Aquella mañana salí a correr y hacer un poco de ejercicio, cada mañana era lo mismo y tenía que ejercitarme para poder estar en forma y dar el ejemplo. Saqué a mi perrito a correr conmigo, era divertido correr con él.
El concierto ya se acercaba, ya faltaban dos días para que fuera y los nervios crecían. Londres me esperaba después que pasara el concierto, iba a irme un día después y eso me ponía feliz.
—¡Ana quiere hablar contigo! —exclamó mi mamá.
Bajé corriendo las escaleras y mi perrito me siguió el paso, me causaba gracia que me siguiera a todos lados.
—El lugar ya está confirmado, la hora ya la tenemos y los boletos ya están a la venta, al parecer se están agotando rápido, creo que tendrás que mandar un mensaje a tus seguidores para que compren los boletos —dijo mientras mandaba un mensaje desde su celular.
—Van a querer que haga otra fecha —dije.
—No podemos hacer otra fecha, Emma, tienes el viaje a Londres después —me miró.
—Lo sé —dije—, pero es que no planeo regresar —dije con nervios.
—¿Qué?
—Quiero quedarme allá un tiempo, dejar atrás todo lo que me ha pasado y estar tranquila con mi familia.
—Tus seguidores te han estado mandando mensajes de apoyo por lo de tu papá y por lo que pasó con Saúl —dijo con disgusto su nombre—, ellos quieren lo mejor para ti y si irte a Londres y quedarte ahí es lo mejor, pues vamos —sonrió.
Ana iba a sacrificar a su familia para irse conmigo a Londres, para cumplir un sueño que habíamos deseado y perseguido toda la vida.
Ana estudió conmigo la preparatoria y la universidad, por eso éramos mejores amigas. Recorrió conmigo muchas cosas y aunque ella no tuviera hijos o esposo, ella me acompañó a todos mis viajes. Ha vivido con sus papás desde siempre y sacrificaría eso para irse conmigo a Londres, aunque sería temporal, regresaría a México.
—Tienes una entrevista en la tarde, ¿estás segura de ir? —preguntó.
—Sí, estoy muy segura.
—Ve a relajarte, a reflexionar y a disfrutar, ya que Alejandra y Karen vienen en dos horas para maquillarte y traerte la ropa para que decidas el conjunto que te pondrás —dijo.
—Perfecto, entonces estaré lista —sonreí.
—La camioneta viene a las seis de la tarde por ti, estaré ahí y luego nos vamos a la entrevista.
Se fue de mi casa y yo me senté en el sillón, mi perrito no podía subirse porque mi mamá no lo dejaba, así que me senté en el piso y él se acomodó en mis piernas.
No quería presionarme con tantas cosas, quería aprovechar las vacaciones, pero no quería irme sin despedirme de México, no planeaba volver y quería decir adiós correctamente. Quería dejar todo ahí e irme a Londres y empezar una nueva vida.
—Emma, tenemos que empezar a ver las cosas que nos llevaremos, ya hablé con Alexis y me dijo que hay un departamento disponible en el edificio donde vive —dijo mi mamá.
—¿Nos quedaremos en el departamento cuando sean los premios? —pregunté.
—No, hablaron cuando tú no estabas y dijeron que te requieren en el hotel porque harán dinámicas y cosas así.
Suspiré.
—De verdad tengo muchas presiones —dije.
—Trata de no preocuparte tanto, tendrás tus vacaciones y podrás descansar lo suficiente —dijo.
—Tengo muchos planes en Londres —dije.
—¿Vas a grabar nuevo video? —preguntó.
—Sí, con Carlos.
Le conté los planes a mi mamá y luego me subí a mi habitación, mi perrito volvió a seguirme y me acosté en mi cama, miré al techo y pensé en muchas cosas. Quería conocer a alguien que me respetara, que me quisiera por mi corazón y no por la fama, que me amara tanto como yo, que tuviera planes increíbles para los dos y que no rompiera mi corazón como lo hizo Saúl.
De repente me quedé dormida y lo disfruté mucho.
—¡Emma! —exclamó una voz a lo lejos.
Abrí mis ojos y vi a una persona acercarse a mí, él gritaba mi nombre pero no podía ver su cara, no podía distinguir su rostro, solo su cabello, era castaño. Mi corazón comenzó a latir rápidamente y supe que él causaría todo tipo de emociones si llegara a descubrir su identidad.
—¡Emma! —exclamó una voz femenina desde otro lado y fruncí el ceño.
Desperté y me encontré a mi mamá en frente de mí.
—Karen y Alejandra ya están por llegar.
Me sentía muy mal por despedirme de mi sueño, quería descubrir quién era la persona que me habló, pero el tiempo me estaba matando.
Me levanté de mi cama y me metí al baño, me bañé lo más rápido que pude y salí con una bata, me senté en mi cama y en ese momento llegaron las chicas para hacer su trabajo.