Un Día Como Niños

Capitulo 1 (Un Día Como Niños)

El santuario de Atena, el lugar donde aquella Diosa se suponía debía estar para ser protegida por sus ochenta y ocho caballeros, repartidos entre bronces, platas y dorados.

Todos ellos siempre entrabando de manera ardua a muy corta edad.

Y de hecho en dos de ellos nos vamos a centrar en esta ocasión.

Llegado el mediodía, representaba el final del entrenamiento matutino y se podrían relajar un poco.

De diferentes maneras como más les gustara.

El pequeño, futuro guardián del primer templo, se encontraba dentro del mismo pensando en como podría pasar el resto del día.

Sus cabellos lilas, que le llegaban poco más debajo de los hombros, ojos verdes grandes y expresivos, su piel blanca, delgado y pequeño, siendo normal de un niño de tan solo seis años, que responde al nombre de Mu

Hacía mucho calor, siendo normal pues el verano estaba presente en el ambiente.

Gracias a esto, se le había ocurrido una idea, las ganas de nadar se habían apoderado de él.

Ir un momento al lago, podría ser muy divertido.

Más no deseaba ir solo.

Pensó un momento en lo siguiente.

¿Cuáles de sus amigos podría acompañarlo?

Aldebarán fue su primera opción, pero sabía que él se había lastimado recientemente, así que lo descarto con pesadez en su semblante.

Aioria, lo más seguro es que estuviera con su hermano en el noveno templo. Negó suavemente con la cabeza y una leve sonrisa.

Al final su pensar fue dirigido al sexto templo.

Sonrió animado, aunque el rubio fuera un amargado en la mayor parte del tiempo, podía contar con él para hacer algo divertido, aunque se negara al principio, sabia como convencerlo siempre.

La inocencia infantil en ese rostro, solo podía reflejar la alegría de pasar una tarde con uno de sus mejores amigos.

Por ende se puso en marcha para llegar al sexto templo.

Saludando, pidiendo permiso de entrar y salir de aquellos cuatro antes del destinado.

Al llegar, como todo bien niño, saludo cortésmente.

-Buenas tardes- Alazo un poco su voz, para ser escuchado.

No paso mucho para escuchar la contestación del que residía en la sexta casa.

-Buenas tardes Mu, ¿A que debo tu visita?- Directo al grano, como era costumbre.

-Bueno…- Sonrió apenado, mientras jugaba con sus dedos –¿Estas libre?-

-Solo dímelo Mu, sabes que me gusta que sea directos- El niño de cabellos dorados como el sol, ojos azules como el cielo, piel blanquecina, delgado y pequeño por su edad. Estando en posición de flor de loto, como era costumbre del futuro caballero de Virgo.

-Está bien- Suspiró resignado –Shaka, ¿Te gustaría ir conmigo a nadar al lago?- Sonrió animado, con aquella inocencia infantil y la ilusión de pasar un rato con un gran amigo.

Aquello dejo un poco impactado al rubio.

Si bien, el pelilila era el que siempre iba a buscarlo, para entrenar en grupo, jugar todos juntos. Siendo quien lo integraba con los demás aspirantes a caballeros dorados.

Mas nunca se esperó una invitación para ambos, eso era algo nuevo.

Pero podría ser, que fuera otra reunión en grupo con los de su edad.

-¿Quiénes más van a ir?- Pregunto sereno.

-Nadie más, solo tú y yo ¿Qué te parece?- Su sonrisita amplia mostrando los dientes y sus manitas detrás de la espalda.

-¿Por qué no invitaste a Aldebarán? O ¿Aioria?- A veces podría parecer que el rubio tuviera leves celos de los otros amigos del ariano.

Es algo normal, cuando eres muy hermético en tus relaciones interpersonales y deseas mantenerlo así, mas en el fondo quieres un amigo con el cual contar, y lo logras encontrar, a veces no quieres perder a la única persona que te muestra camaradería.

Los celos entre amistades son más comunes de lo que muchos creen.

-Porque, me gustaría ir contigo- Una contestación simple –Pasemos un buen rato juntos ¿Si?-

Lo pensó un momento, estaba luchando entre su deber de aspirante a Virgo y pasar un día como niños, lo que eran ene se momento.

Suspiro, levantándose de su lugar –Esta bien- Aunque mostrara un semblante serio, por dentro es un pequeño emocionado por jugar como cualquier otro.

El pelilila mostraba ese brillo en sus ojos, cuando se emocionaba por una nueva aventura o algún juego que podría hacer.

Ambos niños, bajaron desde el sexto templo, caminando uno animado y el otro tranquilo.

Hablando sobre lo agradable que debía estar el agua, lo divertido que sería.

Aunque quien hablaba más de esto, era el pelilila.

Shaka solo escuchaba y asentía amablemente.

Pasar por cada templo, el coliseo donde suelen tener entrenamientos todos los aspirantes, hasta llegar a una parte del bosque, en donde si vas por el lado derecho, llegas hasta donde está el famoso lago.

El sol estaba en su apogeo, lo bueno es que algunos árboles creaban una sombra, para relajarse si no se deseaba mucho nadar.

-Aquí podemos dejar nuestra ropa- El futuro guardián del primer templo, se quitaba la parte superior de su ropa y la inferior poco después, quedando así en solo interior.

Aquel rubio, se quedó algo impactado por el poco pudor que tenía el de ojos esmeraldas.

Quitarse la ropa delante de alguien, es una situación muy vergonzosa para él, mas no para Mu.

Incuso tomándose el tiempo de doblar su ropa y colocarla sobre una roca cercana.

-¿Piensas nadar con tu ropa?- Mu, ladeo su cabeza, en señal de confusión.

-No puedo quitarme la ropa delante de ti- Desvió levemente su rostro, estaba avergonzado por aquella idea.

-Pero, no puedes nadar así o tu ropa se estropeara- Las tikas del Lemuriano se juntaron, en señal de preocupación.

Sabía que era difícil ganarle a ese niño, y más si hasta él comprendía que tenía razón.

Ambos son niños, del mismo género, no había razón de sentir pena, por quedar en ropa interior.

Suspiro con su pronta resignación –De acuerdo, lo hare-

Comenzó a quitarse la túnica de sus tierras natales, y pronto quedo en ropa interior de igual forma que su amigo.



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Editado: 20.12.2024

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