Veintidós años después…
-No, tengo que trabajar Marcela- dijo Andrés a su esposa, este se había casado hace 5 años con una mujer muy maravillosa, la cual amaba tanto ya que ella fue la única aparte de su madrina que siempre estuvo con él, gracias a ella se convirtió en uno de los empresarios más importantes y también le había dado la mejor bendición de su vida, su hijo Sebastián.
-Pero en una semana será navidad, tienes que estar con nosotros- dijo Marcela- nunca has pasado una navidad con tu familia.
-Sabes que esas cenitas de navidad nunca me han gustado y como te dije tengo que trabajar
-El trabajo puede esperar sólo es una noche, no te pido nada más, además tu hijo te extraña no sueles pasar tiempo con él ni con migo, no es…
-No Marcela –le corto- nada de lo que me digas me hará cambiar de opinión- cogiendo su maletín y las llaves de su coche, salió de su casa.
Mientras iba conduciendo pensó que su esposa tenía razón, él nunca pasaba navidad, fechas festivas, ni el cumpleaños de su hijo, él siempre había evitado todas esas reuniones, ya que eso le recordaban la ausencia de sus padres cuando él era solo un niño y más odiaba la navidad, porque nunca se le cumplió su deseo, nunca pudo sentir ese calor de familia, ese abrazo paternal o ese cariño que su madre le negaba a darle cada vez que él quería abrazarla. Sacudió la cabeza y se centro en lo único que le distraía de recordar esos momentos, su trabajo.
-Papá, papá, - dijo Sebastián a su padre- mira lo que hicimos en la escuela- mostrándole un reno de felpa- la maestra dijo que lo podemos colgar en nuestro árbol de navidad, ¿puedo colgarlo papá?.
-Claro hijo, puedes colgarlo- le digo Andrés, sin tomar mucho asunto en el reno que su hijo le había mostrado.
-Papá este año vendrás a la casa de la abuela para la cena de navidad- dijo de nuevo su hijo
-No lo sé hijo.
-Pero papá, tú nunca has pasado navidad con migo, ni con mi mamá
-He tenido que trabajar hijo- poniéndolo sobre su regazo ,añadió- y poder darle lo mejor a ti y a tú mamá, así que ahora se buen niño y ve a jugar con Pechan.
Él niño salió de la sala y corrió donde su mascota al patio.
-Te lo digo, tu hijo te extraña mucho- dijo su esposa cunado entro a la sala- porque no eres capaz de pasar solo una navidad con nosotros.
-Ya lo hemos discutido y no voy a cambiar de opinión, no quiero discutir más de ese asusto, así que me retiro a dormir y espero que este sea la ultima vez que hablamos de este tema.
Cuando se fue a su habitación, sentía culpa por haberle dicho esas cosas a su esposa ella no tenia la culpa de su pasado ni mucho menos su hijo, pero que podía hacer sí en su corazón aún había rencor y resentimiento.