilamente y con una leve sonrisa de emoción dibujándose en su rostro.

Llevó su flauta a la altura de su boca y comenzó a tocar una melodía que no puede definirse de otra manera más que sublime. Notas tranquilas y armónicas salían de su compañera que harían llorar hasta al más duro de los críticos. Para Huan, el mundo deja de existir cuando toca su flauta, sin que se de cuenta, las flores a su alrededor estiraban sus pétalos con vigor e incrementaban la intensidad de sus bellas fragancias, los pequeños animales e insectos en sus cercanías detenían sus actividades tan solo para mecer sus cabezas al ritmo de su música, incluso un pájaro herido en las ramas del inmenso árbol se vio recuperado y emprendió el vuelo con un brío envidiable.

Huan le dedica tan bella melodía al árbol y al pequeño bosque urbano como agradecimiento de sus vivencias en esta ciudad muy lejos de su lugar de origen, pues está convencida de que este árbol es más que solo un ser vivo que no puedes oír, no sabe que es, o porque lo siente, pero en ella existe una atracción mágica a ese árbol, como si sintiese que es su deber protegerlo y cuidarlo. Ella misma sabe lo extraño que se escucha eso, por lo que no se lo comenta a nadie, ni siquiera a Yune, pero al final de cuentas, ella y la vida silvestre a su alrededor es feliz con estas acciones, así que no importa lo raro que sea.

Otra bella ejecución de su parte, señorita. —comentó Melodía una vez que los labios de Huan se separaran de ella (ella no siente el contacto físico, solo sabe lo que ocurre a su alrededor, además de que no le molesta que Huan use su cuerpo de flauta como flauta, para eso está).

—Muchas gracias Melodía, eres muy amable~ —contestó risueña y con una enorme sonrisa, de esas que solo Huan puede brindar. —Ahora deberíamos irnos a casa, tengo tareas que hacer, y luego debemos practicar un poco, ¿de acuerdo?

Perfecto.

Así, ambas compañeras se marcharon del lugar, pero lo que ellas no sabían, fue que alguien más las estuvo vigilando muy de cerca, alguien que aún conocen... pero ella a estás sí.

—Huan Ling... Tu eres la clave... ¿cierto? Tu eres la llave para romper esta maldita barrera.

Huan, despreocupada junto a su compañera, viajaban a una velocidad considerable, ligeramente mayor a la de antes, sin embargo...

≪ ¡Señorita, una presencia se acerca rápidamente, no puedo distinguir de quien se trate! ≫ —advirtió Melodía telepáticamente.

— ¡Estate preparada! —respondió Huan con fuerte ímpetu, aunque dentro de ella la acababa de invadir el miedo.

≪ ¡Están en frente! ≫

Una sombra apareció bruscamente frente a ella, obligándolas a detenerse en seco, Melodía brillaba de la magia dispuesta y lista para descargar en forma de ataque, sin embargo, Huan no usó su magia para atacar, sino que se dio cuenta de quienes se trataban.

—Buenas tardes, Huan, Melodía. —dijo esta mujer con la más serena de las voces.

—Ahh... Solo eres tú, Layla.

Y así hace su primera aparición este personaje, se trata de Layla Laksmi, hija única de la directora de la Academia Anima, no es una alumna matriculada, simplemente se pasea por la escuela, pero si fuera estudiante, sería difícil determinar si sería mejor posicionada que Yune o incluso sobre Huan, Layla es una formidable guerrera mágica, pero su verdadero don es la magia de la adivinación, también conocida como clarividencia, aunque aún se encuentra aprendiendo sobre esta rama de forma autodidacta, sus avances son impresionantes, pues puede generar una adivinación a voluntad sobre un evento próximo. Para poner en contexto, muchos adivinadores solo pueden hacer adivinaciones sobre factores ajenos a ellos mismos de forma parcial y en un tiempo difícil de determinar, mientras que Layla, puede hacer adivinaciones que la impliquen a ella misma sobre eventos a los que no le falta mucho por ocurrir, incluso, si usa todo su poder, puede incluso ser exacta en su adivinación y elegir que ver, aunque tal proeza la deja sin poder usar magia por tres días. En cuanto a su apariencia, posee un traje que recuerda a una bruja, un sombrero puntiagudo de gran copa del color de la noche, así como una túnica morada de gran escote, pero por debajo lleva una blusa blanca que la cubre, su capa tiene forma de alas de mariposa, que con su magia puede usar para volar como una por su cuenta, pero a que su traje termina como una minifalda, siempre lleva puesto un pantalón negro, finalmente, lleva unas zapatillas cafés. Quizás algo igualmente llamativo es ver que siempre lleva en sus manos un bastón idéntico al clásico instrumento de un mago ilusionista, dicha vara es en donde vive su Espíritu Mágico, sin embargo, dicho ser tiene una enorme particularidad, y es que puede vivir fuera de su objeto madre, solo regresa a este para descansar. Alana, que es como se llama, fuera del bastón adopta una forma típica de un hada, con el cuerpo de Layla de cuando tenia 6 o 7 años, alas de mariposa sumamente hermosas y un largo vestido blanco y gris. No mide más de 10 centímetros, pero tiene la capacidad de cambiar de forma a la de pequeños animales u objetos para camuflarse.



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En el texto hay: magia, guerra, fantasa

Editado: 19.09.2021

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