Un encuentro de dos corazones | Leondre Devries

♫Capítulo 40♫

El tiempo siguió pasando y la canción con Alan Walker fue un éxito total, ya tenía muchas visitas y  muy buena repercusión, todos la amaron. Yo estaba muy feliz por ese logro, aunque faltaba un momento más, cantarla en vivo y ese momento ya se acercaba.

Un nuevo día comenzó y me levanté de mi cama con un bostezo, en ese momento mi tono de llamada del celular sonó y respondí rápidamente al ver que era Leondre.

—Hola, bebé, buenos días —saludó.

—Hola, amor —saludé con emoción.

—¿Acabas de despertar?

—Sí, sigo muy cansada, las grabaciones del video con Alan terminaron hace una semana y fueron muy agotadoras, aunque lo bueno es que ya entré a mi periodo de vacaciones y puedo hacer lo que sea —festejé.

Leondre rio.

—Hablando de vacaciones, igual nosotros estamos en las mismas, solo que en un par de semanas nos iremos a Austria —contó.

—¿En serio? —preguntó sorprendida.

—Sí, aunque no hay de qué preocuparse, eso será después, ahora hay que disfrutar nuestras vacaciones juntos, ¿quieres salir hoy?

Jamás dejaba de ser tierno y eso me encantaba de él.

—Claro que sí, bebé, me encantaría —sonreí.

—Podemos ir a un parque de diversiones, ¿qué te parece?

—Por supuesto que sí, me encantan los parques de diversiones —dije con emoción.

Leondre rio.

—Paso por ti en dos horas, ya quiero verte —dijo.

—Yo igual —sonreí.

—Te amo.

—Yo más.

Nos despedimos y colgamos.

El cumpleaños de Carlos ya se acercaba cada vez más y ya teníamos todo listo para la sorpresa, los boletos para ir a Barcelona y al estadio ya los teníamos en nuestro poder. Todo lo preparamos cuando comenzaron las grabaciones del video musical con Alan en Londres, así Carlos no se daría cuenta.

—¡Mamá, saldré con Leondre! —exclamé desde mi habitación.

—¡Baja a desayunar, no te irás sin comer! —exclamó desde la planta baja.

Bajé con Leo en mis brazos y lo dejé en el piso, le puse su comida en su traste y después me senté en el comedor, Carlos ya estaba ahí y veía un video de YouTube.

—¿A dónde irás? —preguntó mi mamá desde la cocina.

—Leondre me invitó a un parque de diversiones —dije.

—Tengan cuidado, por favor.

—Sí, mamá, no te preocupes, cualquier cosa te llamo.

Mi mamá estaba preocupada porque no llevaría a ningún guardia, no quería porque iba a ser muy incómodo y todos se darían cuenta.

—Es cierto, Emma, voy a ir a comprar las playeras del Barcelona en un rato, te dejaré la tuya en tu cuarto —dijo Carlos.

—Muchas gracias —sonreí.

Desayuné rápidamente y después me fui a mi habitación a darme un baño, quería estar lista desde antes para no andar con las prisas. Terminé de bañarme y salí con la toalla envuelta para después revisar mi armario y agarrar un crop top negro, una blusa transparente y un short blanco. Me sequé y me puse la toalla en mi cabello, después me unté en todo el cuerpo mi crema corporal, me puse mi ropa interior y finalmente la ropa que elegí. Me peiné y dejé mi cabello suelto, lo acompañé con una diadema negra para hacer contraste con la ropa. Me puse mi par de tenis y quedé lista. En una hora venía Leondre, así que lo esperé en la sala de estar, mientras me puse a grabar algunas historias para mis redes sociales.

—¿Ya escucharon «Free» de Alan Walker y yo? —Pregunté con emoción—. Deslicen para ir directo a la canción y puedan apoyarnos, espero que les guste —sonreí.

Terminé y grabé otro.

—Voy a contar la experiencia que tuve en las grabaciones y algunos datos interesantes, así que pondré una encuesta, ¿lo hago en directo o en un video? —pregunté y corté la grabación.

Dejé mi celular en el sillón y después me puse a jugar con Leo en el patio por una hora, eso hizo que me cansara porque él corría y yo tenía que alcanzarlo. El timbre me salvó y ambos corrimos a la puerta, la abrí y ahí estaba Leondre con un ramo de rosas y una sonrisa de oreja a oreja.

—Hola, Emma, son para ti —dijo con una sonrisa.

Sonreí.

—Muchas gracias —las tomé.

Mi mamá se acercó a nosotros y Leondre cargó al perrito.

—Hola, Leondre —saludó mi mamá.

—Hola, señora, buenas tardes —saludó.

—¿A cuál parque irán? —preguntó.

—Al Blackpool Pleasure Beach, el parque cierra antes de las siete de la tarde, estaremos aquí a las cinco o seis, a la hora que usted nos diga —dijo.

—No se preocupen, solo no tarden.

—Muchas gracias, señora.

Mi mamá sonrió.

—Dejaré esto en agua, espérenme —dije.

Las puse en agua y le pedí a mi mamá que las dejara en mi cuarto, ella aceptó y nos dejó ir.

—Leo es muy cariñoso —dijo Leondre entre risas.

—Lo sé —reí.

Lo dejó en el piso y después salimos de la casa para luego ir al carro y entrar.

—La verdad está muy genial el parque, te encantará —dijo Leondre.

—Me encantan los parques de diversiones, así que afirmo —sonreí.

—¿Sabes? Me encanta salir contigo, hacemos tantas cosas divertidas y ambos la pasamos muy bien.

Sonreí.

—Tú no me dejas estar seria ni un segundo —reí.

Nos abrochamos el cinturón y comencé a manejar.

—Sí, ya sé, soy increíble, vaya manera de decirlo —dijo con sarcasmo.

—Ya quisieras —reí.

Pasamos por muchas calles y varios lugares importantes en Londres, de hecho Leondre me dijo algunas experiencias cuando nos encontrábamos con calles que él conocía. Así seguí manejando hasta llegar al parque.

—Se ve muy bonito desde aquí —dije sorprendida.

—Por dentro está mucho mejor —dijo con tono burlón.

Reí.

Me estacioné y salimos del carro, nos agarramos de la mano entrelazando nuestros dedos y nos acercamos a la taquilla para comprar los pases.

—No te lo dije pero hoy te ves hermosa —dijo Leondre con una sonrisa.



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En el texto hay: viajes, musica, amor

Editado: 30.06.2020

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