Un encuentro de dos corazones | Leondre Devries

♫Capítulo 17♫

Un nuevo día comenzó y desperté mucho mejor, el ensayo había terminado en la noche y llegué tarde al hotel, aunque no hice nada más, de inmediato llegué a dormir.

El cuarto del hotel estaba muy silencioso, así que supuse que estaban haciendo algo en silencio. 

—¡¿Mamá?! —exclamé. 

Nadie respondió y me di cuenta de que no estaban, se habían ido. 

Me di un baño y luego me metí a la habitación, encendí la televisión y después comencé a arreglarme. Me puse unos leggings, una blusa de tirantes y otra transparente encima, me puse un gorro y finalmente mis sandalias.

Me senté en la cama y me concentré en la televisión, estaban hablando de los premios y activó mi interés.

—Los premios Britain's Music Awards se están acercando más y la lista de categorías está completa, aunque hay una de las nominadas que está arrasando en su categoría —dijo la conductora. 

—Hablamos de Emma Cisneros, la mexicana que está arrasando con todo, está nominada a «Mejor youtuber latina» en los premios Britain's Music Awards y todos están hablando de eso —dijo el conductor.

—Desde que Emma se dedicó a subir música a su canal de YouTube todo cambió, poco a poco tenía a nuevas personas escuchándola y creció —dijo la otra conductora.

—Su primera canción tuvo muchas reproducciones y se hizo famosa en cuestión de meses, ahora su nominación a los premios es de gran polémica —dijo el conductor. 

Me causó mucha emoción que estuvieran hablando de mí en un programa de televisión, me motivaba más a seguir con los ensayos, a esforzarme con cada canción y a luchar cada día más. Activaba a esa niña que algún día soñó con llegar lejos, a esa niña que escribía y escribía hasta morir para cumplir sus sueños, a esa niña que se esforzó hasta lo último por cumplir todo. 

Mis pensamientos fueron interrumpidos por el timbre y salí de la habitación para abrir. Era un empleado del hotel y tenía un ramo de amapolas en su mano. 

—Hola, señorita, una persona le envía este ramo de amapolas —dijo. 

—Muchas gracias —agradecí. 

Cerré la puerta y fruncí el ceño, no sabía quién me había enviado las rosas, así que averigüé eso abriendo una nota que estaba dentro de las amapolas. 

—«Para mi persona favorita, sé que amas las amapolas y espero te guste el detalle, hoy regreso a la ciudad y quería saber si querías salir conmigo, espero tu respuesta, con amor, Leondre» —leí en voz alta. 

Sonreí y dejé las amapolas en la mesa de la habitación donde dormía. 

Leondre me había dado algo que me encantaba, las amapolas me encantaban porque son usadas en las bodas y me recordaban mucho a la boda que volvieron a tener mis papás, donde por fin existía el amor.

—Definitivamente estoy enamorada —sonreí y dejé la nota alado del ramo. 

Apagué la televisión y luego bajé al restaurante del hotel para desayunar.

—«Hoy tenemos ensayo de nuevo, Emma» —leí desde las notificaciones. 

Ana me había enviado un mensaje, así que inmediatamente le respondí. 

—«Está bien, ahora salgo para allá, estoy desayunando» —escribí.

No me respondió, así que desayuné con tranquilidad. 

Subí al cuarto a recoger mi bolsa y luego volví a bajar para irme al ensayo.

Entré al carro y comencé a manejar a la bodega, no tardé tanto porque no había tráfico, llegué rápido. 

—Los ensayos no tardan en acabar, la canción está quedando muy bien —dijo Ana. 

—Lo sé, estamos ensayando muy duro para que quede muy bien —dije. 

—Pues sigamos así —dijo. 

Las horas pasaron y el ensayo se volvió más desesperante, ya que el tiempo pasaba muy lento y las equivocaciones eran más, se me olvidaba la letra y algunas veces cambiaba las frases. Ana me regañó muchas veces y eso me preocupaba mucho, así que nos dio un descanso y lo aprovechamos para pedir pizzas y convivir un poco. 

—Ya hay que seguir, chicos —dijo Ana. 

—Solo un rato más, Ana —dije. 

—Está bien —dijo y rio. 

Me fui a sentar donde estaba mi celular, se había quedado sin pila y aproveché a usarlo mientras se cargaba.

—¿Estás bien, Emma? —preguntó Ana mientras se sentaba en frente de mí.

La miré. 

—Sí, ¿por qué no lo estaría?

—Casi nunca te equivocas, estás muy distraída, ¿te pasa algo? 

—En serio estoy bien, solo estoy un poco cansada y no puedo concentrarme por eso —dije.



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En el texto hay: viajes, musica, amor

Editado: 30.06.2020

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