Un encuentro de dos corazones | Leondre Devries

♫Capítulo 42♫

Los días siguieron pasando y la relación con Leondre seguía creciendo, incluso lo invité a mi canal de YouTube y grabamos retos que nos pusieron en las redes sociales, igual cantamos e hicimos más cosas. Todos nos apoyaban y recibíamos amor en cada foto que publicábamos juntos, aunque igual había personas que criticaban pero no nos importaba en lo absoluto. En esos días planeamos el viaje a la ciudad natal de Leondre, incluso decidimos grabar videos para mi canal de YouTube, teníamos el permiso de los papás de Leondre por si grabábamos en su casa.

—Ten mucho cuidado Emma al manejar —dijo mi mamá.

—No te preocupes, mamá, todo estará bien —dije.

—¿Ya llevas todo?

—Sí, mamá.

Cerré mi maleta y me arreglé la ropa que tenía puesta, mis leggins negros transparentes, una falda negra y una blusa negra con un corte en los hombros. Bajé la maleta a la planta baja y esperé a que llegara Leondre, mientras me puse a jugar con mi perrito.

—Les preparé unas tortas para el camino —dijo mi mamá.

—Gracias, mamá, nos vendrá muy bien —dije.

Agarré la bolsa donde las puso y la puse alado de mí, después me puse a jugar con Leo un rato. Más tarde llegó Leondre y yo le abrí la puerta, lo recibí con un abrazo y él me dio un corto beso en los labios.

—¿Ya estás lista? —preguntó.

—Claro que sí —dije con una sonrisa.

—Hola, Leondre —saludó mi mamá.

—Hola, señora, buenas tardes —saludó.

—Cuídamela mucho, Leondre, confío en ti —dijo.

Reí con nervios.

—Mamá —murmuré quejándome.

—No se preocupe, señora, la cuidaré mucho, comprendo su angustia pero todo estará bien.

—Eso me deja tranquila —dijo mi mamá aliviada.

—Te avisamos cuando lleguemos —dije.

—Está bien, ya vayan —dijo.

Metí mi maleta a la cajuela y luego la de Leondre, después nos metimos al carro y nos acomodamos.

—Voy a pasar a una tienda a comprar algo para tomar y algo de comer, hay que tener más provisiones aparte de las tortas que mi mamá hizo —dije.

—Está bien, Emma, no tengo ningún problema —dijo.

—Igual tengo algunas películas agregadas al carro, podemos verlas en el camino.

—Eso suena interesante.

Me detuve en una tienda y salimos del carro, entramos y comenzamos a caminar por los pasillos.

—¿Quieres café? —pregunté.

—Claro que sí —dijo.

Preparé el café y luego agarré más cosas.

—Ya agarré algunas cosas, ¿lista? —preguntó.

—Sí, vamos a pagar.

Llegamos a la caja y estaba por sacar mi dinero, pero Leondre se adelantó y él pagó todo.

—Ay, Leondre, solo porque te amo —reí.

Salimos con todas las cosas y entramos al carro, dejamos los cafés en la parte para poner bebidas y Leondre cargó el resto de cosas.

—Tengo la cámara en el asiento de atrás, ya puedes agarrarla para preparar la grabación —dije.

Leondre agarró la cámara y la prendió.

—Ya está lista, podemos comenzar —dijo.

—Hacemos el saludo al mismo tiempo, hablamos y después cortamos, en ese momento comenzaré a manejar —dije.

—Me parece.

Leondre cargó la cámara y nos enfocó, después comenzó a grabar.

—¡Hola a todos! —exclamamos al unísono.

—Espero que estén teniendo un buen día y se la estén pasando bien, hoy traigo un video con el queridísimo Leondre Devries, nos estamos yendo de viaje a su ciudad natal, Port Talbot, nuestro primer viaje —dije con emoción.

—Ya estamos listos, así que en un momento volvemos —dijo Leondre y cortó.

Comencé a manejar y me concentré en la carretera.

—Lo hiciste muy bien, bebé —felicité.

—No como tú —dijo con una sonrisa.

Leondre sacó su celular y empezó a grabar historias para sus redes sociales.

—¡Adivinen con quien estoy! —exclamó Leondre.

Me enfocó y yo sonreí.

—Aquí con la hermosa Emma Cisneros aprovechando nuestro descanso —dijo enfocándonos a los dos.

—¡Allá vamos! —exclamé con emoción.

Leondre rio y cortó la grabación para luego grabar otro.

—Quiero contarles un secreto, nos estamos yen…

—¡No les digas! —exclamé.

Leondre me enfocó y luego a él haciendo un puchero.

—Lo siento, chicos, pronto sabrán —dijo y rio.

Terminó de grabar y guardó su celular.

—Busca algunas películas, solo entra al archivo de la pantalla y ahí están todas las que tengo —dije.

Empezó a buscar películas y no conocía la mayoría.

—¿Cuál es la de «Mi novio es un zombie»? —preguntó.

—¿No la conoces? —pregunté sorprendida?

—No.

—Bueno, te cuento, básicamente es una historia del apocalipsis zombie, solo que la película se centra en un zombie en particular, aquel puede pensar, sentir, hablar, entre otras cosas; por otra parte, hay un grupo grande de sobrevivientes, los cuales viven dentro de un muro gigante, solamente salen a buscar recursos y van equipados —conté—. Un día los zombies van a buscar comida, ese mismo día un grupo de sobrevivientes sale a buscar recursos, todo se sale de control cuando ambos se encuentran en una farmacia.

—¿Y ya? —preguntó frunciendo el ceño.

—No, lo gracioso es que el zombie que puede sentir ve a una chica del grupo y se enamora —reí.

—No te pases, Emma, es ridículo —rio.

—Primero vela y luego juzgas.

—Está bien, la pondré —dijo.

Reprodujo la película y Leondre grababa una que otra escena con la cámara, también parte del camino.

—Emma, es ridículo —Leondre rio.

—¡Vela! —exclamé.

Salí de Londres y es cuando me concentré en la carretera, ya no conocía tanto y no quería distraerme. No me preocupé tanto por la película, la había visto muchas veces y ya me sabía todo el diálogo y escenas.

—¿Por qué un zombie secuestraría a una humana? —preguntó.

Reí.

—Vela y entenderás todo —dije.



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En el texto hay: viajes, musica, amor

Editado: 30.06.2020

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