—Eres un hombre valiente —exclamo Uriel logrando que Liam se separará de Andrea y se pusiera de pie —Nosotros los hombres que lloramos y pedimos las cosas del modo que lo has hecho tu somos bendecidos de una manera sin igual.
Liam negó con su cabeza mordiendo sus labios, el no iba a ser bendecido como él decía porque nadie quería adoptar a un adolescente y menos si pedía que hicieran lo mismo con su hermana.
—Solo pido lo mejor señor —expreso —Y si vosotros dos están dispuesto hacerlo me confirmó, porque es lo único que pido.
Uriel negó y los rodeo hasta quedar enfrente a él, tenían casi la misma altura y de algún modo hasta el parecido. Cuando vio la fotografía el pensamiento fue así hubieran sido los hijos de ellos dos, lo confirmó cuando los observó a los dos hablar de lejos y más cuando se acercó escuchando lo último que le pedía a su esposa.
—Eres fuerte y valiente —expreso Uriel —Un chico que creció a la fuerza, que pide cosas por su hermano y no por el mismo, eso habla muy bien de ti. Y me enorgullece escucharte hablar de ese modo, así como también conocerte.
Liam volvió a quedarse sin aire en sus pulmones cuando lo ubico bien, las palabras que le estaba diciendo eran un eco. Y las ganas de llorar simple aumentaron porque la vida estaba siendo injusta con él, o se le estaba burlando en la cara.
—Ve adentro con tus hermanos —pidió Uriel —Nadie te va a separar de los que amas.
Y esa última oración lo confundió, pero obedeció no sin antes ver a la mujer que asentía a la orden que acaba de dar. Cuando Andrea y Uriel quedaron solos, el segundo se sentó a la orilla de su esposa abrazándola y dejando que ella suspirara llorando en silencio.
—Ellos serían nuestros hijos si tú hubieras tenido la dicha de traerlos al mundo —exclamo él.
Ella se separó un poco para verlo aún con sus lágrimas, el ceño fruncido marcaba su rostro sin entender lo que le había dicho. El rio antes de limpiar la humedad en el rostro de su esposa, dándole un beso en dónde tenía las arrugas a causa de estar frunciendo el ceño.
—Si te fijas bien en las fotografías ver a Liam es como que me estés viendo a mi a esa edad —explico el —A la pequeña es como mi hermana y al pequeño como tú. La tres tiene un parecido a nosotros y eso simplemente lo hace perfecto.
Andrea tomo la fotografía que él tenía en su abrigo y la observó analizando está confirmando lo que acaba de decirle, sus labios se abrieron con asombro. No había visto esos detalles, soltó una risita nerviosa dirigiendo su mirada de su esposo a la foto que tenía en su mano.
—Es como si estuviéramos en un mundo alterno —dijo ella con emoción en su voz —Es difícil de creer.
Uriel asintió y la atrajo en un abrazo dándole un beso en la frente.
—Se que somos una pareja y quien debe de decir eres tu Andrea —dijo el —Pero yo quiero adoptar a los tres.
Ella cerro sus ojos antes de soltar una pequeña risa.
—Serán tres entonces amor —exclamo —El deseo que teníamos para nosotros se ha cumplido, de algún modo tan raro vamos a tener los tres hijos que deseamos.
El también soltó a reír abrazándola con fuerza, lo hacía porque no deseaba llorar estuvieron ahí dejando que la nieve cayera sobre ellos durante varios minutos hasta que se pusieron de pie sonriendo. Liam si bien entro adentro del recinto no fue con sus hermanos, sino que se quedó oculto viéndolos interactuar, deseo saber que era de lo qué hablaban y reían.
Su piel se erizaba al verlos juntos y observar el parecido que tenían con sus padres, aquello era algo que le asustaba, que también le emocionaba porque de alguna manera Matías podía tener una imagen de quienes en vida fueron sus verdaderos padres, se mordió los labios y fue a dónde estaban Lesly junto a Matías. Al ingresar pudo escuchar las palabras de su hermanito que no hace poco comenzó a hablar con cierta dificultad.
—Ya regrese —exclamo él acercándose y tomando entre sus brazos al pequeño que soltó a reír —Haz dormido muy poco está vez Mati.
—Liiiii —dijo en un grito Matías abrazándolo por el cuello —Lular.
Liam soltó a reír y negó dándole un beso en la regordeta mejilla. Su mirada fue hacia Lesly que se miraba las manos, se sentó en dónde estaba ella y la abrazo.
—Él estará en una familia que le dará todo el amor que merece —murmuro haciendo que lo viera y sonriera —Y te juro que tú también vas a tener una familia que te quiera mucho Les.
—¿Y a tu Liam? —pregunto ella a cambio.
—Yo seré feliz —respondió —Si ustedes están con una buena familia entonces yo seré el hermano feliz esperando a que no me olviden jamás.
Lesly lo abrazo por la cintura y Liam la envolvió junto a su Matías que soltó un grito risueño. Cerró sus ojos diciéndose que posiblemente sería uno de los tantos abrazos que ya no tendrían en un futuro y que iba a guardar en su mente para toda la vida.
—Es hora de que todos estemos en el comedor —escucho que decía Walter.
Liam asintió y le dio un beso a su hermana que se puso de pie antes de salir siguiendo a Walter. Mientras que el salía con Matías entre sus brazos. Uriel que se encontraba con Andrea miro como todos los niños los veían con desconfianza y extrañados, ellos estaban atentos a quienes entraban deseando ver a los hermanos algo que así fuera, solo que primero vieron a la niña que venía riendo junto a otro chico de la edad de ella.
Su esposa no mentía al decir que ella tenía un parecido a su cuñada y estaba segura que si los adoptaban a los tres se llevarían una gran sorpresa la familia de su esposo y de paso la suya propia. Sintió aún más fuerte la emoción al ver entrar a los dos hombres que conformaban los hermanos, el corazón de Andrea quiso salirse de su pecho, mientras que para Uriel solo fue recordar esa edad, lo feliz que era al tener a sus padres.
El nudo en su garganta fue grande y el sonrió dándole un beso en el cabello a su esposa, que solo lo abrazo por la cintura escondiendo en rostro para que no la vieran llorar. La directora hizo acto de presencia logrando que el silencio reinará ante su llegada...