Cuando volví a recuperar la conciencia, escuche una voz grave que resonaba en la habitación, era la voz de un hombre, parecía ser un doctor o algo así, hablaba de algún paciente, decía que estaría bien, el golpe lo había dejado inconsciente, pero al parecer no era nada grave, dijo que pronto despertaría.
Me dio curiosidad saber de quién hablaban, yo seguía cubierta por una delgada sábana; por un momento sentí que estaba dentro de un sueño, aunque era tan real además me molestaba el ruido que había en ese lugar, era tal mi molestia que quise pedirles que hicieran un poco de silencio pero… ¡oh! sorpresa mis labios no se movían y mis ojos se negaban a abrirse cerrados, supuse que era ese tipo de sueños en los que no se puede interactuar con los demás y solo escuchas lo que dicen aunque sea muy molesto.
Pero qué sueño tan raro, pero qué podía hacer necesitaba descansar así que intenté acurrucarme con las sábanas para estar más cómoda; pero de pronto sentí el toque de unas frías manos en mi brazo, un escalofrío invadió mi cuerpo, en ese momento recordé que no estaba en mi casa ni en mi cama ¿acaso había un pervertido a mi lado? ¿y si en verdad me habían secuestrado? ¡¡¡¡ Ahhh!!!!... mil ideas pasaron ese momento por mi cabeza entonces una voz suave me dijo: - ¡Señorita despierte! - la verdad es que me llené completamente de horror y en lugar de abrirlos, cerré los ojos con más fuerza, pues temía que al abrir los ojos apareciera frente a mi un horrible monstruo como los que salen en las películas, pero la voz insistió: ¿Se encuentra bien? ¿le duele algo? bueno... no creo que un monstruo tuviera una voz tan dulce y me preguntara eso si me encontrara con uno, así que, poco a poco empecé a abrir mis pesados ojos, por suerte estaba recuperando la movilidad de mi cuerpo poco a poco por lo que en aún tenía la opción de correr.
Claro , primero me tapé la cara con la sábana lo más que pude y primero abrí el ojo izquierdo y lo asome por la sabana para asegurarme de que no hubiera nada malo. Pero pronto mis ojos se abrieron como platos al ver a una enfermera que me miraba preocupada, ella era la que insistía en que despertara.
Si, la única paciente ahí era yo y no, no estaba soñando, solamente estaba recuperando la conciencia por eso sentía como sí fuera un sueño. Y la primera vez que pensé que estaba secuestrada o algo por el estilo fue mi equivocación mía, solo mía y de nadie más. ¡Ay! Pero qué tonta soy, ya me imaginé lo peor cuando en realidad estaba en el hospital...ja ja ja.
Al parecer había estado inconsciente algunas horas, ya era mediodía así que no pude ir a trabajar y estaba segura de que iban a despedirme, traté de llamar a mi jefe para explicarle la situación pero no contestó; me dijeron que me darían de alta en la tarde; y para empeorar todo no tenía dinero, ni una sola moneda en mi cartera así que tenía que pedir un crédito para cancelar todos los gastos del hospital o de seguro me llevarían a prisión, pero de todas formas para eso primero tenía que salir del hospital, la verdad no estaba segura de lo que iba a pasar si no pagaba, de lo que sí estaba segura de que no me dejaran irme sin pagar la cuenta, tampoco quería que me llevaran a la cárcel por mis deudas, así que me puse a pensar una forma de evitar que eso pasara y la única opción era ¡¡ESCAPARME!!
Tenía que idear un buen plan así que pensé en saltar por la ventana, pero al abrirla me arrepentí, estaba nada más que en el cuarto piso del hospital; aunque había visto a gente saltar de esa altura en las películas era la forma más rápida de huir y seguro podría hacerlo, sí, claro que sí... Era imposible que fallara, pero… el viento helado que entró por la ventana me trajo de vuelta a la realidad... definitivamente eso no era lo mío, sin embargo, me imagine modo fugitiva saltando por la ventana, aunque en lugar de saltar al vacio tambien podia atar las sábanas y formar una cuerda por la cual podría deslizarme, sin embargo esa sería una deuda más por romper las sábanas del hospital pero sin duda me vería genial… o eso quería pensar pues pronto apareció en mi pensamiento una imagen mía colgada del filo de la ventana con miedo a caer y gritando pidiendo auxilio y eso no se veía para nada genial.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo y me di cuenta de que podía pensar en algo más, en otra forma para escapar... jaja... pues sí, mientras más pensaba, más me estaba volviendo loca. Pero de pronto la puerta de la habitación se abrió de golpe, y apareció una enfermera con su cara llena de preocupación, interrumpiendo mis pensamientos y de hecho se lo agradezco de lo contrario hubiese visto el momento de mi muerte.
- ¿Se siente bien? ¿Qué hace ahí, el frío puede hacerle mal? ¿Necesita algo?- me preguntó, necesitar, necesitar… pues lo único que necesitaba realmente en ese momento era el dinero para pagar todo, aunque creo que lo pregunto más porque le sorprendió verme junto a la ventana abierta, pero me limité a decirle que estaba bien y no necesitaba nada, le dije que de hecho estaba tomando un poco de aire fresco, porque tenía mucho calor. De hecho, quién se creería eso cuando la piel se me puso de gallina y estaba temblando de frío, pero tenía que disimular un poco, un poquito nada más.