—Que paso cariño ya estoy aquí —le susurro al oído, la niña lloraba agitada bajo las capas de ropa que llevaba.
Richard miró a Abby con gran asombro, no se equivocaba, el llamado de la sangre es invaluable.
—¿Por qué usted tiene a mi hija en su poder? Exijo una explicación lógica —la pregunta de Richard dejo a Clare gratamente sorprendida, deseaba encontrar a alguien que velara por esa niña tan especial y aunque el hombre le caía mal parecía ser confiable.
—Pues la tengo en mi poder porque nadie fue por ella al jardín el día de hoy cuál la salida fue hace más de 6 horas, yo soy la maestra, Abby cada día es más dejada en el olvido por su familia, me contó su niñera que su madre tiene mucho tiempo sin volver ni siquiera ha llamado por unos 6 meses creo, doña Esther es una mujer de edad que no creo que sea correcto se haga cargo de una niña tan pequeña —Richard miraba a su hija en brazos y el dolor llego a su pecho, tantos años sin poder estar con ella asumiendo que al menos Zoila le daría un poco de amor y cuidado.
Estaba tan furioso por el comportamiento de su ex-esposa.
—Estamos buscando esta dirección es la que sale en el registro de Abby —el tomo el papel en las manos viendo lo escrito.
—No estoy seguro, pero me parece que sé donde esta, no es muy lejos pienso que es en la próxima esquina nosotros iremos caminando sígueme —ella asintió dispuesta a irse al volante cuando la niña empezó a llorar.
—No quiero, no me dejes tú también —musito abrazándose más a ella, los dos adultos miraron la criatura que anhelaba con todas sus fuerzas aferrarse a algo o alguien.
—¿Crees poder conducir? Yo iré con ella, aquí sube los niños—el vehículo no era demasiado grande, sin embargo, se acomodaron lo mejor posible.
—Por cierto soy Richard y él es mi hijo Zion —comento sin mucha importancia.
—Es un placer, soy Clare y ellas son mis hijas Eva y Elianny —respondió sin apartar la vista del rostro adormecido de Abby.
Mientras conducía Richard no podía dejar de mirar el rostro de la maestra en sus gesto se percibía realmente preocupación por la situacion de su hija, nunca vio eso en la madre de sus vástagos y le dolía infinitamente.
A kilómetros se podía notar que era una madre excelente, su instinto maternal era puro y honesto.
—Es aquí me parece — dijo extrañado, pues había una ambulancia sacando un cuerpo, Clare reconoció a Esther y evito que la niña viera hacia la misma dirección.
—Bájate y pregunta que le paso a doña Esther —Richard obedeció regresando unos minutos después algo preocupado.
—Ha tenido un infarto fulminante, además una vecina comento de la niña y la andan buscando, deberíamos informar que la tenemos —comento dudoso, Clare tenía un mal presentimiento y no se equivocaba.
—Señor sabría usted informarme sobre la Menor Abby Betances me dijo ser su vecino —un uniformado se acercó mirando dentro del auto.
—Es ella —Elianny jamás penso que hablar en ese momento desencadenaría una gran odisea para los adultos presentes.
—Deben entregármela ahora mismo, su custodia le pertenece al estado —un nuevo grito de Abby se escuchó haciendo que todos perdieran la razón...
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Editado: 18.12.2021