Un edificio sobrenatural

Es un trato

   Alex se encontraba en una cafetería. Caminó directo hacia el señor de cabello castaño oscuro y ojos verdes que lo esperaba en una mesa. 

 

—Siento llegar tarde, Alfredo.

—Tanto tiempo a pasado, Alex.

—No he tenido necesidad de comprar -comenta Alex sentándose en la silla del frente.

 

 Una camarera se acercó y tomó sus pedidos.

 

—¿Cómo va el expansor? -pregunta Alfredo tomando su café.

—Sigue funcionando perfectamente. Mantiene activo el escudo protector mágico del edificio.

—Mis productos siempre son de primera calidad.

—¿Puedes hacer lo que te pedí? -pregunta Alex directamente. Esa era el motivo de su encuentro.

—Lo que quieres es algo muy complicado, costoso e ilegal -dice Alfredo levantando su ceja derecha.

—Se que tu puedes lograrlo. Eres un experto en eso -le dice Alex. Estaba seguro que lo lograría.

—Te advierto que el costo será demasiado. Crear una pantalla mágica con rastreo de los miembros del clan Asha es bastante complicado de hacer.

—Los del clan Asha poseen un sello en el cuerpo cuando se unen. Eso permite identificarse y conectarse con Armando -responde Alex quien también estuvo investigando.

—La pantalla detectara ese sello. Tengo mis fuentes y conozco a la perfección ese sello.

—Entonces ¿lo harás?

—Me llevará un tiempo. No es para nada fácil -contesta Alfredo.

—Eres el mejor mago alquimista que conozco. Lo lograrás.

—Te dije un precio, pero eso puede cambiar. Nunca había hecho algo así, puede que me lleve más trabajo de lo que pienso.

—Yo correré con esos gastos -responde Alex sin ningún problema. Para él el dinero no era nada. Además del edificio Oblivion, Alex poseía múltiples negocios que le producían grandes ganancias.

—Por eso me encanta hacer negocios contigo -comenta con una gran sonrisa.

—¿Es un trato?

—Es un trato. Como mínimo me llevará un mes, puede que más.

—Lo necesito lo más pronto posible -exige Alex.

—La urgencia sería un costo extra -informa Alfredo con un rostro de hombre de negocio.

—Sabes que con eso no tengo problemas. 

—La suerte de ser millonario y poder decir eso sin problemas. Te envidio -dice Alfredo.

—Tu has ganado mucho dinero con tus productos. No puedes decir que eres pobre.

 

 (La pantalla rastreadora mágica fue entregada en menos de un mes y estuvo lista antes de la misión)
 




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