—Saúl, en serio perdóname, no pensé que pasaría eso —insistí.
—Me hacía lo mismo en México, se supone que tienes que elegirme a mí siempre —dijo.
—Lo quise arreglar pero él llegó a mi casa de sorpresa, de todos modos lo corrí.
Suspiró.
—Está bien, Emma.
—¿Entonces me perdonas? —pregunté.
—Sí —dijo cortantemente.
Había ido al hotel donde se hospedaba Saúl para aclarar las cosas con él, sabía que estaba cometiendo un error pero no tenía cabeza para pensar en eso, solo no quería problemas con nadie más. Alexis y yo no habíamos hablado desde ese día que vino a mi casa y lo extrañaba mucho, no podía estar peleada con él por mucho tiempo y tampoco distanciada.
—Bueno, ya debes irte, estoy esperando a alguien —dijo y me cerró la puerta.
Me quedé mirando a la puerta con bastante confusión, Saúl había actuado muy extraño pero de todos modos lo ignoré por completo. Salí del hotel y me fui al carro, entré y me quedé sentada mirando el volante, todavía me sentía muy triste y no podía tranquilizarme, todo por culpa de Leondre. En ese momento recibí una llamada de Ana y decidí ignorarla, aunque siguió insistiendo y tuve que responder.
—¿Qué pasa? —pregunté.
—Emma, el director quiere hablar contigo ahora mismo de un tema muy importante, algo que estaba en el contrato y quiere hablarlo contigo —dijo.
—¿Tiene que ser ahora? —pregunté con disgusto.
—Emma, no podemos hacer esperar al director, tienes que regresar a la disquera.
—Está bien, Ana, ahí te veo —me rendí.
Me despedí y colgamos.
Minutos después llegué a la disquera y me dirigí a la oficina del director, Ana ya se encontraba afuera esperándome, así que aceleré el paso.
—¿Está todo bien? —pregunté con preocupación.
—Lo sabremos ahora, ya hay que entrar —dijo.
Tocamos la puerta y el director nos indicó entrar.
—Hola, director, ya estamos aquí —dijo Ana.
—Por favor siéntense —indicó.
Asentimos y nos sentamos.
—Emma, he visto que estás triunfando cada vez más y estoy muy impresionado con tu potencial, más que nada por los éxitos que tienes ahora —dijo.
Sonreí.
—Muchas gracias —dije.
—Queríamos que hicieras una colaboración como tu primer tema en la disquera pero en ese entonces los chicos estaban ocupados, ahora están libres.
—¿Sería para el álbum de Emma? —preguntó Ana.
—Sí, será la última canción del disco y tendrá un videoclip.
—¿Qué haremos con las canciones que estamos preparando ahora? —pregunté.
—Deja que el equipo se encargue de componer el resto de canciones, tú concéntrate en la colaboración —dijo el director.
Asentí.
—Aceptamos la colaboración, lo voy a agregar a la agenda de Emma para tenerlo en cuenta —dijo Ana.
—Entonces ponte en contacto con Bars and Melody y comiencen cuanto antes —dijo el director.
Cuando escuché el nombre mi mundo se detuvo, iba a hacer una colaboración con Charlie y Leondre y no me creía capaz de hacerlo, no quería.
—¿Me puede repetir con quién? —pregunté.
—Sí, con Bars and Melody —dijo.
Ana me miró con preocupación y yo traté de disimular mi desagrado.
—¿Todo bien? —preguntó el director al percatarse de la reacción de Ana.
—Sí, director, solamente que Emma está muy cansada de tanto componer y pues se siente así —dijo Ana rápidamente.
El director me miró y asentí.
—Está bien, Emma, si gustas puedes tomarte unos días para descansar, haz hecho un buen trabajo y lo mereces —dijo.
—¿Después vería lo de la colaboración? —pregunté.
Asintió.
—Está bien, muchas gracias, director —sonreí.
Salimos de la oficina y yo me senté en una de las sillas que había afuera de la oficina.
—¿Estás bien, Emma? —preguntó Ana con preocupación.
—No lo sé, no quiero hacer esa colaboración, no puedo estar cerca de Leondre otra vez —dije con tristeza.
—Emma, tienes que hacerlo, no tenemos opción —dijo.
—Es que no puedo, en serio.
—Mira, hay muchos famosos que han terminado pero por trabajo hacen colaboraciones, puede resultar incómodo pero es trabajo.
—Está bien, lo voy a intentar —dije.
—Toma estos días para pensarlo bien y prepararte lo suficiente.
Asentí.
—Solo vámonos de aquí —dije levantándome de la silla.
Caminamos en dirección a los elevadores pero en cuanto dimos la vuelta nos encontramos a Charlie y a Leondre, ahí sentí un golpe en mi corazón y comenzó a latir rápidamente.
—Chicos —dijo Ana con emoción.
—Hola, Ana —saludó Charlie rápidamente.
—¿Ya se enteraron? —preguntó Ana.
—¿De la colaboración con Emma? —preguntó Charlie.
Leondre y yo no hablábamos, solo nos mirábamos por segundos y luego apartábamos la mirada.
—Sí —dijo Ana.
—Nos dijo el director que se tomará unos días, ¿no?
—Sí, Charlie, me tomaré unos días —dije rápidamente.
—Está bien, cuando estés lista podemos comenzar a componer —dijo Leondre.
Escuchar su voz le dio la vuelta a mi mundo, extrañaba tanto escucharlo pero todavía seguía dolida con todo lo que había pasado.
—Bueno, chicos, ya tenemos que irnos, nos estamos hablando —dijo Ana rápidamente.
—Está bien, Ana, nos contactamos en estos días —dijo Charlie.
No pude más y me retiré de ahí, no podía seguir viendo a Leondre, me lastimaba más.
—¡Emma! —exclamó Leondre a lo lejos.
Yo me detuve y cerré mis ojos para dejar caer algunas lágrimas.
—Emma, escúchame —dijo.
Leondre estaba detrás de mí pero yo no podía voltear, no podía verlo directamente a los ojos y tampoco podía entablar una conversación con él.
—¿Podemos hablar? —preguntó.
Me animé y volteé a verlo, él estaba mirándome fijamente y guardaba la distancia para no incomodarme.
—Yo…