Un edificio sobrenatural

Capítulo 2

  El timbre sonó y él quedó paralizado, todavía no tenía idea de lo que sucedía allí. Su mente le daba vueltas y no terminaba de captar la situación.

—Abre, pero ni se te ocurra decir algo sobre mí ¿Afirmativo? -le dice la chica amenzándolo. 

—A...firma...tivo.


  Abrió la puerta y se encontró con un joven de 32 años, cabello gris y ojos rojos.

—Hola, espero no molestar. Soy tu vecino del 21 y vine a presentarme. Soy Román Rivero. No me había presentado antes porque estuve unos días de viaje. Me alegro conocer al sobrino de Eugenio. ¡Cierto! mi sentido pésame, debí empezar por eso, lo siento.

—Soy Leonardo Palacios ¿Conociste a mi tío?

—Él vivía aquí, ¿no lo sabías? 

—No, hace mucho que no lo veía y me sorprendió que me dejara como herencia su apartamento -responde Leonardo.

—¿Podemos hablar? Tú tío quiso que te informara de ciertas cosas.

《¿Entrar?》 si entraba vería a la chica y aunque no estuviera muy seguro, lo que sí sabía es que ella era peligrosa.

—No es buena idea, ahorita estoy algo ocupado con la mudanza, terminando de arreglar todo -responde Leonardo buscando una excusa.

—Llevas ya cinco días desde que te mudaste.

—He estado muy ocupado y no me ha dado tiempo.

—Te ves muy nervioso, ¿te pasa algo? -pregunta Román con suspicacia.

—Nada, nada.

—Cuando te desocupes me tocas. Soy del 21.

—Bien -responde Leonardo más tranquilo- Quizás en la noche pase por allá. 

—¡Genial! Ven a las siete y te invito a cenar, así hablamos sobre tu tío. Hay muchas cosas que debes saber.


《¿Algo que me quería informar mi tío?, pero no tengo cabeza para eso en estos momentos》pensó Leonardo.

—Es extraño este lugar. Siento mucha magia aquí -dice la chica quien se encontraba muy cómoda sentada en el sofá.

—La única extraña aquí eres tú -señala Leonardo.

—Me presento, mi nombre es Karina Licano, soy una licantropo y también pertenezco a un gremio. Estoy siendo perseguida. Por eso me refugié aquí.

—¿Eres una delincuente y una qué...?  -pregunta Leonardo sorprendido. Cada vez que ella hablaba la entendía menos.

—He dicho que estoy siendo perseguida, pero no soy ninguna delicuente, soy una licantropo y pertenezco a un gremio ¿Acaso no escuchas bien?

—¡Estás loca!

—¿Cómo me dijiste? -Karina se pone de pie molesta. Detestaba que le dijeran loca.

—Nada -responde Leonardo nervioso- Pero ya te puedes ir. 

—No puedo. Todavía me persiguen, pero al parecer en este lugar no me detectaron, así que me quedaré.

—Tú no puedes decidir eso -replica Leonardo. Sea quien sea no iba a tener a alguien que está siendo perseguida.

—¿Y quién me sacará? ¿Tú? No podrás contra mí -sus ojos se volvieron amarillo intenso, su cuerpo cambió y se convirtió en una especie de lobo.

—¡Un monstruo! -gritó Leonardo aterrado.

—Imbécil -su voz cambió a una voz grave- Te dije que era una licantropo.

—Eso no existen.

—¿Entonces que soy? -pregunta Karina volviendo a la normalidad.

—¿Estoy soñando?

—Te conté lo que soy porque en este apartamento puedo sentir mucha magia, pero hueles a humano, así que no eres un ser sobrenatural puedes ser uno mágico o vives con alguien que usa magia -dice ella olfateando como un perro.

—Yo soy una persona normal y la magia no existe -responde Leonardo en el suelo asustado.

—Me acabas de ver transformada ¿sigues creyendo que no existen los seres sobrenaturales o la magia?

—¿Hay más como ustedes?

—Existen licantropos, vampiros, demonios, ángeles, brujos, magos, hechiceros, nigromantes, geomantes, mutantes, entre otros seres mágicos y sobrenaturales -señala Karina- todos conviviendo, ocultándonos de los humanos comunes.

—No puedo creerlo -dice Leonardo con mucha confusión.

—Tendrás que creerlo. 




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