Cuando Lara bajo al salón encontró a su abuela ya preparada, esta sonrió dándole un beso en la mejilla.
–Buenos días abu, veo que estás lista y bien preparada.
–Hay que salir ya, vamos–dijo poniendo sus maletas en el taxi.
–Sabes que odio algo llamado coche, mejor me voy en metro. Te veré ahi–se fue sin dejarla hablar.
Después de tres horas, llegaron al aeropuerto. Lara saco su móvil para ponerlo en silencio y justo en ese momento llamo María, se dio un pequeño golpe en la frente.
–Hola, antes que nada perdón. De que....–su amiga la interrumpe.
–Dejate de escusas, te vas de viaje y ni te molestas en decirlo–se dio cuenta de que su amiga están muy molesta.
Lara mete su mano libre en el bolsillo del abrigo nerviosa–te juro que se me olvidó, pero prometo traerte el mejor regalo.
–Vale, con eso me confirmo–pudo oir reír a su amiga y alguien más, supo que de seguro que Manuel estaba asu lado.
–¡Lara,date prisa niña!–exclamo su abuela.
–Bueno, me tengo que ir. Cuando llegue te llamo, besos...y a ti también Manuel–oyó de nuevo las risas y colgó poniendo su móvil en su bolso.
Durante el viaje se pasó el tiempo viendo el cielo y leyendo. Cuando llegaron a su destino Lara miro el cielo y sonrió, quiza ese viaje le vendría bien.
–Lara, vamos. Mi amiga nos estará esperando.
Lara la alcanzó con el ceño fruncido–¿Amiga? ¿desde cuando tienes amigas aquí?.
Jimena pide un taxi–Es una amiga del grupo de lectura.
Lara asiente subiéndose junto a ella–Hay abu, algunas veces me sorprendes.
Llegaron a una casa grande y bonita, una mujer mayor que te daría la edad de su abuela salió a recibirlas y dedujo que esa era su amiga,las dos mujeres se saludaron.
–Me alegra verte.
Jimena agarró a su nieta de la mano–Esta es mi nieta, Lara—la presentó sonriendo —. mi niña, esta es la señora Leslie Crane.
Lara le extendió la mano y la mujer la acepto sonriendo. Entraron a la casa y la mujer les ofreció te y unos bizcochos.
–Es un placer para mí que os quedáis aquí, la verdad es que rara vez recibo a turistas–la mujer parecía maja y buena persona, eso le gustó a Lara ya que si se iban a quedar en su casa tenia que estar todo bien.
–Gracias por recibirnos, si no es molestia me gustaría ir a mi cuarto.
Leslie dejo su taza en la mesa y asintió levantándose–Claro, sígueme para enseñarte tu cuarto.
Siguió a la mujer hasta llegar a su nuevo cuarto, se quedó pasmada al ver lo grande que era su cuarto. La mujer sonrió dándose cuenta y sin decir nada salió dejándola tranquila, Lara se dejó caer en la cama y suspiro por primera vez, Se levantó y abrió la ventana sonriendo.
–¡Lara, baja!.
Lara quería llamar a su amiga pero solo le envío un mensaje diciéndole que había llegado bien. Al llegar abajo encontró a un joven hablando con las dos mujeres, el hombre tendría unos veintiocho años, era alto, rubio y tenía los ojos de un color azul intensos.
–Hola...
El hombre se dio la vuelta al oír su voz y rápidamente le extendió la mano sonriendo–Usted debe ser Lara ¿verdad? Soy Evan Cameron, a su servicio.
Lara le estrecho la mano sonriendo torpemente–Encantada...
–Bien Evan, ya puedes llevarte a Lara. Seguro que disfrutara de la pequeña excursión–dijo la señora Leslie dando un pequeño empujón a Lara.
Lara cogió rápidamente su abrigo, miro a su abuela buscando ayuda. Cuando vio que su abuela sonreía supo que esto lo había planeado ella.
Siguiente al hombre y lo escucho atentamente mientras este le hablaba un poco de las cosas de ahí. Cuando llegaron a una pequeña plaza oyó los gritos de unos niños, al acercarse vio a un grupo reunido escuchando a un hombre que les estaba contando algo que tenía que ser interesante ya que hasta los niños le estaban escuchando.
–¿Que les está contando?–le pregunto curiosa.
Evan miro donde está señalaba–Ah, les esta hablando de un pequeño grupo de guerreros ¿quieres oírla y...?.
Evan dejo de hablar al ver que la joven ya no estaba asu lado, si no que se están dirigiendo al grupo de personas reunidos.
–¿Que le pasó al hombre?–pregunto uno de los niños.
–No se sabe...se dice que murió, pero nadi lo sabe con certeza. Solo se sabe que condujo a sus hombres a una trampa por su orgullo y murieron todos, bueno eso es todo y...
–¿Como se llamaba ese hombre?–Lara no se molestó en mirar quien lo había preguntado, solo quería por la respuesta del hombre.
–Se llamaba Alexander Scott, un buen guerrero. Bueno por hoy basta, espero que os haya gustado–Lara se quedó parada sin moverse durante un minuto, sintió una mano en su brazo y miro a Evan.
–¿Estas bien?–evan estaba preocupado, la joven tenía la cara pálida.
–Yo...no, estoy muy bien. Solo que creo que es el cansancio del viaje, seguro que si duermo me pondré bien ¿volvemos?–no espero al hombre, se dio la vuelta y empezó a caminar rumbo a la casa.
Leslie y Jimena oyeron la puerta abrirse, estas se sonrieron levantándose para recibirlos. Lara las saludo con la mano y se fue a su cuarto sin decir nada.
–¿Que le pasó a mi niña?–le pregunta al hombre con seriedad.
Evan se pasa la mano por su pelo–Nose...estábamos paseando y de pronto se puso así. Creo que es del cansancio del viaje, espero que se ponga bien, adiós.
Lara cerro la puerta y se sentó en la cama, se tapa la cara con sus manos. No sabía que narices le pasaba, solo con oír ese nombre su corazón empezó a latir con fuerza. Le dolía tanto el pecho que sentía que se iba a salir de su sitio, de tumbo en la cama abrazando la almohada. Poco a poco sus ojos fueron cerrándose y de nuevo ese sueño la invadió.