Un edificio sobrenatural

Capítulo 15

   Mientras Leonardo se encontraba en el apartamento de Patrick, Karina conversaba por celular con su prima Kasandra Licano. Ellas han sido muy unidas y siempre se mantienen en contacto, a pesar de que Kasandra se mudó lejos con su novio.

 

—Me alegro que estés tan feliz -le dice Karina alegre.

—Rodolfo es tan buen hombre, pero sabes como es nuestro abuelo -comenta Kasandra bajando su ánimo.

—¿Él todavía no sabe?

—Tengo miedo que se entere. Él piensa que Rodolfo es un licantropo también.

—¿Y todavía no le dices a Rodolfo que tú eres una licantropo? -pregunta Karina con el celular en la oreja, quien estaba en la cocina buscando una bolsa de papitas.

—Soy una cobarde, lo sé. Tengo miedo de que se asuste y me abandone. Yo lo amo tanto.

—Si él te ama, te aceptará como eres.

—Es que él es un humano común, no sabe nada -la tristeza de Kasandra se notaba en su suave voz.

—Te puedes llegar a sorprender. Leonardo también vivía como un humano normal y a pesar de que estaba confundido lo terminó aceptando y aceptándome.

—Pero él es un brujo, aunque no lo sabía, ya se ha hecho parte de ese mundo. Rodolfo es alguien muy escéptico. Sólo demostrarle con pruebas es que me creerá.

—¿Y qué mayor prueba que transformándote frente a él? -pregunta Karina con la boca llena de papitas.

—Tengo miedo del rostro que pondrá al verme así. Puede que grite, que huya...

—¿Tú quieres formar una familia con él? -le interrumpe ella dejando de comer.

—Es el amor de mi vida -responde Kasandra con sinceridad. 

—Cuando tengan hijos, ellos heredarán tu sangre de licantropo ¿cómo le explicarás eso a Rodolfo?

—¡Oh por Dios! No había pensado en eso -su prima quedó en shock. No recordaba esa parte. Sus hijos tendrán que aprender a transformarse y a controlar su instinto y obviamente Rodolfo se dará de cuenta de todo eso.

—Debes decirle ahora. Si él te ama, te amará como eres.

—Tienes razón. Se lo diré -ya estaba decidida. Si quería formar su familia tendría que decírselo- ¿Y a ti como te va con Leonardo?

—Es muy desordenado, pero obligándole hace su limpieza -le responde Karina.

—¿Y no hay nada más?

—No.

—Es que todo el tiempo hablas sobre él -le dice su prima con un tono romántico.

—Estoy encerrada en su apartamento y al único que veo es a él. No tengo más temas de conversación.

—¿Y es guapo?

—Podría decirse que sí -responde Karina incómoda. No podía negar que Leonardo era atractivo y tenía un buen cuerpo.

—¿Y es buen hombre?

—Podría decirse que sí -repite ella.

—A mi me parece un buen partido  ¿No lo crees? -le dice Kasandra muy contenta.

—Kasandra, se lo que insinuas y no.

—Por tu trabajo no te das tiempo de conocer a hombres y con él convives y parece un buen hombre -comenta Kasandra.

—Sólo estoy alquilada aquí. No estes inventando telenovelas en tu cabeza -le reclama ella. Conocía a su prima, era muy romántica.

—Puede que se haga realidad.

—Tú lo que quieres es no ser la única con una pareja no licantropo.

—Realmente quiero que consigas a un buen hombre y si no es licantropo me estarías apoyando contra nuestro abuelo -le responde Kasandra con honestidad. Ella quería que su prima viviera lo hermoso que es el amor- Eso que hay que seguir el linaje puro de los Licano me parece retrógrado.

—A mí también, pero en algún momento el abuelo se enterará.

—Pero no podrá hacer nada, porque me da igual lo que él diga, yo amo a Rodolfo.

 


                                         *********

—¿Dónde está Leonardo? -le pregunta Alex a Maribel que se encontraba tomando café en su apartamento.

  Ella no respondió.

—Se encuentra en el apartamento de Patrick -le contesta un muñeco de trapo muy lindo con ojos de botones que estaba sobre el hombro de Maribel- Entró hace unas horas para sus clases. Debe salir en 27 minutos.

—No ha avanzado a pesar de tener un buen maestro como Patrick. Dile a tus ayudantes que lo sigan vigilando -le ordena Alex. Quería estar al corriente de lo que sucedía con Leonardo, le causaba mucho interés.

—Ya escuchaste -le ordena Maribel al muñeco.

—Sí, querida Maribel -responde el muñeco con ternura abrazándola.

 

  En esos muñecos estaban espíritus que aceptaron ayudarla y le tenían mucho aprecio a ella. Maribel los invocó y los colocó en los muñecos que se veían muy tiernos. Cuando terminan, ellos regresan al más allá y vuelven cuando ella los necesita. 

 

  Todos los muñecos están conectados, así que se comunican entre ellos para pasar información aunque estén lejos. A ella no le gusta llamarlos sirvientes, así que le dice ayudantes.




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