Un edificio sobrenatural

Capítulo 24

  Konogi se acercó a Asahi y a Naharis quienes se encontraban sentados observando lo que hacía Patrick y Leonardo. Konogi era una demonio muy curiosa.

 

—Me parece tan extraño que ustedes tengan tanto interés en ese brujo ¿Es curiosidad o Naberius los ha enviado? -le pregunta ella mostrando su pecho cerca de Asahi.

 

  Existen 72 legiones de demonios liderados cada uno por un demonio poderoso quienes poseen su ejército de demonios. Naharis y Asahi pertenecían a la legión del marqués Naberius y Konogi a la legión del rey Purson.

 

—Tú también has estado viniendo a verlo -responde Asahi sin mirarla.

—Y nosotros vivimos aquí antes de que el brujo llegara -contesta Naharis con seriedad. 

—¿No será que a ti fue la que te enviaron a vigilarlo?

—Al rey Purson no le interesa lo que hagan o dejen de hacer los brujos. Por alguna razón me causa curiosidad y es muy guapo -dice Konogi humedeciendo sus labios. 

—No esperaba menos de una súcubo -responde Naharis. A ella siempre le a molestado la forma de las súcubos de insinuarsele a cualquier hombre. Más molestia le daba que tratara de coquetear con Asahi quien era su esposo.

—Te da envidia que yo posea una gran sensualidad -le replica ella intentando provocarla.

—¿Sensualidad? Que te vistas vulgar donde estás más desnuda que vestida e hipnotices a los hombres con tu poder no te hace ser "sensual". Te hace ver como una p... tu me entiendes. No necesito decir la palabra completa  -Naharis tenía una gran sonrisa de superioridad.

—A ver si amarras a tu mujer -Konogi le dice a Asahi muy molesta.

—A ella le encanta decir la verdad -Asahi se sonríe.

 

  Patrick se encontraba con los brazos extendidos junto a Naim, su zorrito. Leonardo llevaba parado inconsciente 13 minutos. El pentagrama y Leonardo brillaban.

 

—Jamás había visto esta clase de ritual -dice Adrián con una expresión de asombro.

—He escuchado noticias de sellos que se colocan a criminales peligrosos para que no vuelvan a usar magia -comenta Román sin despegar la vista al frente.

—No es ritual muy común.

—¿Quién quiere? -Maribel pasaba con una bandeja con galletas a todos. Lo que menos parecía esa reunión era un ritual.

—Yo soy Edgar -se presenta a Karina.

—Soy Karina Licano -responde ella indiferente. Podía notar a simple vista que le estaba coqueteando.

—¿Eres una Licano? Que sorpresa. Es una família de sangre pura. Debes estar buscando una pareja de tu misma raza.

—La verdad la raza no me importa a mí.

—Te rechazaron -se burló Román.

—Tenía que intentarlo -contesta Edgar sin ningún sentimiento de molestia.

 

 El pentagrama cambió de color y se apagó borrándose. El cuerpo de Leonardo cayó al suelo. Patrick y Naim abrieron los ojos.

 

—Yo no lo maté -dice Naim asustado.

—No está muerto, Naim. Está inconsciente -le responde Patrick tranquilizándolo.

—El sello Ciero, es un sello muy poderoso el que tiene -comenta el zorrito preocupado.

—Sí, conozco muy pocos brujos o magos que podrían hacerlo.

 

  Leonardo se despertó con un agotamiento en todo su cuerpo. Su mente estaba confusa. Miró a Patrick.

—¿Qué sucedió?

—Ya terminamos. Posees el sello Ciero, es muy poderoso, pero me encargaré de preparar el ritual para romperlo. No será fácil -le respondió Patrick.

 

 Él asintió y vio a su alrededor y los vio comiendo, tomando y conversando.

—¿Esto es una fiesta? -pregunta Leonardo con una mirada seria.

—Sabes como es Maribel. Aprovechó el momento.

 

 Naim se acerco a Leonardo y lo tocó con la pata como revisando algo.

—¿Él es tu familiar? -le pregunta a Patrick. 

—Se llama Naim.

—¿Es un zorro? -dice Leonardo.

—Ellos toman la forma que les guste. También pueden cambiarlo cuando deseen.

—Sus niveles están bien -dice Naim.

—¿Mis niveles? -pregunta Leonardo. No entendía que se refería con niveles.

—Existía la probabilidad de que tuvieras un paro cardíaco, pero no fue así.

—¿Cómo?

—Es una probabilidad muy pequeña -contesta Patrick como si no fuera nada para preocuparse.

—No tan pequeña. El ritual puede llegar a ser muy fuerte para algunos, aunque posean magia... -informa Naim.

—Naim, lo estás asustando -interrumpe su amo para que no siga hablando.




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